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Condiciones Economico Sociales


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2012  •  2.319 Palabras (10 Páginas)  •  501 Visitas

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CONDICIONES ECONOMICO-SOCIALES Y PROFESIONALES QUE EJERCIERON LOS MAESTROS DURANTE EL PORFILos capitales extranjeros no se invertían en fábricas sino en industrias etractivas, en la explotación despiadada de nuestros recursos naturales, de nuestras materias primas, y en casos especiales, como el henequén y el chicle, semi elaboradas. La tesis oficial sobre estos cambios, era que don Porfirio había modificado profundamente las condiciones del país, que lo había transformado en un incipiente estado capitalista. Conjurado el peligro de dominación extranjera representado por la invancion francesa y el imperio de Maximiliano, México puso sus esperanzas de progreso y bienestar en el capitalismo industrial, entonces ya es ascenso acelerado. El imperialismo yanqui aprovecho esta coyuntura para ofrecer sus servicios y ocupar posiciones en el país antes de que Inglaterra incluyera a México en su zona de influencia.

El general Díaz , por su parte, busco contacto con ciertos intereses norteamericanos atraídos por los recursos naturales de nuestro país, recibiendo de tales círculos expansionistas a cambio, el apoyo y los medios para consolidar su poderío, imponer la paz y conquistar el prestigio de ser un gobierno fuerte, que tanto bien le haría la escala internacional. También le sirvió para alentar las ambiciones de poder y de dinero de terratenientes y mercaderes e, incluso, estimular los primeros brotes de una actividad fabril novedosa y modernista. Intereses sobresalientes del imperialismo yanqui en México fue la construcción de una extensa red de ferrocarriles y aunque no le preocupaba mucho el servicio que con esto hacia a nuestro país, sino el que recibía la minería de su directa intervención, la verdad es que, de todos modos, contribuyo a la organización de una red de comunicaciones que se expandía a casi toda la nación.

De todos modos, en 1900 ya habían alcanzado un nuevo impulso la minería, la agricultura, las explotaciones forestales, la navegación y otros signos innegables del progreso. Apuntaban ya el desarrollo de la industria textil, de la alimentaria y de otras industrias de transformación. En 1901, Díaz expidió la primera ley del petróleo, en la que se otorgaban grandes concesiones a las compañías exploradoras de nuestros mantos petrolíferos, generalmente extranjeras.

Baranda no era fácil de instruir; politi8co muy sagaz, educador muy competente, jurista de reconocida sabiduría era, además, escritor atildado, académico de la lengua y destacado intelectual, con una formación humanística de alto nivel. En la búsqueda laboriosa del hombre clave, se detuvo don Justino Fernández, director de la escuela de jurisprudencia; hombre aceptable entre los científicos y no objetado por los viejos liberales. Apenas nombrado, propuso a don Justo Sierra, paisano, amigo y colaborador de Branda, pero bien visto en los círculos de Limantour. Por lago don Porfirio, entre los hombres de la Reforma, fue el que logro consolidarse y perpetuarse en el poder.seguarmnete era el más astuto y hábil de todos los antiguos colaboradores de Juárez: quizá no tan inteligente como lerdo, pero mucho más hábil y político que este.

De este momento crucial, Justo Sierra tuvo una creciente influencia en el ramo de la Instrucción Pública; ya entonces había empezado a alejarse d una concepción rígida y estrecha del positivismo barrediano, y renovaba la obra educativa de Baranda capitalizándola a favor de una fecunda iniciativa de reformas y creaciones, que fue la característica de aquella década, la ultima del porfiriato.

Durante la gestión ministerial Justino Fernández, se creó el Consejo Superior de educación Pública, en el consejo se reunieron personas de muy diverso origen y corrientes de opinión muy varias sobre problemas educativos; aunque, a decir verdad, la diversidad no era tanta que rebasara el conceso liberal de los congresos de 1889 – 1890 y 1890 – 1891; por lo contrario hubo especial empeño en utilizar opiniones y personas procedentes de aquellas asambleas. Integraban el Consejo los directores generales de instrucción primaria y de enseñanza normal, los directores de escuelas profesionales y especiales, y otros funcionarios del ministerio, además de otras veinte personas seleccionadas por el gobierno entre los maestros más competentes de los diversos servicios escolares.la organización de los trabajos de este cuerpo implicaba dos propósitos fundamentales: unificar los criterios del quehacer escolar en todos los niveles del plan de educación , y extender a todo país este esfuerzo unificador. Todo ello mediante una empeñosa difusión de los materiales rectores del consejo, ya sea elaborados en su seno o simplemente seleccionados por su comisiones técnicas. Tales materiales serian planes de estudio, programas de enseñanza, métodos pedagógicos, libros de texto y otros materiales de trabajo. Se trataba pues de un organismo permanente para poner en práctica las recomendaciones de los Congresos Nacionales de Instrucción, heredadas de la administración anterior aunque enriquecidas con materiales nuevos, de inmediata aplicación, producto de la cooperación de los diversos sectores allí representados y de las diversas corrientes de la opinión pedagógica que había florecido en México.

La misión del consejo era, pues, unificar la educación pública en escala nacional planteado metas que , por lo certeras fueran capaces de movilizar la voluntad popular hacia el propósito concreto de formar varias generaciones de constructores de la patria que las viejas tradiciones liberales habían concebido, esto es , una nación moderna y progresista capaz de ofrecer a sus hijos una vida satisfactoria, producto del esfuerzo de sus recursos humanos y de la explotación de los recursos naturales de nuestro suelo.

“vais a tomar la dirección moral de la empresa decía justo sierra a los miembros del consejo” estudiareis, ponderareis todo cuanto la experiencia nacional y extranjera haya enseñado y a este factor capital pediréis la norma de vuestras opiniones, sin precipitarlas de un solo día, sin retardarlas de una sola ora, porque todo tenemos que meditarlo bien y todo hacerlo pronto.

Puede decirse que los estudios pedagógicos propiamente dichos comienzan, en México durante la restauración de la república, y no por que ignore o menosprecie otras aportaciones, sino porque solo a partir de dicho acontecimiento he hallado obras de la categoría de la escuela elemental de Manuel Guille, o traducciones como la enseñanza objetiva de Calkins.

En el último año toco a su fin la gestión de enrique C. Rebsamen, en jalapa, y comenzó la que el sabio realizo en la capital de la república; esto es, la ultima y quizás más importante de sus contribuciones al progreso educativo en México. También conviene señalar la presencia de Justino Fernández

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