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Cartografia En Mexico Su Historia


Enviado por   •  3 de Octubre de 2011  •  2.819 Palabras (12 Páginas)  •  962 Visitas

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Producción Prehispánica

México tiene una gran tradición cartográfica. El pueblo mexicano tuvo su propia cartografía mucho tiempo antes de que se descubriera América.

Todos los cronistas de la época de la Conquista hacen numerosas referencias a las cartas que los aborígenes les mostraron; la mayoría de estas cartas se perdieron y solamente han quedado algunas que permiten dar una idea general de los conocimientos que tenían y las técnicas usadas.

Por citas de Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo se afirma que las autoridades indígenas disponían de un acervo de cartas geográficas para su consulta, facilitando con ello describir algunas zonas determinadas o mostrar representaciones bastante aproximadas y comprensibles para los conquistadores, no obstante el empleo de glifos (glifo-glyphis, canaleta, surco hueco grabado o dibujo en cualquier objeto).

Los materiales generalmente empleados eran papel de maguey, pieles preparadas, y tejidos de algodón, de palma y henequén. El dibujo se hacía con colores vegetales y parece que se le daba un acabado con barniz, cuando se empleaba papel de maguey o pieles.

Los cartógrafos prehispánicos desconocían proyecciones y escalas, haciendo sus representaciones como si la tierra fuera plana y sin cuidar que las distancias entre los puntos representados correspondieran a la realidad, dadas las inmensas extensiones superficiales en que quedaban incluidos, lo cual forzosamente tenía que dar lugar a una cartografía deficiente.

Sin embargo, de estas reproducciones se hacen dos grandes divisiones, agrupando las cartas que reproducen itinerarios y aquéllas que corresponden a zonas claramente determinadas. En las primeras, la representación es simbólica, principalmente; en las segundas, hay un mayor reflejo de la realidad. Es ejemplo típico de itinerario la tira llamada "Peregrinación de los aztecas", cuyo original en papel de maguey se conserva en el Museo de Antropología. El llamado códice de Cuauhtinchan hace la descripción del valle de Puebla, en las cercanías de Cholula. Es un importante documento cartográfico, no obstante estar formado por una serie de itinerarios de conquista.

La representación se hacía por medio de simbolismos fáciles de comprender, sobre todo porque en su coloración se procuraba imitar los tonos naturales. Las costas aparecían como líneas paralelas onduladas de color azul, atenuado hacia mar adentro. Las islas se representaban por una pequeña área, que no guardaba relación con la real, definida por un perímetro irregular, también rodeado de coloración azul. Las fuentes y manantiales aparecían indicadas "por medio de una mancha circular amarilla en cuyo centro se ponía otro círculo azul", que a veces tenía puntos negros, los cuales se han interpretado como indicio de existencia de arena.

Los lagos también se coloreaban de azul, y si en sus orillas existía vegetación acuática, el perímetro se formaba con líneas verdes y amarillas.

Los ríos los representaban como hoy lo hacemos, empleando dos líneas paralelas, si bien adornándolas con hojas de nopalillo para indicar que se trataba de una corriente principal, porque los arroyos aparecen como dos paralelas onduladas simplemente. Cuando los ríos tenían abundante pesca, se dibujaban peces entre las paralelas.

Al observar que los manantiales se generaban en laderas, suponían que las montañas eran ánforas llenas de agua y por eso representaban las elevaciones "con una vasija redonda, con su tapadera", apoyada en una base y con una abertura en el centro que podía tener forma de boca o ser una línea irregular.

Los volcanes aparecían como un cono truncado rodeado de ráfagas rojizas. Si estaban desnudas, las elevaciones se coloreaban de amarillo, de verde si había vegetación o con bandas verdes y rojas correspondientes a diversas formaciones forestales. Encima del dibujo aparecía el jeroglífico que representaba el nombre del cerro. Se procuraba reproducir las más relevantes características, su forma, su cumbre nevada, etcétera.

Los caminos también figuran en forma de líneas paralelas, a veces sin color y otras iluminadas con amarillo. Es particularmente sugestiva la huella de un pie desnudo que se repite en los caminos, y algunos autores suponen que cada intervalo corresponde a una distancia convencional adoptada.

Si había una magueyera, un maguey la representaba; lo mismo ocurría con el nopal, cactus y árboles característicos. Cuando algún animal abundaba, se reproducía su figura cubriendo el área de dispersión.

Los aztecas sabían orientarse señalando en sus cartas el Este por el sol naciente y el Sur por el signo conejo, interpretación que coincide al comparar algunas de las cartas conocidas con la zona representada.

Producción Colonial

Como es natural, los trabajos cartográficos llevados a cabo inmediatamente después de la Conquista muestran una notoria influencia indígena, que en el siglo XVII se atenúa para desaparecer prácticamente en el siglo XVIII.

Las cartas marinas, principalmente las de exploración de costas, tenían ya una base científica, porque los pilotos, que eran quienes las dibujaban, hacían observaciones astronómicas para situar sus puntos importantes, y se apoyaban en itinerarios definidos por rumbo y distancia. Sin embargo, al transportar sus datos al papel, empleaban generalmente una proyección de paralelos y meridianos equidistantes que Orozco y Berra llama "proyección tradicional conforme" que, al no considerar la curvatura terrestre, deformaba las zonas representadas.

Este tipo de cartas no recibió influencia aborigen y su técnica, al evolucionar, fue la que desplazó en otras aplicaciones a la técnica indígena.

Los planos de pequeñas áreas territoriales y de poblados del Siglo XVI muestran una franca influencia indígena; se trata de planos precortesianos adaptados por los conquistadores, con leyendas aclaratorias en español que sustituyen los jeroglíficos y conservan únicamente el simbolismo; en otras cartas posteriores se ven templos cristianos representados al principio por una cruz sobre una pirámide truncada y después el templo solamente. En algunos caminos aparece la huella de una herradura para indicar que éstos son transitables por cabalgaduras. También aparecen ideogramas de puentes, canales y acueductos.

En 1580, por orden de Felipe II, las autoridades municipales prepararon una descripción de la zona de su jurisdicción que acompañaron de diversas cartas, pero

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