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Columna De Hierro


Enviado por   •  1 de Diciembre de 2012  •  837 Palabras (4 Páginas)  •  448 Visitas

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El abogado

Proexisti me dues, a conventu malignantium

Alleluia; a multitudine operantium iniquitatem

Durante esta etapa de su vida, Marco Tulio habría de satisfacer lo que a su parecer era necesario para la creación de un artífice de distinción entre los animales y los humanos. La ley.

A bien citaba:

“Un abogado no debe permitirse decir «si gano» -replicó-. ¿No te lo he dicho ya? En este caso no puedes apelar a ninguna ley de Roma, porque no hay tal ley. Se trata de un granjero modesto, un padre de familia, con esposa, dos hijos y tres esclavos que le ayudaban en las labores de su granja. Pero, al igual que todos nosotros, atraviesa malos tiempos y está arruinado.”

Con lo cual era enérgica su manifestación de no igualdad entre los derechos de los ricos y los pobres en cuanto a la impartición de justicia en Roma figuraba.

Empieza a aparecer la figura del jurista de renombre, el que aboga por las leyes a la vez que es consultado por Julio César y patricios de renombre como el gran Lucio Sergio Catilina, quien tenía cierta brusquedad con él a causa de la esposa y de el testamento de esta en la cual el patricio buscaba divorciarse sin la necesidad de devolver la dote.

Habría de recibir de Roscio su primer empuje hacia la vida política, de aquel actor de nombre se pasaría el entendido de que aquel notable abogado habría de entender que es precisamente en las manos de los que llevan a cabo la interpretación de las leyes, la obligación moral y tacita de su creación.

Habría de defender a Catón Servio frente a Sila, caso que le costaría o el honor de por vida enaltecido, o la muerte en caso de derrota. A bien hubo de ganar, logrando incluso se le perdonara la deuda por el delito de plagio.

El poder y la ley no son sinónimos. Cicerón

El patriota y el político

Est quidem vera lex recta ratio naturae congruens, diffusa in omnes, constans, sempiterna, quae vocet ad officium iubendo, vetando a fraude deterreat; quae tamen neque probos frustra iubet aut vetat nec improbos iubendo aut vetando movet, huic legi nec abrogari fas est neque derogari ex hac aliquid licet neque tota abrogari potest, nec vera aut per senatum aut per populum—

CICERÓN

Sería durante este periodo, que Marco estudiaría en la escuela de Ptolomeo. Su voz recuperaría aquel vigor y habría de tomar lecciones de elocuencia y retórica del famoso sirio Demetrio. Se inclinó por la escuela de Epicuro y fue enseñado por Fedro y Zenón.

Habría de contraer nupcias con Terencia, no obstante la petición de claudicar

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