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Comercio En Baja California


Enviado por   •  5 de Marzo de 2012  •  1.860 Palabras (8 Páginas)  •  682 Visitas

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COMERCIO Y EMPRESARIOS EN BAJA

CALIFORNIA

Baja California, desde que nuestra entidad fue convertida en frontera a partir de 1848, el comercio fronterizo con los Estados Unidos se dio con intensidad. Luego, con la actividad minera, con las empresas ganaderas y agrícolas, especialmente en la etapa porfirista, cuando se concesionaron tierras para la explotación agrícola y minera, Baja California quedó inscrita en los altibajos propios del mercado mundial. El alza de metales o productos agrícolas, desde el ónix al oro, desde el algodón al trigo, fueron factores que se dirimían en los mercados internacionales de San Francisco, Londres o Nueva York. El bienestar y la prosperidad, lo mismo que la zozobra y el caos económico en nuestra entidad, han tenido, desde el siglo XIX hasta nuestros días, más relación con las fluctuaciones del mercado extranjero que con las vicisitudes económicas de nuestro país.

Al menos, antes de que las comunicaciones y transportes nos vincularan con el resto de México, Baja California creció y prosperó de cara a los Estados Unidos: con comercios de abarrotes, vinos, curiosidades, hoteles, sitios de diversión nocturna, junto con los productos que iban al mercado californiano, desde canteras hasta el algodón. De ahí que varios gobernantes bajacalifornianos estuvieran más pendientes de la política y la economía del país vecino porque sabían que el porvenir de nuestra entidad dependía de que todo marchara bien en los mercados donde se cotizaban los productos que aquí se explotaban o producían. Incluso los propios gobernantes, como el coronel Esteban Cantú (1915-1920) y el general Abelardo L. Rodríguez (1923-1929), son los negociadores natos de una economía que acepta el comercio transfronterizo como única vía de salvación del erario público.

En los años veinte, en los tiempos del gobierno del general Rodríguez, junto con sus empresas de empaque, transporte y explotación de productos agrícolas y marinos surge la industria cervecera con las famosas cervecerías Azteca y Mexicali (a las que en 1943 se sumaría en Tecate la cervecería del mismo nombre), la industria alimenticia con molinos harineros y lecheras, y las empresas que crecenalrededor de la Colorado River Land Company y el cultivo algodonero: las despepitadoras, aceiteras y la Jabonera del Pacífico.

la zona libre es una franquicia de importación y exportación concedida por el gobierno de México a los habitantes de la península de Baja California y del noroeste de Sonora. Dicha exención de gravámenes y controles es el acicate fundamental del desarrollo bajacaliforniano”. En 1935, bajo el gobierno del general Lázaro Cárdenas, éste aceptó que el desarrollo de Baja California y demás entidades fronterizas pasaba por el libre mercado, que la zona libre reforzaba (no socavaba) a México como nación soberana, que comerciar y hacer negocios con Estados Unidos era el mejor entrenamiento para ser un país competitivo en el mercado mundial.

Hay que recordar que la zona libre iba a hacerse oficial en el momento más oportuno: en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchas materias primas, desde el algodón hasta el hule, desde los alimentos esenciales hasta la lana, iban a cotizarse a precios altísimos ante la demanda de la maquinaria de guerra en movimiento.

El régimen de la zona libre tuvo un efecto inmediato en Baja California, fortaleciendo las relaciones económicas entre nuestra entidad y California, sobre todo en los años de la Segunda Guerra Mundial. Los comerciantes locales se volvieron grandes especuladores con las materias primas para el esfuerzo de guerra estadunidense y los primeros industriales estrecharon sus lazos con sus socios del otro lado de la línea fronteriza. El libre mercado, que siempre había sido una postura de supervivencia entre los bajacalifornianos, se volvió un precepto aceptado de forma unánime. Las ganancias de empresas y negocios así lo demostraban. Pero pronto el gobierno mexicano (del sexenio de Manuel Ávila Camacho en adelante) cerró filas con los comerciantes e industriales del centro del país.

Así, en noviembre de 1947, en la Conferencia Internacional de Comercio y Empleo que se celebraba en la Habana, Cuba, la delegación mexicana de industriales mexicanos rechazó la llamada “Carta de la Habana”, que apostaba por el libre comercio, con la protesta de los representantes de Baja California, pues el proteccionismo sólo servía para mantener el carácter monopólico de las actividades económicas de nuestro país y frenaba el desarrollo de las distintas regiones de México.

La zona libre, con los beneficios que compartían todos los sectores de la sociedad fronteriza, fue un impulso para la creación de un movimiento pro estado libre y soberano. Y también sirvió para que, a partir de 1945, se viera a Baja California no sólo como un trampolín hacia el vecino del norte, sino como un buen destino, para trabajar y vivir en mejores condiciones materiales que en el resto de México. Recuérdese que aunque la vida era más cara en la frontera se compensaba con los sobresueldos que otorgaba el gobierno y las empresas nacionales a sus trabajadores.

La zona libre les dio a los bajacalifornianos la oportunidad de comparar precios y servicios, la calidad de los productos de ambos lados de la línea. Y al hacer las comparaciones, los productos estadunidenses, tenían ventaja, desde automóviles hasta lavadoras, pasando por juguetes, enseres domésticos, aparatos para el hogar o la oficina y alimentos empaquetados. De las mercancías nacionales apenas se aceptaban los productos de la canasta básica y aquellos (dulces, salsas, condimentos) que les recordaban a los habitantes de la frontera sus distintos lugares de procedencia. Estar al día, comprar

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