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EL DIA QUE ME VOLVI INVISIBLE


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2013  •  832 Palabras (4 Páginas)  •  584 Visitas

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EL DIA EN QUE ME VOLVI INVISIBLE

(aportación de nuestra amiga Lorena Armenta)

No se a como estamos. En esta casa no hay calendarios y en mi memoria los

hechos estan hechos una maraña. Me acuerdo de aquellos calendarios grandes,

unos primores, ilustrados con imagenes de los santos, que colgabamos al lado

del tocador... pero ya no hay nada de eso, todas las cosas antiguas han ido

desapareciendo. Y yo, yo tambien me fui borrando sin que nadie se diera cuenta.

Primero me cambiaron de alcoba, pues la familia crecio. Despues me pasaron a

otra mas pequeña aun, acompañada de mis biznietas. Ahora ocupo el desvan, el

que esta en el patio de atras. Prometieron cambiarle el vidrio roto de la ventana,

pero se les olvido, y todas las noches por alli se cuela un airecito helado que

aumenta mis dolores reumaticos.

Desde hace mucho tiempo tenia intenciones de escribir, pero me pasaba semanas

buscando un lapiz y, cuando al fin lo encontraba, yo misma volvia a olvidar donde

lo habia puesto. A mis años, las cosas se pierden facilmente; claro que es una

enfermedad de ellas, de las cosas, porque estoy segura de tenerlas, pero siempre

se desaparecen.

La otra tarde caí en cuenta de que mi voz tambien ha desaparecido. Cuando les

hablo a mis nietos o a mis hijos, no me contestan. Todos hablan sin mirarme, como

si yo no estuviera con ellos escuchando atenta lo que dicen.

A veces intervengo en la conversacion, segura de que lo que voy a decirles no se le

ha ocurrido a ninguno y les van a servir de mucho mis consejos.

Pero no me oyen, no me miran, no me responden. Entonces llena de tristeza, me

retiro a mi cuarto antes de terminar de tomar la taza de cafe. Lo hago asi, de pronto,

para que comprendan que estoy enojada, para que se den cuenta que me han

ofendido y vengan a buscarme y me pidan perdon. Pero nadie viene.

El otro dia les dije que cuando me muriera entonces si me iban a extrañar.

El nieto mas pequeño dijo: "¿Y es que estas viva, abuela?..." Les cayo tan en gracia,

que no paraban de reir. Tres días estuve llorando en mi cuarto, hasta que una

mañana entro uno de los muchachos a sacar unas llantas viejas y ni los buenos

dias me dio.

Fue entonces cuando me convenci de que soy invisible, me paro en medio de la

sala

...

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