Chihuahua

Los maestros en la Revolución

En este documento se enunciarán algunos aspectos que la educación tenía durante la revolución mexicana. Es necesario para nosotros saber estos aspectos para conocer no solo el evento revolucionario, nosotros como futuros docentes tenemos que ver cómo los maestros de esos tiempos influyeron para que la educación actual sea como lo es ahora basándonos en varias preguntas como son ¿Cómo era la educación en ese tiempo, quien y que enseñaban? ¿Qué maestros participaron y cual fue su papel durante la revolución? ¿Qué cargo desempeñaban las mujeres y maestras? ¿Cual fue el interés de los maestros para apoyar la revolución? ¿Cuáles fueron las consecuencias de la revolución para los maestros? Todo esto basándonos en varios textos, de diferentes autores asi como son, James D. Cocoford, Mary Kay Vaughan, Loyo Engracia, Ramón Bonfil, Leonardo Gomez Navas, entre otros, es necesario ver diferentes puntos de vista y encontrar a similitudes que tienen sobre esto para poder entender el concepto ya que todos tienen diferentes puntos de vista y también la información se va modificando en base al tiempo ya sean ideas erróneas o verdaderas.

Hablar de la revolución mexicana implica la pretensión de realizar un cambio. Los principales objetivos revolucionarios inspiradas por Francisco I. Madero, pretendían el derrocamiento de Porfirio Díaz, debido a que se había mantenido en el poder durante más de treinta años, sin embargo, con el triunfo maderista se le da un nuevo enfoque a la lucha, pues en esta época el país se encuentra en una fuerte crisis además eran muy pocos los edificios destinados a la educación y no existía un plan de estudios bien estructurado, esto comprende la conflictiva y complicada situación de un maestro para desempeñar su labor, además la ley de la obligatoriedad no funcionaba, y se creía que aparte de la falta de escuelas, había carencia de interés de las clases bajas de instrucción a sus hijos, siendo así que se ve la necesidad de llevar a cabo la reconstrucción y reestructuración del país.

Durante esta época la participación de los maestros en el movimiento armado fue también muy diversa: al igual que el resto de los empleados públicos, la mayoría de los maestros no intervino en la política y continuo desempeñando sus funciones sin importar el gobierno para el que trabajaran; no obstante, algunos fueron víctimas de la política y padecieron desde el retraso temporal e indefinido de sus sueldos hasta el cese por haber colaborado con el enemigo; otros, participaron en alguna de las facciones o grupos revolucionarios como ideólogos, escribanos, secretarios y consejeros de los jefes, organizadores y dirigentes de campesinos y obreros. Algunos de ellos llegaron a ser jefes políticos y militares.

Los maestros se sumaron a la revolución a los estados y ayuntamientos que se fueron a la oposición desde el principio.

Al inicio de esto, fueron muy pocos los maestros que por decisión personal se enrolaron en alguno de los grupos alzados o levantados en una región distinta y distante al lugar donde desempeñaba su función docente. Incluso poco antes del inicio de la revolución, se incorporaron los maestros del norte a comparación de los maestros del centro y sur del país que se incorporaron hasta después del triunfo de la revolución.

También Francisco Xavier Guerra sugiere que la participación de los maestros en la revolución fue mayor que la de otros grupos de profesionistas, pero durante el periodo prerrevolucionario su participación fue quizá menor.

Hubo varios maestros que fueron destacados en la revolución como son, Luis Cabrera, primer consejero político e ideológico de Venustiano Carranza y el profesor Otilio Montaño. Un ejemplo excelente es Esteban Baca Calderón, cuya mayor importancia radica, para los efectos de su excelente trabajo, en su actividad revolucionaria en Sonora, aunque posteriormente se haya convertido en general constitucionalista, leal a Álvaro Obregón y candidato a la gubernatura de Nayarit en 1917.

Pero el mejor ejemplo de un maestro, como no lo maneja James D. Cocoford, porque tuvo un profundo efecto sobre los progresos revolucionarios es Alberto Carrera Torres, el es señalado como el mejor ejempo ya que sugieró elementos psicológicos y políticos que contribuyeron en el papel radical que jugaron numerosos maestros de primaria en la Revolución Mexicana de 1910-1917. Las remotas protestas en contra de la dictadura de de Díaz, la ética puritana y el idealismo inalterable, la devoción a la reforma educativa y agraria, la insistencia en reformas socio-económicas, el desinterés en puestos políticos, la gravitación hacia la izquierda y la identificación con a las masas fueron elementos más o menos comunes a todos los maestros de la escuela que contribuyeron a la Revolución Mexicana.

Cuando Huerta llego al poder, casi todos los maestros del D.F. continuaron en el servició, los cambios que realmente radicaron fue al momento después de la caída de Huerta y fueron obligados a tomar partido entre las diversas funciones. La mayoría de los maestros de la capital no fueron a la Revolución ella llegó a ellos.

Cabe mencionar que durante la época de la revolución se disparó el indicie de maestras, debido a que eran ellas quienes aceptaban el trabajo, aún con las malas condiciones y bajos sueldos que el gobierno les proporcionaba, mientras que los barones se daban el lujo de rechazar las propuestas.

Durante la Revolución, la política para formar maestros fue una continuación del régimen porfiriano, aunque con algunos cambios importantes.

Al principio, el cambio más notable fue la interrupción del antiguo proyecto para federalizar la enseñanza primaria, uniformándola en todo el país mediante la centralización, se pretendía construir un sistema nacional de educación primaria moderno con elementos comunes e igual orientación en toda la república.

Esta iniciativa incluía la enseñanza normal como parte de la

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