Abril

Diane (Bette Midler) se quedan a cargo de sus tres casi desconocidos nietos, quienes tienen una educación propia del siglo XXI. Así que pronto recurrirán a los viejos métodos a los que ellos estuvieron acostumbrados para lidiar con los niños.

Se trata de una comedia familiar que será más disfrutada por adultos que por niños, pues se mofa de la brecha generacional que existe entre dos formas de criar a los hijos.

Por un lado están Artie y Diane, que pertenecientes a la generación de padres de antes, dejaban a sus hijos ir por la vida como cualquier ser humano.

Por otro, se nos presenta a su hija ya adulta Alice (Marisa Tomei) y a su esposo Phil (Tom Everett Scott), parte de la generación de padres modernos que parecen estar sobre los niños y sus necesidades todo el tiempo, para evitar que ni un minúsculo detalle pueda arruinar la vida de sus pequeños.

Los diferentes puntos de vista entre ambos métodos generan gran parte de las situaciones cómicas de la película.

Gran parte del mérito de la cinta se puede atribuir a Crystal, pues su ocurrente sentido del humor es lo que la logra sacar a flote varias escenas, además de la química que se da entre éste y Midler, que nos hace creer que, efectivamente, llevan toda una vida entera casados.

Por su parte, los niños, cada uno con distintas personalidades, ayudan a generar los distintos conflictos con los abuelos

Esta es la clase de película de la cual no hay que esperar demasiado. Está hecha para pasar un buen rato con la familia o con los amigos, pero realmente no aporta nada nuevo.

Es fácil saber cuál será el desenlace, pero lo que es seguro es que una que otra carcajada sí logrará robarles.

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