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Club De Pelea


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2014  •  1.558 Palabras (7 Páginas)  •  171 Visitas

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DIGNIDAD HUMANA: DIMENSIONES Y FUENTES EN LA PERSONA HUMANA

En el mundo existen miles de formas de violencia, las cuales causan una sangrienta guerra mundial abierta y encubierta la cual se está desarrollando en la lucha contra la dignidad de la vida humana y el derecho que tienen a la vida los ancianos, los enfermos, los no nacidos y muchos otros: por medio de asesinatos terroristas y de la violencia bélica, pero también a través del aborto, del rechazo de embriones de la fertilización in vitro, de la matanza de embriones y su uso para la investigación de células madre, de la eutanasia y de muchos otros actos contra la vida. En el nivel de las ideas también se están librando la misma guerra contra el derecho de cada vida humana y de su dignidad. Aunque esta guerra no es nueva, si no vieja, podría fácilmente reclamar para sí el triste honor de ser la primera y más sangrienta guerra del nuevo milenio. Y nunca deberíamos acostumbrarnos a ella, no deberíamos dejar que pasara inadvertida, si no que tendríamos que unirnos a las fuerzas del bien que luchan por defender la dignidad humana en esta guerra. Dado que esta guerra se está manteniendo contra millones de personas, especialmente porque se está obviando del todo o interpretando de manera equivocada la dignidad humana, reconocemos la importancia puntual de nuestra pregunta acerca de la dignidad humana y de sus fuentes. ¿Qué es dignidad?

Dignidad se significa, la determinada categoría objetiva de un ser que reclama, ante sí y ante otros, estima, custodia y realización. Se identifica objetivamente con el ser de unser, entendido este como algo necesariamente dado en su estructura esencial y a la vez, como algo que se tiene el encargo de realizar. Entendemos aquí por estructura esencial todo lo que el hombre es y necesariamente tiene que ser, ya se trate de la esencia o naturaleza, o bien, referido a una estructura fundamental del hombre, de un don libre de dios, gracia y, por tanto, algo sobrenatural.

La dignidad designa un objeto y un valor intrínsecos. No es algo que se limite a satisfacer de manera subjetiva y nos deje con nuestras elecciones arbitrarias, esto es un valor una bondad esto no salió de los gustos que cada personas tiene, La «dignidad», en su sentido más estricto, sólo pertenece a las personas.

No solamente dota a cada persona de un valor preciado objetivo –porque eso también se puede decir de los animales y de todos los seres vivos. La «dignidad» tiene su raíz inteligible en la persona como sujeto individual, único, irrepetible, con una naturaleza racional.

Es esencia y la verdadera existencia de la persona dan lugar a una dignidad ontológica que sólo pertenece a los seres dotados de una naturaleza que les permite el principio de la comprensión, los actos libres, la conciencia moral, los actos religiosos, etc. –en una palabra, a la persona–. Aunque esa dignidad se enraíza en la naturaleza y en la existencia de la persona, le pertenece de manera tan íntima que no sólo surge de los rasgos distintivos de las personas, sino que es en sí misma un rasgo distintivo de esa naturaleza. Distingue a las personas de otros seres y, por lo tanto, se incluye, correctamente, en las definiciones axiológicas de la persona.

La dignidad es un caso especialmente claro de valor moralmente relevante cuya violación no constituye un mero acto inmoral, sino un ultraje moral particular. Como consecuencia de todo ello, la «dignidad» representa un valor moralmente relevante que es capaz de cimentar un intrínsece malum: aquellas acciones que esencial y gravemente se dirigen contra esa dignidad también irán esencialmente dirigidas contra la moralidad, es decir, serán esencial e intrínsecamente malvadas y no podrán volverse buenas y permisibles ni siquiera en ciertas circunstancias o aun cuando se lleven a cabo con ciertos propósitos buenos.

La dignidad posee, en un sentido especial, un carácter absoluto, porque no permite la negociación o la ofensa de esa dignidad basándose en el hecho de que, en un equilibrio de bienes, ese tipo de ofensas quedaría superado por el resto de los bienes. Un ser que posea dignidad tampoco permitirá su violación por ningún motivo pragmático, ni siquiera por un bien superior cuantitativamente hablando: por ejemplo, no debemos matar a una persona inocente ni violar a una mujer, aun cuando esa acción salve a diez personas más. Kant dice que la dignidad de la persona supera cualquier cosa que tenga un precio, y es el valor irremplazable de un ser con el que nunca se puede negociar, por lo tanto cada ser humano merece respeto absoluto y de tal manera que no se permita jamás utilizar a un ser humano como un

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