Estado, Ciudadanía Y Democracia

Seguridad del Estado

Entre los siglos XV y XVIII en Europa se dieron procesos de inestabilidad. La aparición de las nuevas formas políticas que hemos mencionado llevó a que existieran pocos tiempos de paz. En el siglo XVI sólo hubo diez años de paz, en el XVII, cuatro; en el XVIII dicha tendencia se mantuvo. Los motivos de las guerras fueron la expansión y conquista territorial, guerras de religión, guerras por la sucesión al trono, así como revueltas campesinas. Esta situación de permanentes conflictos obligó a formar ejércitos profesionales y a construir nuevas fortificaciones.

Debido a que en esta etapa hubo conflictos permanentes, se construyeron nuevos tipos de fortificaciones, así como murallas anchas de ladrillos para proteger a las ciudades.

Hasta el siglo XVI no existían ejércitos nacionales profesionales. La mayor parte de la tropa se integraba mediante el sistema de leva, es decir enrolamiento forzoso. El grueso de la leva, que carecía de formación militar, era dirigido por oficiales que en muchos casos eran mercenarios, es decir, soldados profesionales que peleaban por la paga, sin importar la lealtad a un gobierno específico.

Junto con las guerras de religión, los procesos de conquista y colonización permitieron la aparición de soldados profesionales nacionales, dirigidos por burócratas militares (oficiales) que estudiaban y se capacitaban en el manejo de nuevas armas y estrategias y que respondían a los mandos (generales o mariscales) que a su vez lo hacían directamente ante el monarca.

A diferencia de las monarquías feudales, los nuevos Estados europeos (siglos XVI al XVIII), al tener mayores necesidades, requirieron de un sistema permanente de ingresos para hacer frente a los progresivos gastos creados por sus Cortes, por su organización administrativa, sus redes diplomáticas y por sus acciones militares.

Todos estos gastos propiciaron que un sector de la burocracia se dedicara específicamente a los problemas fiscales, es decir a la recaudación de impuestos, pues la fuente de financiamiento de los Estados modernos son estos derechos. Su inicio y consolidación corresponden al siglo XVI, es decir, se establecieron códigos y reglas que estipulaban su cobro y tipo.

El ejército

La etapa comprendida entre los siglos XV al XVIII en Europa tuvo amplias características bélicas debido a luchas dinásticas; intereses imperiales; luchas y rebeliones intestinas; guerras y cismas religiosos; así como descomposición y composición de imperios y reinos. Entonces, se estableció un binomio indisoluble entre el desarrollo del ejército y el fortalecimiento de la estructura del Estado, pues la edificación y el sostenimiento de ejércitos numerosos y sofisticados sólo se alcanzó con el desarrollo de sistemas financieros y fiscales, órganos de administración y de gobierno más eficaces, que permitieron un control y monopolio de los medios efectivos de coerción dentro de los territorios estatales.

Soldados uniformados. Infantería y caballería integradas.

Las innovaciones militares experimentadas transmutaron la manera de realizar la guerra. El aumento del tamaño de los ejércitos se debió a las innovaciones tácticas y estratégicas que privilegiaron la masificación de los ejércitos. Un Estado era más fuerte si incrementaba gradualmente la capacidad de organización, abastecimiento, movilización y estipendio de sus fuerzas armadas.

Incremento del potencial militar humano en Europa. 1470 - 1710

Fecha

España

Holanda

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