Sacrificios Humanos En El Imperio Azteca

Cuando los españoles llegaron a la zona central de México, en el año 1519, el estado creado por los mexicas y sus aliados de habla náhuatl, ahora comúnmente se conoce conjuntamente como los aztecas, se encontraba en la cima de su poder. Sólo la rapidez de su derrota superó la rapidez con que los aztecas habían elevado a la prominencia. Durante el siglo antes de la llegada de Cortés, fueron sin duda, la fuerza política más poderosa en Mesoamérica. A pesar de ello, poco después de la llegada de los españoles, el gran imperio azteca vio su decadencia. En mayo de 1521, Cortés regresó a Tenochtitlán, su capital, y después de un asedio de tres meses la ciudad cayó. Esta victoria marcó la caída del imperio azteca. Sin embargo, fueron tres motivos principales que causaron el final de los aztecas. Estas razones fueron un exceso de sacrificios humanos, la falta de inmunidad a las enfermedades extranjeras y las estrategias del ejército de Cortés.

Algunas fuentes informan que en la re-consagración de la Gran Pirámide de Tenochtitlan en 1487, los aztecas sacrificaron unos 80.400 prisioneros en el transcurso de cuatro días. Según Ross Hassig, autor de La guerra azteca, "entre 10.000 y 80.400 personas" fueron sacrificados en la ceremonia. La estimación más alta promediaría 14 sacrificios por minuto durante la consagración de cuatro días. Cuatro mesas estaban dispuestas en la parte superior para que las víctimas pudieran ser arrojadas por los lados del templo (Hassig 35). Sin embargo, según el Códice Telleriano-Remensis, aztecas que hablaron con los misioneros contaron sobre una cifra mucho menor para la nueva consagración del templo, cerca de 4.000 víctimas en total.

Michael Harner, en su artículo de 1977 “El enigma del sacrificio azteca”, estima que el número de personas que se sacrificó en el centro de México en el siglo 15 era tan alto como 250.000 por año. Fernando de Alva Ixtlilxóchitl Cortés, descendiente mexica y el autor del Códice Ixtlilxóchitl, estima que uno de cada cinco niños de los sujetos mexica fue asesinado al año. Víctor Davis Hanson sostiene que una reclamación por Don Carlos Zumárraga de 20.000 por año es "más plausible" (Harner 89). Otros estudiosos creen que, dado que los aztecas a menudo trataron de intimidar a sus enemigos, es más probable que ellos podrían haber inflado el número como una herramienta de propaganda (Harner 91). Lo mismo se puede decir de los cálculos inflados de Bernal Díaz cuando, en un estado de shock visual, él groseramente calculó mal el número de cráneos en una de las siete tzompantlis Tenochtitlan. El argumento en contra es que tanto los aztecas como Díaz fueron muy precisos en la grabación de los otros muchos detalles de la vida azteca, y la inflación o la propaganda sería poco probable. Según el Códice Florentino, cincuenta años antes de la conquista de los aztecas quemaron los cráneos de los primeros tzompantli. Arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma ha descubierto y estudiado algunos tzompantlis (Harner 92).

Los sacrificios se hicieron en días específicos. Sahagún, Juan Bautista de Pomar y Motolinía informan que los aztecas tenían dieciocho festividades cada año, una por cada mes azteca. Indican claramente que en

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