75 AÑOS DE LA ASOCIACION GANADERA VERACRUZANA

Los 75 años de la AGL de Tuxpan

Por José Luis Portilla Núñez

En el marco de la celebración de los 75 años de haberse constituido la Asociación Ganadera Local de Tuxpan, Ver., es menester referimos aunque sea de manera breve a los antecedentes históricos de la actividad ganadera, que es a la que nos dedicamos.

Entre otras circunstancias, derivadas de la conquista hispana de 1522, de la zona donde está ubicado el Municipio de Tuxpan, Veracruz los capitanes conquistadores son premiados con el otorgamiento de tierras, primero con las denominadas encomiendas, que les daban en posesión cierta cantidad de tierras y sus pobladores para su explotación a cambio solo de evangelizarlos.

Así, hasta 1550, encontramos la de TUZAPA o TABUCO, para Cristóbal de Tapia y la de TUSPA o TOMILCO de Andrés de Tapia cuyas colindancias llegaba a lo que hoy es Huauchinango, Xicotepec, Metlaltoyuca, Puebla y Papantla, Veracruz.

Ya en 1542, había surgido otro tipo de tenencia de la tierra denominada merced que era ya en propiedad para lanado mayor con el mayor aprovechamiento en el término de un año, como lo fue la de TABUCO asignada a Rodrigo Gómez, Antonio de Carbajal, Juan Tapia, Vicente Palmeros y Agustín Aguilar. Estando estos ya autorizados inclusive para vender o fraccionar. Situación que prevaleció hasta finales del siglo XVIII, cuando la mayor parte de las tierras se había ya reincorporado a la Hacienda Real o convertido en grandes haciendas como la de Asunción y Santiago de la Peña, en las que las cofradías o repartimientos habían fomentado hatos ganaderos, muchos de los cuales se encontraban en estado silvestre.

Durante la época colonial, la despoblación existente ocasionó el abandono de las tierras y la explotación de las selvas, siendo hasta después de la Independencia, cuando existe una apertura comercial que propicia ya encontrar a los Indígenas huastecos sembrando sus cultivos, rotándolos éstos en pequeños espacios, que le van ganando de manera gradual terreno a los bosque y selvas y aunado a esto la llegada de Inmigrantes que empiezan a trabajar en pequeñas plantaciones de caña de azúcar y algodón siendo las de mayor uso las dedicadas a ganadería.

El reconocimiento propio de los hacendados de su limitada capacidad tecnológica que a través del arrendamiento sólo les permitía el corte de madera y su explotación o el de la recolección de productos, que libremente hacían los pobladores, sin ningún beneficio real para los dueños, la tendencia liberal de la compra de haciendas, impulsada por el gobierno (Liberal) Federal y la venta de las tres más grandes haciendas del Cantón: en 1826 la de Buena Vista de Doña Josefa Rodríguez de Uluapan a los comuneros de Temapache con más de 15 mil hectáreas y en 19S3 la de Asunción y Santiago de la Peña de los herederos de la Familia García Turuel a los vecinos de Tuxpan y Cabellos blancos con una extensión de 84 mil hectáreas, que había sido propiedad de D. Guadalupe Victoria, modificaron la forma de la tenencia de la tierra y permitió a la Huasteca Veracruzana un desarrollo que la incorporó a la economía del Mercado.

Los vecinos tuxpeños que participaron en la compra de sus tierras, por décadas por la dimensión de las adquiridas vieron sobradas sus necesidades, existiendo sin embargo la obligación de atenderlas y no abandonarlas a riesgo de ser repartidas, aunque a partir de 1874, pudieron venderlas o explotarlas en lo que más les beneficiara sin afectar a terceros. Estos como ya dijimos dedicaron pequeñas extensiones o cultivos comerciales, a la recolección del hule pimienta, chicle, corte de madera, siendo las ocupadas por la ganadería las más grandes.

Así advino la creación de un número importante de ranchos cuya actividad no requería de abundante mano de obra ni grandes inversiones de capital para la reproducción de los hatos, que también va ligada a la expansión de comerciantes del Puerto, que transfieren recursos a la ganadería, adquiriendo lotes de las haciendas fraccionadas a precios relativamente bajos.

También como en otras reglones la devastación de los bosques por la explotación ya citada de la madera preciosa, para la industria, durmientes, leña para los vapores, hornos de cal y trapiches fue dejando terrenos donde se fueron creando potreros, que extendieron e hicieron más rentable aún la actividad ganadera, cuya carne era reclamada par el Mercado Nacional e Internacional.

El crecimiento de los pastizales cada vez más alejados de los medios de comunicación, limitó la vigilancia directa de los propietarios, lo que propició el desarrollo del abigeato.

Ante la dificultad para reclamar un novillo extraviado por la falta de marca, los ganaderos se vieron obligados a herrar los animales, lo que no era suficiente por lo que fue requisito de ley desde 1869 registrar las marcas para que no existieron dos iguales en una misma región y obligatorio para todos aquellos que tuvieran más de 10 cabezas de ganado vacuno, caballar o mular.

La importancia que alcanzó la actividad ganadera en el Cantón de Tuxpan, lo refleja el hecho de que de 2500 marcas registradas, 614 correspondían a los de Tuxpan, compitiendo igual en la producción de carne con los de Tampico y Veracruz que en 1873, incluía la producción de la cuenca del Papaloapan y la región de Minatitlán.

La venta de reses llegó a la cifra superior a 6,000 que era el tercer lugar en la entidad. En los años siguientes la

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