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Batalla De Bombona


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2012  •  1.857 Palabras (8 Páginas)  •  2.920 Visitas

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La batalla de Bomboná fue un combate que tuvo lugar el 7 de abril de 1822 entre tropas colombianas y españolas durante la marcha del ejército de Simón Bolívar hacia Quito.

El general García estableció una posición defensiva en las alturas de Cariaco. Bolívar luego de hacer un reconocimiento decidió atacar por la derecha con el Batallón Rifles mientras el general Pedro León Torres atacaba frontalmente las defensas enemigas con dos batallones de infantería y dos escuadrones de caballería. El combate comenzó a las 3:30 pm, las tropas del general Torres fueron rechazadas con grandes rdidas pero el general Manuelito Valdés al mando del Rifles cubierto por la neblina flanqueo a los españoles por la derecha. Rodeados los realistas, se retiraron en horas de la noche. La batalla se saldó con grandes bajas en ambos bandos.

Las grandes bajas sufridas en el enfrentamiento paralizaron por unos días a Bolívar mientras esperaba refuerzos. La batalla fue igualmente desastrosa para los españoles, a pesar de que detuvieron a los colombianos un breve tiempo para ello tuvieron que desviar tropas de Quito donde Sucre se hallaba a la ofensiva. Los realistas de Pasto capitularían poco después.

Comandantes

Simón Bolívar

Basilio García

Fuerzas en combate

3.000 soldados 2.200 soldados

2 cañones

Bajas

115 muertos

343 heridos 250 entre muertos y heridos

Respecto a la entrevista entre San Martín y Bolívar

" La opinión casi unánime de los historiadores se pronuncia por el carácter confidencial de las mismas, basándose en la su vez casi unánime versión que al respecto dieron los cronistas de este acontecimiento.

El análisis de cada uno de los diversos testimonios que nos ha dejado San Martín sobre la entrevista con su par Simón Bolívar nos ha de permitir fijar en forma clara y precisa cual fue la versión del Protector del Perú acerca de este acontecimiento.

Dice San martin:

En cuanto a mi viaje a Guayaquil, el no tuvo otro objeto que el de reclamar del general Bolívar los auxilios que pudiera prestar para terminar la guerra del Perú, auxilio que una justa retribución (prescindiendo de los intereses generales de América) lo exigía por los que el Perú tan generosamente había prestado para libertar el territorio de Colombia.

Estos auxilios no me parecieron suficientes para terminar la guerra, pues estaba convencido que el buen éxito de ella no podía esperarse sin la activa y eficaz cooperación de todas las fuerzas de Colombia; así es que mi resolución fue tomada en el acto, creyendo de mi deber hacer el último sacrificio en beneficio del país. Al siguiente día y en presencia del vicealmirante Blanco, dije al libertador que habiendo convocado el congreso para el próximo mes, el día de su instalación sería el último de mi permanencia en el Perú, añadiendo: ahora le queda a usted general un nuevo campo de gloria en el que va usted a poner el último sello a la libertad de América.

La bibliografía sobre la entrevista de Guayaquil es vastísima, pues como acontecimiento rodeado de una aureola de misterio, ha incitado a los estudiosos a intentar profundizar sobre tal suceso histórico. No podemos dejar de señalar que la división entre sanmartinianos y bolivaristas, en países que no son no Argentina ni Venezuela, así como la intromisión del nacionalismo en el enfoque de este hecho entre los historiadores argentinos y venezolanos, no han hecho sino enmarañar este suceso.

El Protector debió meditar sobre la verdadera situación político-militar del Perú. A pesar de que con gran júbilo se había proclamado la independencia, en el terreno de los hechos el Perú aún no era realmente libre, toda vez que el ejército realista permanecía intacto en sus acantonamientos del centro y sur del país. Mientras dicho ejército permaneciese en el Perú, no se podía hablar realmente de independencia y libertad. Era pues indispensable derrotarlo, pero para ello era necesario concebir un plan adecuado y buscar todos los elementos que asegurasen el éxito. Fue así que San Martín concibió su plan a puertos intermedios, el cual requería, para llevarlo a cabo con éxito, de un numeroso y poderoso ejército, que en aquel momento San Martín no disponía. Es por ello que decidió solicitar ayuda de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de Chile y de Colombia. Al primero de los estados nombrados envió como comisionado a don Antonio Gutiérrez de la Fuente, quien fracasó en su gestión a causa de la indiferencia del gobierno de Buenos Aires. Con Colombia el asunto se facilitó, pues el Libertador había enviado al Perú a Joaquín Mosquera, para firmar un tratado de unión. El 6 de julio de 1822 Joaquín Mosquera por Colombia y Bernardo Monteagudo por el Perú, suscribieron dos tratados de "unión, federación y liga" por los cuales quedaban ambas naciones unidas en sus fuerzas, en sus intereses y en sus ciudadanías recíprocas, aunque conservando cada una de ellas su independencia y plena autonomía.(1)

Ya hemos comentado tanto la misiva de 3 de marzo, del Protector al Libertador, como la de 22 de junio, de Bolívar a San Martín, en respuesta a la anterior, donde se expresaban ambos caudillos sus deseos de verse reunidos en algún lugar de América. Asimismo mencionamos que el día 13 de julio el Protector se volvió a dirigir a Bolívar, esta vez para informarle que antes del 18 saldría del Callao rumbo a Guayaquil para de allí pasar a Quito, "a saludar a V.E." y "combinar en grande los intereses que nos han confiado

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