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Cuatro Crimenes Cuatro Poderes


Enviado por   •  28 de Junio de 2013  •  20.145 Palabras (81 Páginas)  •  2.474 Visitas

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4 CRIMENES 4 PODERES

4 Crímenes 4 Poderes

En su libro, el cual se puede calificar como de una narrativa sin mayores alardes intelectuales, pero que, sin duda alguna, es un crudo testimonio de primera mano y bien logrado de un hombre ganado para el ejercicio honorable y recto de la función policial, quien advierte en esa obra que en su diario trajinar de su carrera, encontró siempre el apoyo absoluto y la disposición de enfrentar con coraje y decisión inquebrantables retos que se le presentaban en materia de investigaciones criminales.

Fermín Mármol León

Realidad-ficción. 4 Crímenes 4 Poderes aborda, desde la ficción una cadena de sucesos que constituyeron una bofetada a la ética. El autor identifica y denuncia a 4 poderes fácticos: El eclesiástico, el militar, el político y el económico que intervinieron de manera grosera para impedir que se impartiera justicia en 4 crímenes; la violación y asesinato de la hermana de un sacerdote, el homicidio de la esposa de un capitán de la aviación, la terrible muerte por la explosión de una bomba de la esposa de un diputado y el secuestro y brutal asesinato de un niño.

1-EL CASO BIAGGI

2- LA ESTATUILLA MORTAL

El asesinato de la esposa del diputado:

3- EL CRIMEN DEL ASCENSOR

El asesinato de la esposa del capitán Rivero Pérez:

4- EL CASO VEGAS PEREZ

Secuestro y asesinato de un niño:

1- EL CASO BIAGGI

La hermana del sacerdote:

Ciudad Bolívar, domingo 15 de octubre de 1961

A las dos de la madrugada el señor Víctor Silva escuchó un golpe seco, de inmediato pensó en su vehículo pues siempre lo dejaba estacionado fuera de la casa, fue hacia la ventana para verificar que todo estuviera bien. La calle estaba desierta.

- Tal vez lo imaginé – se dijo a si mismo y regresó a la cama donde su esposa dormía a gusto.

Nunca llegó a imaginar Silva que en ese mismo momento un horrible crimen había tenido lugar en la casa vecina.

Tres horas después – a las 5:10 am. – Carmen María Azanza de Liccioni se acercó hasta la vivienda de los Biaggi en busca de su amiga Lesbia, esto lo hacía todos los domingos pues tenían por costumbre ir juntas al mercado; al notar que puertas y ventanas estaban cerradas se retiró. Ella sabía que los miembros de la familia habían estado en una fiesta el día anterior y supuso que aún dormían.

A las 6 y 20 de la mañana el señor Víctor Silva estaba quitando el rocío que cubría el parabrisas de su carro mientras su esposa regaba las plantas, vieron salir a su vecino el padre Luis Biaggi quien parecía llevar algo en las manos, se notaba bastante nervioso, no los saludó, se montó en su automóvil y arrancó sin siquiera calentar el motor; al salir casi choca con la reja del frente. Silva le comentó a su mujer María Concepción: “Ese padre esta loco”.

Unos minutos más tarde escucharon un grito desgarrador.

Caracas, miércoles 18 de octubre de 1961

A primera hora de la mañana el Dr. Rodolfo Plaza Márquez, director de la Policía Técnica Judicial (PTJ) sostenía una reunión en su despacho con dos altos funcionarios, uno era el Inspector General Carlos Olivares y el otro el profesor Honorio Aranguren, Jefe del Buró de Investigaciones. Los había convocado de emergencia y mientras su secretaria servía el café les explicó el motivo que los reunía.

- Señores, necesito que salgan de inmediato a Ciudad Bolívar, ha ocurrido un crimen espantoso, violaron y asesinaron a la joven hermana de un sacerdote; tengo instrucciones del ciudadano ministro de justicia de enviar funcionarios de Caracas para que apoyen a los investigadores locales. Escojan, por favor ustedes a los hombres más capaces y viajen hoy mismo para allá.

Horas más tarde los dos jefes policiales volaban en compañía de los inspectores Omar González Yánez y Eduardo Robles rumbo a la capital del estado Bolívar, Carlos Olivares, responsable del grupo estaba preocupado pues sabía que en casos tan delicados como ese jamás faltaba la presión: la de la opinión pública, la de la prensa, la de los políticos y por ende la de sus superiores, por lo que decidió que no se podía perder tiempo en las investigaciones.

Ciudad Bolívar, sábado 14 de octubre de 1961

A las 4:30 de la tarde la señora Carmen Tapia viuda de Biaggi, presenciaba incomoda una nueva discusión entre sus hijos Luis y Lesbia, estos altercados se repetían con cierta frecuencia pues el sacerdote tendía a ser muy dominante con relación a su hermana; esto lo justificaba diciendo que a la muerte de su padre él había pasado a ser cabeza de familia y como tal debía velar por el bienestar de la misma.

Ese día, tanto la señora Carmen como su hijo debían cumplir con un compromiso social; ambos apadrinarían a los dos pequeños vástagos de una familia amiga, el sacerdote ordenó la salida del grupo y Lesbia quería esperar a su novio Rigoberto Franceschi. Ante la tardanza del joven, el cura irritado insistía en dirigirse al bautizo y la chica en aguardar un rato más. Al final se impuso Luis Biaggi y todos salieron rumbo al sitio donde se efectuaría la ceremonia.

Un rato después estaban en la iglesia La Milagrosa cumpliendo con el acto sacramental, al terminar este se fueron todos a celebrar en casa de la Familia Hung, a eso de las diez de la noche llegó el novio de Lesbia un tanto molesto porque no lo había esperado, entre ambos se originó una pequeña discusión que concluyó cuando la muchacha le explicó lo que había pasado; desde un rincón el sacerdote observaba la escena y aunque simulaba estar conversando, su madre que lo veía desde la mesa sabía que estaba enojado y lo desagradable que resultaba para su hijo la presencia de Franceschi. A las 11:30 el cura dispuso el regreso pues al día siguiente debía decir dos misas y todo el grupo familiar tenía proyectado que luego de eso se irían a pasear a La Peña.

Al carro de Biaggi subieron su madre, su hermana, un familiar de nombre Orlando, la señorita Grecia Ortiz, quien había sido una de las madrinas y Rigoberto Franceschi. Luego de dejar a Grecia y a Rigoberto en sus respectivas casas, el sacerdote enfiló hacia su residencia. Según contaría la Sra. Carmen

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