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Caballeros Rebeldes


Enviado por   •  29 de Octubre de 2012  •  1.270 Palabras (6 Páginas)  •  427 Visitas

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HÉROES, CABALLEROS Y GUERREROS :

TRES MODOS DE ENFRENTAR LA VIDA

El hombre ha vivido a través de muchos siglos las consecuencias de una constante fragmentación de su interioridad, esto último por la pugna constante entre, por una parte, su mundo interno, subjetivo, y por otra, por la realidad cotingente a la cual debe pertenecer.

Debido a lo anterior, uno de los modos particulares que posee el ser humano para manifestar el dramatismo de un mundo que percibe como relativo, es aquello que conocemos como “arte”.

Entenderemos el concepto de arte, como la proyección de un ser a través de una creación (pintura, literatura, cine, etc.), para así encontrar la verdad de “su” mundo, y la relación entre éste y el infinito, es decir, la realización concreta de su “unidad”, tanto interior como exterior. Es por esto que la idealización de los rasgos valóricos que sueña el artista, pueden ser, de algún modo, comprendidos muchos siglos después, y nuestro deber como “espectadores” es, ciertamente, descubrir aquel “mensaje oculto” vivo dentro de cualquier obra, para así enriquecer nuestra propia existencia.

De lo anterior se desprende también que aquella idealización humana entregada por el artista, está limitada a la visión de mundo que rodea a éste, y por lo tanto, es sólo una perspectiva personal de la vida. Sin embargo, existen rasgos esenciales que son comunes a todas las épocas, pero que en su forma se presentan de manera diferente. Es así como, por ejemplo, podemos establecer diferencias entre la actitud de Rodrigo Díaz de Vivar en el Poema de mío Cid , la de Percival en El cuento del Grial , la conducta de Patroclo en La Iliada , o incluso, la actitud de William Wallace en la película Braveheart. (Corazón Valiente).

La motivación que inspira este ensayo es, ciertamente, lograr una diferenciación entre tres formas por las cuales, a mi juicio, el hombre ha sentido y vivido idealmente su contingencia : como Héroes, Caballeros y Guerreros.

La diferenciación fundamental que se puede observar entre las tres concepciones anteriores, se manifiesta en el hecho que estas propuestas se constituyen desde lo más terreno, elevándose hacia el conocimiento más ideal, esto último, caracterizado por lo que se puede denominar: “modo de enfrentar la vida”. Lo anterior implica que cada hombre, producto de las circunstancias que lo rodean, reaccionará con una actitud que, en algunos casos puede ser lógica, racional, pero que en otros puede plantearse con la claridad que conlleva la sabiduría.

Es importante reconocer, sin embargo, que aquellas “actitudes” que nosotros denominamos como “heroicas”, están subordinadas no a la perspectiva y punto de vista del hombre “protagonista del hecho”, sino que a la contingencia del hombre que interpreta aquella realidad. En consecuencia, lo que nosotros determinemos como “verdadero” estará, a su vez, determinado por la interpretación de la sucesión de hombres que “escucharon” aquel hecho categorizado por ellos como “heroico” y, por lo tanto, digno de ser transmitido a las nuevas generaciones.

Como ejemplo de lo anterior, podemos nombrar la tradición de Rodrigo Díaz de Vivar, cuya existencia histórica lo remonta al año 1102 , y la tradición popular, por el contrario, ya lo describe de una manera diferente en el Romancero y principalmente en el Poema de Mio Cid , hacia el año 1140. Incluso tenemos en la actualidad nuevas interpretaciones, como es el caso de Mio Cid Campeador de Vicente Huidobro, las cuales actulizan aquel “hecho heroico”, pero con los rasgos propios de la época en que se realiza la nueva creación.

Por el contrario, la actitud de la tradición implica también recordar sólo aquel hecho que es considerado “heroico”, desechando aquéllos no relevantes, los que serán olvidados por la misma tradición anterior. De esto último se desprende que la denominación de “heroico”, también será parte de una interpretación particular de

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