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Textos De Georg Simmel, "De La Esencia De La Cultura" Y Bolívar Echeverría, "La Dimensión Cultural De La Vida Social" Y Elabora Un Cuadro Comparativo De Las Ideas Expuestas Por Estos Autores En Relación Con El Tema De Cultura.


Enviado por   •  4 de Marzo de 2015  •  2.542 Palabras (11 Páginas)  •  1.849 Visitas

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LA DIMENSIÓN CULTURAL DE LA VIDA SOCIAL

Algunas civilizaciones como la de los Trobiand, trabaja para obtener un producto necesario, pero antepone a esta labor una serie de operaciones sobre funcionales, instrumentalmente superfluas de orden ceremonial irracional desde el punto de vista económico, así su comportamiento social es innecesario desde el punto de vista funcional del producto y la utilización humana.

. El mundo de la cultura, no puede ser visto como remanso de la improductividad permitida que actúe de modo irrealista y prescindible cuya frecuente intervención y vigencia hace violencia con solo mirarla. Las sociedades primitivas conocen un orden de valores que delimita su propio comportamiento y que está más allá del plano racional-eficientista

La realidad cultural da muestra de pertenecer a la vida práctica aunque su exclusión pareciera ser requerida por la higiene de los procesos modernos de producción y consumo. La sociología del trabajo encuentra que aun los obreros más desarrollados no cumplen las técnicas operativas de igual manera ni con la misma eficiencia en un ambiente determinado que en otro.

Pre-condicionar el cumplimiento de las funciones vitales del ser humano determina la toma de decisiones que constituyen la efectividad de su comportamiento. La historia de los humanos es el resultado de una sucesión de actos elegidos en situaciones concretas en las que la dimensión cultural le rodea de manera determinante.

Los Nambikwara- dice Levi Strauss- son maestros en ciertas técnicas que no les sirven para nada y aunque necesiten ciertos elementos naturales que requieren una técnica menos elaborada las ven sin interés como un reflejo fiel a la técnica de su pasado. El mundo institucional vive algo similar, que no las deja actualizarse históricamente.

La historia muestra que el cristianismo no tuvo la misma aceptación y desarrollo en las dos Europas, como tampoco la historia social de orden político ha sido concebida de la misma manera aun en lo que respecta al socialismo que es diferente en Rusia, Alemania, China y Cuba. Entonces la dimensión cultural no solo adapta la presencia de una determinada fuerza histórica a la reproducción de vida social concreta sino también es un factor capaz de inducir el acontecimiento de hechos históricos; No solo está presente en los comportamientos colectivos e individuales del mundo social sino puede intervenir de manera decisiva en la marcha de la historia.

La actividad de la sociedad en su dimensión cultural aunque no promueva o frene procesos históricos, aunque no imponga una dirección es la que les imprime un sentido. La vida social y la historia humana no se rigen por la lógica específica de la vida animal; la vida humana presenta comportamientos determinantes que por ser propias de la animalidad humanizada, podría decirse como dice Heidegger que la animalidad del hombre debe definirse a partir de los modos de su ek-sistencia

La idea de cultura en el discurso moderno, se construye en torno a la convicción de una sustancia sin sentimientos y vacía que no rige la vida humana pero finalmente es la prueba de su humanidad; un fantasma sin el cual la máquina humana en si misma perfecta, carecería de substancia.

El término cultura aparece en la sociedad de la Roma antigua, entrelazado a la noción de cultivo de la humanitas, que distingue al ser humano de los demás seres, concebida primero como una relación de las comunidades grecorromanas con los dioses de su mundo; después como el conjunto de costumbres, artes y sabiduría que se generaron en ese mundo y por último como la actividad de un espíritu metafísico encarnado en la vida humana.

La redefinición moderna del viejo término cultura comenzó a gestarse en el siglo XVIII en Alemania en contraposición al término barroco civilización que tenían las cortes francesas e inglesas. Comienza a plantearse una distinción entre una cultura viva que se exalta como lo más espiritual y una cultura muerta o civilizada que denigra una tradición al espíritu. Los intelectuales pequeño-burgueses se atreven a mirar por encima del hombro a los aristócratas cuyo terreno frívolo y vacío desdice de la superioridad jerárquica que ostenta en lo social y lo político.

Seguidores de los filósofos franceses afirman que lo valioso de la verdadera cultura consiste en marchar con el desarrollo de la ciencia. Para algunos como Kant, ser civilizado consiste en reducir la moralidad al buen comportamiento y ser culto en cambio es poseer la capacidad de crear nuevas formas a partir de contenidos inéditos.

A comienzos del siglo XIX el Alemania el término cultura se reserva a actividades en las que la creatividad se manifiesta de manera pura, como la actividad del genio creador y reduce la civilización a mero resultado de una actividad intelectualmente calificada, Mientras en Francia el concepto civilización mantiene su definición corregida por el neoclasicismo y lejos de afirmarse en contradicción a la idea de cultura, pretende incluirla y definirla como la versión más refinada de si misma.

La investigación etnológica inglesa que tiene su primera sistematización en la obra de Edward Tylor –primitive culture- comienza por poner entre paréntesis el espíritu, aquello que permitirá decir que la cultura occidental no es una mera cultura sino propiamente una civilización; reconoce con espíritu igualitario que todas las maneras de comportarse los humanos en las distintas sociedades conocidas y sus modos de ser son igualmente válidos si se tienen en cuenta las circunstancias naturales en las que se desarrollan.

El problema actual en la definición de cultura, en la polémica que tuvo lugar a finales de los años cincuenta entre Claude Levi-Strauss y Jean Paul Sartre, Sartre hizo una objeción a Strauss: estudiar al ser humano como si la vida humana en sociedad fuera la de una colmena o colonia de hormigas equivale a no estudiarlo del todo y dejar fuera de consideración lo esencial; para Sartre, la pretensión de Levi-Strauss se basa en tratar teóricamente a la vida humana como si fuera una variante de la vida animal.

Levi-Strauss por su parte acusó a Sartre de pretender introducir el concepto metafísico de libertad en un mundo que está regido por leyes específicas en inmutables, lo que lo llevaría a un espiritualismo sin fundamento. Levi-Strauss en su libro- las estructuras elementales del parentesco- ha insistido en destacar la presencia de códigos o conjuntos de normas que rigen ciegamente en la vida social que se imponen a los individuos sociales sin que estos puedan hacer nada ni a favor ni en contra de su eficacia.

Sartre insiste en que si hay algo peculiar en el hombre, esto no reside en la complejidad de las estructuras que rigen su comportamiento

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