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EL DESARROLLO DE LA EDUCACION EN LA EPOCA COLONIAL


Enviado por   •  19 de Julio de 2011  •  2.384 Palabras (10 Páginas)  •  3.844 Visitas

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La historia de nuestra nación en comparación con la de otros países puede considerarse nueva, sin embargo, a pesar de no contar con un gran cúmulo de evidencias históricas, sabemos por los descubrimientos arqueológicos que lo que es ahora México fue habitado por pueblos de culturas avanzadas que interactuaron entre ellos en diverso grado, en el tiempo y el territorio. De aquella época sobresalen la cultura Olmeca, la tolteca, la teotihuacana, la maya, la náhuatl, la totonaca, la zapoteca, la mixteca, la tarasca, entre otras. No obstante, no conocemos mucho de ellas debido a que sus habitantes no dejaron mensajes gráficos, es decir, escritos o pinturas, mejor llamados códices .

Cuando llegaron los españoles, su propósito fue propagar la fe cristiana entre los reinos indígenas, aumentar el número de súbditos del rey de España, y obtener para sí mismos fama, recursos, poder y títulos nobiliarios. Con mejores armas y técnicas guerreras que los pueblos nativos de América, unos cuantos cientos de soldados lograron someter a millones de indígenas. A su favor estuvo la audacia de capitanes como Pizarro y Hernán Cortés, y muchas veces la suerte y la habilidad los libró de morir en manos de sus enemigos. En la conquista de México-Tenochtitlán los soldados españoles tuvieron dos aliados inapreciables: el odio que muchos pueblos sentían hacia sus opresores mexicas y las enfermedades infecciosas desconocidas por los indígenas que fueron las armas más mortíferas de los europeos. Contra la viruela y el sarampión no había defensa posible, y estas causaron más muertes que todas las acciones militares juntas. La conquista de México significó la desaparición de los antiguos señoríos prehispánicos, pero de ningún modo la destrucción total de la antigua civilización mesoamericana; los reyes indígenas y los nuevos señores españoles emparentaron entre sí, y dentro de un nuevo orden político gobernaron a sus pueblos al lado de los sacerdotes cristianos, mensajeros de una nueva religión que sería compartida por todos los pobladores de la Nueva España

Según el mismo Hernán Cortés, la razón principal de la conquista era la implantación de la fe cristiana entre los indígenas, por lo que solicitó el envío de frailes a las nuevas tierras conquistadas. En 1524 llegó a la Nueva España un grupo de doce frailes franciscanos y poco después arribaron dominicos y agustinos. En 1540 ya había un centenar de misioneros diseminados por todos los territorios conquistados. Por otro lado se fundaron las diócesis de Tlaxcala, México, Michoacán y Oaxaca. Cada fraile, al llegar, se imponía dos tareas: aprender una o varias lenguas indígenas y conocer las costumbres relacionadas con el culto de los antiguos dioses. La misión principal de los misioneros fue el imponer la fe cristiana entre los naturales mediante la prédica, la preparación de catequistas, la redacción de doctrinas o catecismo y la imposición de sacramentos como el bautizo y el matrimonio. Su obra no se detuvo ahí: congregaron a los indígenas en nuevas poblaciones, levantaron conventos, capillas e iglesias, construyeron caminos, puentes y acueductos, construyeron hospitales y escuelas donde se enseñaban diversos oficios, defendieron a los nuevos cristianos del abuso de los encomenderos y registraron las costumbres e historia de los antiguos pueblos indígenas. Pero para alcanzar su propósito también construyeron imágenes y libros indígenas, y persiguieron a aquellos que seguían practicando el culto a los antiguos dioses. La labor evangelizadora de los frailes fue llevada a cabo con mucho entusiasmo; muchos murieron por el agotamiento y la vida austera que llevaban. En poco más de 40 años habían cambiado la mentalidad de millones de indígenas, quienes convertidos al cristianismo crearon la mayor nación católica de su tiempo .

Los principios que comenzaron a regir en las nuevas colonias, estaban basados en la tradición escolástica y el humanismo latino, sin empacho de imponer de manera brutal un régimen de producción esclavista. Dicho en otros términos, la sociedad novohispana se formaba por dos grandes grupos sociales: los gobernantes y los gobernados que poseían el “estatus” de ciudadanos. De este esquema, quedaban excluidos los indios y los esclavos africanos, quienes eran considerados como no humanos.

La responsabilidad de la educación es asignada a la Iglesia, primero, porque es lo usual en España; segundo, porque el aparato político de la Metrópoli no tiene ni capacidad ni interés en organizar una estructura sustitutiva; y tercero, porque la Iglesia ofrece garantía de que lo que se va a transmitir responde a la concepción que tiene España no solo de la cultura sino de lo que puede enseñarse a los educandos.

Con los años, se incorporaron nuevas congregaciones religiosas al proceso educativo de las comunidades de la Nueva España, adquiriendo diferentes enfoques, acordes con las necesidades productivas de las clases en el poder. Así, se empezó a educar a determinadas minorías directivas entre los indígenas, más como un instrumento de control social que por otras razones. En medio del proceso educacional en la sociedad colonial, privaba el objetivo evangelizador y la consolidación del cristianismo .

España pretendió trasladar a América las mismas estructuras políticas, religiosas y económicas utilizadas en la Metrópoli. El logro no fue completo, ya que hubo variantes que no permitieron tal situación, entre ellos: ambientes disímiles, grados de evolución y tipos de colectividad. En el orden estrictamente social, las diferencias entre ambas sociedades es marcado; en principio, porque a América llega sólo una muestra de lo es la sociedad hispánica. La masa que viene a América está compuesta por individuos jóvenes en su gran mayoría, licenciados, bachilleres. Viene también un pequeño grupo de agricultores y marinos de diversos estratos.

La llegada de los jesuitas, hacia 1572, marca un hito en la historia educativa mexicana. La Compañía de Jesús logró, en el siglo XVII, el desarrollo más espectacular y el mayor influjo sobre las autoridades y los pobladores. Para desarrollar su acción religiosa y cultural la Compañía contó con sus propios recursos económicos sobre la base de cuantiosas donaciones que le permitieron acumular una gran riqueza. Las riquezas acumuladas por la Compañía, así como el dominio intelectual que ejercía, le convirtieron en una amenaza para las clases dominantes, dado que, su reforma educativa, emprendido desde mediados del Siglo XVIII, incluía una modernización de los estudios, orientada hacia la depuración de los abusos del escolasticismo en la filosofía y, sobre todo, porque incorporaba los principios científicos, (como el método experimental en las ciencias). En 1767 el rey Carlos III expulsa a los jesuitas de todos

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