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LA ECONOMÍA POLÍTICA EN LOS PROCESOS COLONIALES, LA EXPANSIÓN IMPERIALISTA Y LA CONFIGURACIÓN MUNDIAL GLOBAL. "La Constitución De Relaciones De Dependencia Y Sus Reformulaciones (siglo XIX-XX)"


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2012  •  5.690 Palabras (23 Páginas)  •  806 Visitas

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La constitución de relaciones de dependencia y sus reformulaciones (siglo XIX-XX)

La historia de América Latina aparece marcada a fuego por los procesos de colonización y neocolonización que delimitaron su inclusión dentro del esquema mundial como satélite de las metrópolis centrales.

A través de la mirada de diferentes autores pretendemos responder algunas cuestiones como las que siguen: ¿cómo se dio esa inserción? ¿en qué términos se da esa inserción en condición de periferia a fines del siglo XIX y principios del XX? ¿se puede hablar de condiciones previas de ese status periférico?¿qué papel jugaron las clases dominantes en este proceso?

Como en Europa, el siglo XIX latinoamericano es el siglo de las naciones, pero mientras que en países como Inglaterra, Francia y Alemania la emergencia de la nación está íntimamente asociada a la consolidación de la modernidad, en el caso latinoamericano encontramos una disociación de esos dos movimientos.

Durante el siglo XIX se sueña con la revolución industrial pero ésta sólo se concretará en el siglo XX, momento cuando las sociedades latinoamericanas efectivamente se modernizan. En este sentido, hay un desfasaje entre el ideal buscado y la realidad alcanzada. Cada país, al imaginar su identidad nacional, tenía como referencia obligatoria lo que pasaba en Europa o en Estados Unidos: la imagen reflejada en el espejo aparece así siempre distorsionada.

Concretamente, a comienzos de 1870 la mayoría de los países de América Latina llevaban casi medio siglo de vida independiente, vivían una época de larga espera con respecto a su vinculación con el sistema mundial. Sin embargo, a fines del siglo XIX el escenario mundial cambia rápidamente con importantes transformaciones proyectando sobre América Latina la posibilidad de definir su incorporación al sistema mundial con eje en Europa occidental como centro de desarrollo del capitalismo.

El auge de la economía británica desde principios del siglo XIX y de las continentales europeas y la norteamericana, en la segunda mitad de esa centuria, fue acompañado de una gran expansión en la actividad industrial y una elevación del nivel de vida, que produjeron el incremento en la demanda de materias primas para la industria y de productos agrícolas comestibles para un mercado interno que se ampliaba.

Esos países buscaron entonces nuevas recursos naturales en el exterior y, poco después, el capital que se acumulaba con el crecimiento económico demandaba, por su parte, nuevos campos de inversión.

Se produjo así una transferencia de capital de los países industrializados a los agrícolas, que se acentuó notablemente en la última parte del siglo XIX, configurándose un nuevo sistema económico internacional en el que Gran Bretaña seria el centro. Ese sistema se caracterizo por un extraordinario incremento del comercio exterior, que tuvo su manifestación en los territorios productores de materias primas, como los latinoamericanos, en la expansión de las exportaciones y la llegada de capital extranjero.

En América Latina, los grupos sociales que, a partir de 1810, habían protagonizado las luchas por la independencia de las metrópolis española y portuguesa, esperaban el establecimiento de un nuevo orden económico y comercial liderado por Inglaterra. Pero durante la primera mitad del siglo XIX, ni Inglaterra ni otros centros capitalistas realizaron inversiones de capital importantes en América latina. Durante esas décadas, los comerciantes ingleses sólo consideraron a las sociedades latinoamericanas como mercados en los que podían vender sus manufacturas industriales.

Recién con la consolidación del capitalismo industrial se crearon las condiciones para que, a partir de 1850, los centros capitalistas establecieran un nuevo tipo de relaciones económicas con las sociedades periféricas latinoamericanas.

Señala Ansaldi que:

“A lo largo de las tres últimas décadas del siglo XIX -en algunos casos, incluso antes-, buena parte de los países latinoamericanos coronó, de alguna manera, un complejo proceso de cuádruple construcción de la nación, el Estado, una nueva sociedad y la adecuación de las economías nacionales a la economía-mundo capitalista.”, indica, siguiendo la hipótesis de Florestan Fernandes, que se puede hablar de una simultánea modernización de lo arcaico y arcaización de lo moderno.

Algunos investigadores consideran que entre los centros y las periferias capitalistas quedó establecido un nuevo pacto colonial, que sentó las bases del orden neocolonial.

Este orden neocolonial fue el organizador de las economías de las sociedades periféricas hasta las primeras décadas del siglo XX. Durante el siglo XIX, el desarrollo de la industrialización fue originando una nueva división internacional del trabajo. Inglaterra primero y Francia, Alemania y los Estados Unidos más tarde, se fueron especializando en la producción de manufacturas industriales, en la creación de nuevas tecnologías y en la acumulación de capital. Estas sociedades se denominan centros capitalistas.

Este proceso estuvo profundamente relacionado con la progresiva especialización de otras sociedades, las de América Latina, entre otras, en la producción de diversas materias primas que las nuevas industrias requerían, y de alimentos, fundamentalmente de cereales y carne. Estas sociedades se denominan periferias capitalistas.

Para Joan de Alcázar, la integración de América Latina al mercado mundial es un proceso que denomina “transición hacia el capitalismo periférico” que a su vez tiene dos etapas:

- la de los procesos de independencia y sus repercusiones hasta 1870

- desde 1870 a 1830, la de la plena integración del subcontinente en este capitalismo.

Explica que esta segunda etapa presenta distintos ejes sobre los cuales se concreta la incorporación en el sistema mundial con la exportación masiva de productos primarios y de la importación de manufacturas, lo cual, en palabras del autor, supone:”el período más largo y profundo de crecimiento económico de la historia de América Latina”

Ansaldi cita un párrafo muy interesante de Arrighi sobre las características del capitalismo inglés en esta época hegemónica:

… fue “una nueva variedad de formas pretéritas de capitalismo de intercambio e intermediación comercial basada… todavía en el principio de la intermediación comercial y financiera, es decir, en el principio de comprar para revender, de recibir para expedir, de abastecerse de todo el mundo para abastecer de nuevo al mundo entero”

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