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Batalla De Ayacucho


Enviado por   •  30 de Octubre de 2013  •  2.563 Palabras (11 Páginas)  •  625 Visitas

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Batalla de Ayacucho

La Batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento dentro de las campañas terrestres de las guerras de independencia hispanoamericanas (1809-1826) y significó el final definitivo del dominio colonial español en América del sur. La batalla se desarrolló en la Pampa de Quinua o Ayacucho,17 Perú, el 9 de diciembre de 1824.

La victoria de los independentistas supuso la desaparición del contingente militar realista más importante que seguía en pie, sellando la independencia del Perú con una capitulación militar que puso fin al Virreynato del Perú. No obstante, recién en 1836 España renunció a la soberanía de sus posesiones continentales americanas. El tratado de paz, amistad y reconocimiento con el Perú fue firmado el 14 de agosto de 1879 en París.

Desarrollo de las acciones

El dispositivo organizado por Canterac preveía que la división de vanguardia de Valdés rodease en solitario la agrupación enemiga, cruzando el río Pampas para fijar en el terreno a las unidades de la izquierda de Sucre, lo que se realizaba en la primera fase de la batalla. Mientras, el resto del ejército realista descendía frontalmente desde el cerro Condorcunca, abandonando sus posiciones defensivas y cargando contra el grueso del enemigo al que esperaba encontrar desorganizado, quedarían en reserva los batallones Gerona y Fernando VII dispuestos en segunda línea para ser enviados a donde fueran requeridos.

Sucre se dio cuenta inmediatamente de la arriesgada maniobra, que resultaba evidente en la medida que los realistas se encontraban en una pendiente, imposibilitados de camuflar sus movimientos. El coronel español Joaquín Rubín de Celis, que mandaba el Regimiento primero del Cuzco, y que debía proteger el emplazamiento de la artillería, que aun se encontraba despiezada y cargada en sus mulas, se adelantó impetuosamente al llano muy prematuramente, interpretando defectuosamente órdenes directas del Virrey "se arrojó solo y del modo más temerario al ataque" donde su unidad fue destrozada y él mismo muerto en el decisivo contraataque de la división de Córdova, que entonces avanza en compactas formaciones de línea, y que con un fuego eficaz también empuja atrás a los dispersos tiradores de la división de Villalobos, acabados de descender. La división de Córdova, apoyada por la caballería de Miller, acometió directamente a la masa desorganizada de tropas realistas que sin poder formar para la batalla descendían en hileras de las montañas, fue antes de iniciar este ataque que el general José María Córdova pronunció su famosa frase "División, armas a discreción, de frente, paso de vencedores".

Viendo el descalabro que había sufrido su izquierda, el general Monet, sin esperar que su caballería formara en el llano, cruzó el barranco y a la cabeza de su división se lanzó sobre la de Córdova logrando formar en batalla a dos de sus batallones pero prontamente atacado por la división independentista fue envuelto antes que el resto de sus tropas pudieran formar también en batalla. Durante estas acciones Monet fue herido y tres de sus jefes muertos. Los dispersos de su línea arrastraron en su retirada a las masas de milicianos. La caballería realista al mando de Ferraz cargó sobre los escuadrones enemigos que acosaban la izquierda de Monet pero que apoyados por el vivo fuego de su infantería causaron una enorme cantidad de bajas en los jinetes de Ferraz cuyos sobrevivientes fueron obligados a volver grupas y abandonar precipitadamente el campo de batalla.

En el otro extremo de la línea, la segunda división de José de La Mar apoyada por el batallón Vargas de la tercera división de Jacinto Lara detuvieron juntas la acometida de los veteranos de la vanguardia de Valdés que habíanse lanzado a tomar una solitaria casa ocupada por algunas compañías independentistas, las cuales si bien fueron arrolladas en principio y obligadas a retroceder, oportunamente reforzadas por la carga de los Húsares de Junín bajo la dirección de Miller y luego por los granaderos a caballo volvieron al ataque,41 al que se sumaría luego la victoriosa división de Córdova. El Virrey La Serna y demás oficiales intentaron restablecer la batalla y reorganizar a los dispersos que huían y el mismo general Canterac dirigió la división de reserva sobre la llanura. Sin embargo los batallones del Gerona no eran los mismos que habían vencido en las batallas de Torata y Moquegua, pues durante la rebelión de Olañeta habían perdido a casi todos sus veteranos e incluso a su antiguo comandante Cayetano Ameller. Esta tropa compuesta por reclutas forzados a combatir se dispersó antes de enfrentar al enemigo siguiéndole luego tras una débil resistencia el batallón Fernando VII. A la una de la tarde el virrey había sido herido y hecho prisionero junto a gran número de sus oficiales y aunque la división de Valdés seguía combatiendo en la derecha de su línea la batalla estaba ganada para los independentistas. Las bajas confesadas por Sucre fueron 370 muertos y 609 heridos mientras que las realistas fueron estimadas en 1.800 muertos y 700 heridos.

Con los diezmados restos de su división Valdés logró retirarse a las alturas de su retaguardia donde se unió a 200 jinetes que se habían agrupado en torno al general Canterac y a algunos pocos dispersos de las derrotadas divisiones realistas cuyos desmoralizados soldados en fuga llegaron incluso a disparar y asesinar a los oficiales que intentaban reagruparlos. Con el grueso del ejército real destruido y el mismo virrey en poder de sus enemigos los jefes realistas capitularon tras la batalla.

Croquis de la batalla de Ayacucho.40

A. Posiciones realistas en la noche del 8 al 9

B. Maniobra preparatoria para el ataque realista

C. Marcha de los batallones al mando del coronel Rubín de Celis

D. Maniobra y ataque de la división Monet

E. Ataque de la vanguardia de Valdés sobre la casa ocupada por los independentistas

F. Carga de la caballería realista

M. Avance y dispersión de los batallones de Gerona parte de la reserva realista

K. Batallón Fernando VII, última reserva realista

La capitulación de Ayacucho

Don José Canterac, teniente general de los reales ejércitos de S. M. C., encargado del mando superior del Perú por haber sido herido y prisionero

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