CONCEPTO Y DISCURSOS SOBRE EL ESTADO

CONCEPTO Y DISCURSOS SOBRE EL ESTADO

Clase 1

I. El Estado como estructura que expresa la más alta autoridad

A partir del prefacio de De Cive de Hobbes, en donde se propone llevar a cabo una investigación más exhaustiva sobre los derechos del Estado y los deberes del ciudadano, la idea de que la confrontación entre individuos y Estados nutre el tema principal de la teoría política ha sido aceptada universalmente. La sugestión de Hobbes que los deberes del sujeto eran debidos al Estado en vez de al gobernante , era una idea nueva y muy contenciosa. Así mismo, estos deberes eran debidos exclusivamente al Estado en vez de a una multiplicidad de autoridades jurisdiccionales. Por tanto, el uso que le dio a “Estado” era para connotar la más alta forma de autoridad en términos de gobierno civil.

Esta declaración puede ser vista como el fin de una era en donde el concepto de poder público había sido tratado en términos mucho más personales y carismáticos.

Desde el catorceavo siglo el término Latín status, junto con estat, stato y state, pueden encontrarse en una variedad de contextos políticos. Desde este período formativo estos términos parecen haber sido usados predominantemente para referirse al estado o standing del propio gobernante.

Con el resurgimiento del derecho romano en el siglo XII la palabra status fue designada para el estatuto legal de todo tipo y condición de hombre, en donde los gobernantes disfrutaban un distintivo “estado real”, estat du roi o status regis.

Cuando la pregunta por el status del gobernante era hecha, esta era generalmente para enfatizar que debía ser vista como un estado de majestad, un alto estado, una condición de estatidad (como sucedió en las bien establecidas monarquías de Francia e Inglaterra a través del siglo XIV).

Resaltando la sugestión de que una cualidad distintiva de estatalidad le “pertenecía” a los reyes está la prevaleciente creencia de que la soberanía está íntimamente conectada con el manejo que la presencia de la majestad hacía de ella misma como una fuerza ordenadora.

Al final del siglo catorce el término status se convirtió regularmente usada para referir el estado o condición de un reino o Commonwealth. Esto se muestra cuando en la contención de Ulpiano en donde la ley tiene dos áreas, la pública y la privada y en donde la ley pública es al que pertenece al status rei Romanae. Este uso de la terminología es común en el siglo catorce tanto en Francia como Inglaterra se habla del “estado del reino” o estat du roilme.

Si miramos hacia las ciudades-estado de Italia, nos encontramos con esta terminología mucho antes. Los primeros libros con consejos para los magistrados de la ciudad alrededor del siglo trece decía que su principal preocupación era el status civitatum, el estado o condición de las ciudades como entidades políticas independientes.

II. El discurso republicano

Muchos de los escritores como Filippo Ceffi o Giovanni da Viterbo, enfatizaban mucho el punto que los jefes magistrados tenían el deber de mantener sus ciudades en un buen, feliz o prospero estado. Este ideal de aspirar a mantener el bonus o hasta el optimus status reipublicae era romano en origen. El autor de Oculus pastoralis habla de la necesidad de mantener la feliz, ventajosa, honorable y prospero status de la civitas de uno. Estos autores proveyeron la primera afirmación clásica de lo que significa para el civitas o respublica obtener su mejor estado/condición. Esto requiere, todos están de acuerdo, que nuestros magistrados deberían seguir los dictámenes de la justicia en todos sus actos públicos, en donde como resultado el bien común sería promovido, la causa de paz mantenida y la felicidad general del pueblo estaría asegurada.

Esta visión de la optimus status reipublicae se volvió luego central para los humanistas de los quattrocento para el buen ordenamiento de la vida política. Para Giovanni Campano si el buen status de la comunidad debe ser preservado, entonces toda ventaja individual o faccional debe estar subordinada al “bien común de la ciudad como un todo”. Los humanistas Erasmianos importaron los mismos valores al norte de Europa a comienzos del siglo XVI. El propio Erasmus argumentaba que “el status de la felicidad es alcanzada cuando hay un príncipe que todos obedecen, que este obedece las leyes y estas responden a nuestros ideales de honestidad y equidad” (pg. 5).

Para seguir tanto la adquisición del concepto y al mismo tiempo su expresión a través de términos como status, stato o estado, no deberíamos enfocarnos en la evolución de las teorías legales sobre el status de los reyes en el siglo XIV y XV. El termino status era rara vez usado en por los abogados civiles y prácticamente desoído por parte de los escritores políticos. Siempre estuvo referido al estado del rey y no como la idea moderna de estado como un aparato separado del gobierno.

Es en las tempranas historias y los libros de consejo para los magistrados en donde el término status y stato fue consistente y primeramente usado en un nuevas y extensivas maneras. Muchas ciudades a través de Regnum Italicum pudieron adquirir ellas mismas el estado autónomo de repúblicas autogobernables. Claro que estas comunidades probaron ser inestables y en el curso de siguiente siglo fueron reorganizadas bajo un régimen más fuerte y centralizado de príncipes hereditarios. Sin embargo, esto no sucedió con Venecia o Florentina que lograron preservar su hostilidad tradicional con respecto a las monarquías hereditarias.

a. ¿Podestá elegido o signore hereditario?

La evolución de estas formas políticas hizo emerger las preguntas sobre cuál era el mejor régimen para asegurar que una independiente civitas o respublica mantenga su optimus status. ¿Era más sabio optar el gobierno de un signore hereditario o mantener un sistema electivo de gobierno basado en el podestá u otros magistrados?

A través del surgimiento en el siglo XIV de las herencias signori se acepto que la mejor manera para asegurar el estado de cualquier comunidad política se debía instituir el gobierno de un príncipe sabio. Por ello, muchos de los escritores del Renacimiento escribían como un gobernante puede alcanzar los objetivos de honor y gloria para él, mientras maneja la forma de promover la felicidad de sus ciudadanos. Si bien su preocupación era más básica: como aconsejar el nuevo signori de Italia en cómo mantener su status principis o stato del príncipe, su estado político como efectivo gobernador su sus territorios existentes. Así el termino stato para denotar el estado político de los gobernantes

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