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Antonio López De Santa Anna


Enviado por   •  6 de Febrero de 2012  •  2.769 Palabras (12 Páginas)  •  1.208 Visitas

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Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón (21 de febrero de 1794 – 21 de junio de 1876) fue un político y militar mexicano. Fue Presidente de México en once ocasiones. A lo largo de su larga carrera política se unió en distintas ocasiones a realistas, insurgentes, monárquicos, republicanos, liberales y conservadores. Santa Anna fue también gobernador de Yucatán en 1824. Su figura es una de las más importantes y polémicas en la historia mexicana.

Primeros años

Nació en Xalapa, Veracruz. Fue hijo del notario Antonio López de Santa Anna y su esposa Manuela Pérez de Lebrón. Ambos padres deseaban para él un porvenir tranquilo y acomodado, como correspondía a un joven de ascendencia española. Sin embargo, por su carácter aventurero y sus deseos de sobresalir, consiguió ingresar en el Ejército Real de la Nueva España a los dieciséis años, el 6 de julio de 1810 como simple cadete en el Regimiento de Infantería Fijo de Veracruz. En 1811 su regimiento fue convocado para sofocar el movimiento insurgente iniciado un año antes por el cura Miguel Hidalgo y Costilla pero, debido a la derrota de Hidalgo en la Batalla de Puente de Calderón, fue enviado hacia el norte. Las primeras experiencias militares de Santa Anna se desarrollaron en la provincia de Nuevo Santander y en la de Texas, bajo el mando del coronel José Joaquín de Arredondo.

En el Ejército Trigarante

Su carrera política empezó en 1821, fecha en el que el Plan de Iguala de Iturbide consagró la independencia de la Nueva España, siendo su instructor Joaquín de Arredondo. Iniciaría entonces una larga serie de imprevisibles adhesiones ideológicas. Enviado por el gobierno colonial a dar auxilio a la ciudad de Orizaba que estaba sitiada por los rebeldes, los derrotó y fue condecorado por el virrey y ascendido a teniente coronel. Fue nombrado comandante del puerto de Veracruz pero horas después se levantó en armas contra el gobierno realista, uniéndose a los insurgentes gracias a la persuasión de José Joaquín de Herrera. Fue derrotado en esa plaza pero se hizo fuerte en Córdoba.

Bajo su mandato en Veracruz, logró obligar a los españoles a retroceder hasta el fuerte de San Juan de Ulúa, último reducto de éstos.

Como muchos otros militares se unió a Iturbide, sólo como una estrategia política, para obtener apoyos personales. Iturbide propuso formar un congreso con una cámara única con la representación proporcional a la importancia de clases y con elección directa, dando así predominio a los grupos privilegiados. Santa Anna y los insurgentes estaban de acuerdo con la independencia, pero no aceptaba que la dirigiera la clase alta, pues según él no eliminarían los privilegios de los peninsulares que aún quedaban en México. La Suprema Junta Provisional Gubernativa pidió una sola cámara sin separación de clases ni representación proporcional y por medio de elección indirecta. De esta manera se conformó por abogados, clero bajo y medio.1

Rechazo al imperio de Iturbide

Retrato de Santa Anna.

La transformacion de Nueva España a México no iba a ser fácil. España desconoció hasta 1836 la independencia de su colonia y esto hizo que aumentara el fervor de libertad en las principales ciudades. Luego de firmar Iturbide los Tratados de Córdoba, en los que México se declaró independiente, empezó la polarización de políticos y militares mexicanos. Había en el recién nombrado congreso constituyente representantes monárquicos o borbonistas, republicanos e iturbidistas.

Iturbide se coronó emperador gracias a un tumulto compuesto por el ejército y la plebe que pidió la corona para Agustín I el 18 de mayo de 1822, y de esta forma presionó al Congreso para instituir el Imperio como nueva forma del Estado. La oposición republicana no tardó en exacerbarse, en Michoacán se descubrió un complot para formar la República y, en consecuencia, se detuvo a quince diputados, entre ellos a Servando Teresa de Mier y a Carlos María de Bustamante.2

Iturbide disolvió el Congreso el 31 de octubre por considerar que su ideología liberal y repúblicana era utópica; en su lugar, designó a cuarenta y cinco diputados partidarios suyos. Los antiguos insurgentes Nicolás Bravo, Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria se sintieron traicionados, Santa Anna reapareció en la vida pública, emitió el Plan de Veracruz y poco tiempo después el Plan de Casa Mata, declarando ilegal la elección del emperador y pronunciándose a favor de los republicanos. Los borbonistas también se unieron al levantamiento. El general Echevarri, quien fue designado para combatir la rebelión a Jalapa, también decidió unirse en contra del imperio. Iturbide sólo fue apoyado por el clero y decidió abdicar.2

Desterrado Iturbide en 1823 y restaurado el Congreso, comienzan las pugnas entre centralistas y federalistas, a los que Santa Anna se une de inmediato. En esta ocasión fracasa un levantamiento que surgió en San Luis Potosí. Santa Anna, como su principal comandante, es enviado a la ciudad de México para ser juzgado; por influencias que tenía en la Corte, fue absuelto.

[editar] La ambición de la presidencia

Durante los primeros años del México independiente, los acontecimientos ayudaron a Santa Anna en su imparable ascenso. Los levantamientos de 1827 le dieron la posibilidad de ponerse del lado del gobierno de forma sorprendente, puesto que la participación de su hermano Manuel del lado rebelde, hacía suponer que Santa Anna se retiraría de su hacienda en Veracruz para apoyarlo. La suerte de los dos hermanos fue muy distinta a raíz de este acontecimiento: mientras Manuel era desterrado, Antonio obtenía el gobierno de Veracruz.

Poco más tarde se le brindó una nueva oportunidad. La convocatoria a las elecciones de 1828 nacía con la controversia entre las posturas representadas por Manuel Gómez Pedraza y Vicente Guerrero. Los partidarios del primero se oponían a hacer efectiva la expulsión de los españoles restantes en el país. Apenas once días después de que Gómez Pedraza ganara las elecciones, Santa Anna se rebeló, exigiendo la sustitución del presidente electo por el general Vicente Guerrero , inaugurando con esto el inicio de las interminables guerras civiles en el país naciente.

La variedad de recursos con los que contaba Santa Anna para financiar su levantamiento fue amplia. Se cuenta que, necesitado de dinero, se apoderó del convento de San Francisco de Oaxaca, disfrazó a sus soldados de frailes y convocó a misa. Una vez en la iglesia, mandó cerrar las puertas y, por medio del secuestro, exigió a

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