Critica A La Razón Boliviana

INTRODUCCIÓN

Ya han pasado más de cincuenta años después de la revolución del 52, estamos cercanos ante la posibilidad no sólo de producir otra revolución, sino de profundizar la anterior, de completarla, de trascenderla y proyectarla en otro sentido. Había condiciones objetivas para la revolución, pero no hubo una subjetividad revolucionaria para completar ese proceso. La revolución estuvo ligada a grandes limitaciones, desde el pensar hasta la identidad del boliviano.

Una de las grandes limitaciones de esa revolución fue que el boliviano del 52 era un boliviano de pensamiento latino-americano. Quienes fundaron este país en 1825 todavía no eran latino-americanos porque tenían más conciencia hispano-colonial (propia de España y el viejo continente), ya que el pensar latino-americano y el pensar boliviano aun estaban en un proceso lento de desarrollo. Los “padres” de la patria no sabían lo que era Bolivia. Sabían lo que había sido el Alto Perú, pero no sabían ni tenían la más remota idea de lo que era o podría ser Bolivia como nación libre y soberana porque no tenían, ni sentían identidad o nacionalismo por ella. Tiempo después, los recién nacidos ya en suelo liberado empezaron poco a poco a tener alguna idea de lo que podría ser Bolivia.

El boliviano hispano-criollo de 1825 tenía plena conciencia colonial, porque pensaba, amaba y sentía como extranjero dominador. El proceso de la descolonización empezó lentamente con Tupaj Amaru, Tupaj Katari y con Bartolina Sisa. Continuó con los guerrilleros alto-peruanos, quiso volver con Isidoro Belsu. En el siglo XX continuó con los mineros, Marcelo Quiroga Santa Cruz, y hace poco esta bandera estaba siendo retomada por los originarios de estas tierras de origen aymara, quechua o tupi-guaraní. Gracias a este proceso histórico ahora se están empezando a dar condiciones de modo que la cultura, la política y la ciencia social puedan empezar a desarrollar el proceso de la descolonización, intelectual, cultural e histórica.

Normalmente el político, el intelectual, piensa que lo latinoamericanos son más occidentales, por eso se siente plenamente identificado con los valores occidentales como si fuese algo normal. Los latino-americano, no aprecian sus propios valores culturales, políticos, económicos, sociales.

Pero como el criollo-hispano no conocía su propia historia, es ignorante de esta, por eso piensa que su nueva identidad se puede entender a partir de la tradición que los españoles habían traído a estas tierras, porque recordemos que la lengua culta de Europa hasta el siglo XVI era el latín y lenguas como el castellano, el inglés, el francés, el alemán. Por eso en las universidades que se fundan en hispano-América seguían enseñando el latín como legua propiamente culta. El boliviano de 1825 no tenía ni siquiera esta conciencia, recién a mediados y finales del siglo XIX es que empieza a asumirla. Nace en el boliviano la necesidad de saber quién es, pero sucede que no puede saberlo aún porque no conoce la historia, es más la desprecia, pues solo se educo con la historia europeos, en los cuales obviamente nunca aparecía hispano-América en la historia.

DESARROLLO

En Bolivia, comenzando desde el mismo partido del Movimiento Nacionalista Revolucionario y el mismo presidente Víctor Paz Estensoro, habían participado activamente en la revolución boliviana de 1952, en la que se había nacionalizado la minería boliviana, y los indígenas podían votar, el voto universal, al reforma agraria; estos eventos cambiaron a partir de 1986 las leyes bolivianas cambiaron, para abrirle libre paso al capital transnacional para que invierta, compre y privatice no solo los yacimientos mineros, sino toda la riqueza nacional. Empezó así el proceso de apertura total de la riqueza natural boliviana a las empresas transnacionales. En este proceso se declaraba que el estado era ineficiente e irracional y que sólo las empresas privadas eran mejores.

Cuando se fundó Bolivia como nación soberana e independiente en 1825, quienes habían luchado más de 15 años por la independencia del Alto Perú, desde la revolución en Chuquisaca, mucha gente había caído en los campos de batalla. Casi todos los hombres y mujeres en edad de luchar que estaban comprometidos con la liberación dieron y ofrendaron sus vidas por la independencia del Alto Perú. Al final ya casi no quedaban ningunos de los guerrilleros altoperuanos, excepto Juana Azurduy de Padilla, junto a su esposo Manuel Ascencio Padilla, ambos capitanes y guerrilleros Altoperuanos que lucharon inclusive por la independencia del río de la Plata (hoy Argentina).

Si todos los próceres de la independencia habían ofrendado sus vidas y yacían en los campos de batalla, ¿quiénes entonces se reunieron en el congreso de la naciente República de Bolívia para redactar la constitución política del nuevo estado? Los criollos, hijos de españoles nacidos en el Alto Perú que no lucharon por la independencia Altoperuana, porque en el fondo estaban a favor de España, porque como dueños de las haciendas y las minas, sus intereses económicos estaban más ligados con España que con la naciente república. Es decir, abogados, hacendados y dueños de minas que no lucharon por la independencia del alto Perú, ante la ausencia y el vacío de poder que dejaron los españoles en su huída y derrota por los ejércitos libertarios, se sentaron cínicamente en las sillas del nuevo congreso y se auto declararon los “padres de la patria” sin haber sudado siquiera una sola gota de sudor o sangre por la naciente república.

Cuando nació la república de Bolivia, en realidad lo que nació fue una república de criollos alto-peruanos que por desgracia se encontraban aún en la audiencia de Charcas, los europeos solo venían a estas tierras para hacer riqueza en estas tierras para beneficio de ellos.

La historia oficial ha negado desde el principio la participación y contribución a la liberación de estas tierras de los aymaras, quechuas, guaraníes, tupi-guaraníes y tantos otros originarios que lucharon de verdad por la soberanía e independencia de estas tierras que los españoles les habían usurpado del modo más ilegítimo, indigno y violento, y no solo eso, sino que también arrasando con su cultura, calificándola de “pagana”, quemándola y destruyéndola a su paso. Quienes conformaron desde el principio los ejércitos libertarios, y las guerrillas siempre fueron indígenas de las distintas naciones que a pesar de padecer tres siglos de vida colonial seguían existiendo en el alto Perú. Y cuando se declaró la independencia de estas tierras, todos los originarios fueron literalmente marginados del poder económico y político, porque quienes antes habían sido funcionarios de la corona

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