Asesinato

Espeluznante : Quinceañera mató a puñaladas a su abuela, "ya me tenia cansada ", confesó

Hoy voy a contar lo que me sucedió aquella mañana de abril, para ser más precisa era el día 6 de ese mismo mes. El clima, fresco, otoñal, la gente se despertaba como todos los lunes para ir a sus trabajos, mi madre no era la excepción. Vivo en Chimbas, más precisamente en la villa Ros. Como padre no tengo mi mamá trabaja tiempo completo para mantenerme a mí y a mis hermanitos. Eso significa que yo tengo que quedarme a cargo de la casa. Tengo 14 años y siempre me pregunto que será llevar otra vida. A veces quiero salir a divertirme en lugar de tener que cuidar de todos, incluso de mis abuelos, porque la casa es de ellos. Mi abuelo duerme todo el día, ese día no fue la excepción. Tiene el dormitorio al fondo de la casa, y desde la cocina se lo escucha dormir. Mi abuela por el contrario se levanta temprano y empieza a dar órdenes desde que comienza el día. Cree que porque vivimos en su casa todos somos sus empleados. Mientras mis hermanos juegan ella me manda de un lado a otro de la casa, me pide que limpie, que barra, que lave, y hasta que le cebe mate. Hace tiempo no soporto esta situación, de no ser por mi novio creo que estallaría. Sin embargo mi relación con él últimamente es todo menos perfecta. Sospecho que se está cansando de mí. Él es más grande que yo, y yo nunca puedo salir. Siempre estoy esclavizada en esta casa que ni siquiera es mía, ocupándome de un hogar mientras mi madre no lo hace. Pero algún día las cosas tienen que cambiar, y ese día de abril finalmente todo cambió.

Esa mañana como iba diciendo, no fue la excepción. Todos dormían salvo mi abuela y yo, quien aprovechó para mandarme a la panadería. Hacía frío esa mañana, lo recuerdo bien porque yo me rehusé a ir. A ella, que no le importa nada de mí, tampoco le importó esa vez y me obligó. Iba a la panadería pensando en un cambio, pensando en cambiar mi vida de una vez y para siempre, y pensando cómo lo iba a lograr. Volvía de la panadería y seguí pensándolo incluso al doblar la esquina de mi casa y al sacar las llaves del bolsillo de mi pantalón. Algo me extraño, la puerta estaba abierta y yo no recordaba haberla dejado así. Decidí no darle mayor importancia y entré.

La casa en silencio excepto el ruido del televisor me transmitió una mala sensación. Sensación que confirmé en cuanto entré a la cocina y vi tendida en el suelo a mi abuela, desangrándose. Creo que entré en shock, no supe que hacer. Pudo haber pasado un minuto o una hora, cuando sentí que mi mamá llegó. Pegó un grito que despertó a toda la casa y la llevó inmediatamente al hospital en una ambulancia, pero no fue suficientemente veloz y mi abuela murió.

Estos son los hechos, pero mi historia en verdad comienza después, con los interrogatorios policiales. Al principio creyeron en mí cuando

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