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Estado Venezolano


Enviado por   •  7 de Marzo de 2012  •  2.038 Palabras (9 Páginas)  •  440 Visitas

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a crisis política venezolana: crónica del debilitamiento del sistema de partidos

Alberto Arellano Ríos

Históricamente Venezuela fue una de las democracias más estables de América del Sur. La relación causal entre apertura económica y liberalización política conllevó en la mayoría de los países de América Latina a transitar de regímenes militares o autoritarios a incipientes democracias; no fue así en Venezuela que desde 1958 se vivía la normalidad democrática. El sistema político venezolano implantado a la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en enero de 1958, tuvo en el pacto político denominado Pacto de Punto Fijo la construcción de un sistema de oligarquía competitiva en los términos de Dahl. Es decir, entre los grupos existía una alta competencia por el poder, pero limitada los grupos políticos que interactuaba cara a cara.

En esta época las agrupaciones partidistas más relevantes como: Acción Democrática (AD, fundado en 1941); Partido Socialcristiano: Comité Organización política Electoral Independiente (COPEI, fundado en 1946); Partido Comunista de Venezuela (PCV, fundado en 1931), y Unión Republicana Democrática (URD, fundado en 1945) resultaron los entes que dominarían el espectro político por más de 40 años. En este lapso de tiempo, las relaciones interpartidistas se caracterizaban por los constantes conflictos antagónicos que condujeron al establecimiento de bases organizativas que caracterizarían a Venezuela como un sistema populista de conciliación de elites (Rey, 1980)

La interacción de tres factores como la abundancia de recursos provenientes del petróleo, así como una simplicidad de las demandas de los grupos heterogéneos, y finalmente la existencia de un pequeño grupo de organizaciones confiables de enorme capacidad para canalizar y representar los intereses de amplios sectores de la población conformaron la base para que un complejo sistema de negociación y acomodo de intereses se concretarán en el pacto de Punto Fijo (Bigler, 1981) Así los partidos políticos, Iglesia, Fuerzas Armadas, organizaciones gremiales y grupos laborales organizados encontraron cabida en un sistema semicorporativo de participación y representación de intereses.

Los cambios institucionales que debilitaron los partidos políticos

Coincido con O´Donell cuando señala que "un sistema de partidos consolidado puede hacer tres contribuciones importantes a la calidad de la democracia; primero, incrementar la representatividad política; segundo, aumentar la legitimidad; y finalmente, facilitar la gobernabilidad" (O´Donell,1998)

La aparente estabilidad institucional que vivió Venezuela por alrededor de cerca de cuatro décadas, vino a ser cuestionada cuando la sociedad venezolana planteó una serie de demandas que se verían reflejadas en las reformas políticas y electorales que en sí cuestionaban el sistema político en general. Los partidos políticos se caracterizaban por ser estructuras extremadamente jerárquicas y poco democráticas, lo que propició un proceso de desalineación electoral en los votantes venezolanos permitiendo el surgimiento que nuevos liderazgos que desplazaran a los liderazgos tradicionales (Molina y Barlat, 1996)

De tal modo que para diciembre de 1984 fue creada la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE) siendo presidente entonces Jaime Lusinchi. La comisión tuvo la misión de presentar un proyecto y paquete de reformas, todas ellas centradas en el sistema de electoral y en la representación; pero la inclusión de grupos económicos y de presión altamente poderosos en los partidos terminó por distorsionar el sentido democratizador de las reformas planteadas. Anteriormente a la creación de la COPRE, se escogían los candidatos de los cuerpos colegiados siguiendo el principio de representación proporcional, mediante la postulación de listas bloqueadas y cerradas con base en grandes circunscripciones, obviamente el poder centralizador y jerárquico de los partidos era común, por lo que era fácil prever el clamor por democratizar el proceso interno.

De igual manera, se cuestionó en sí el principio de representación proporcional en la conformación de los cuerpos colegiados, de tal forma que se propuso el voto uninominal en la elección de autoridades públicas. Otra de las reformas que debilitó a los partidos políticos se dio en la competencia electoral: las elecciones directas de gobernadores y alcaldes propició que políticos comenzaron a construir sus carreras desde los ámbitos locales, afectando por consecuencia las decisiones centralizadas de los partidos (Penfold, 1992)

La mayor parte de las transformaciones al sistema de incentivos políticos que la sociedad venezolana demandó evidenció contradicciones, por un lado se buscaba la apertura democrática en una visión utilitarista, pero al mismo tiempo no se fortalecía o protegía al sistema de partidos. La consecuencia final fue la desalineación electoral e identificación partidista de la ciudadanía, este ambiente provocó que las intentonas golpistas como la de 1992 no fueran severamente cuestionadas.

El ascenso de Hugo Chávez al poder: los noventa, la década de la incertidumbre

El ascenso a la presidencia del ex-militar golpista Hugo Chávez se dio en medio de un proceso donde resultó ser el principal beneficiario de la acelerada descomposición del anterior régimen político. El sistema de conciliación de elites que tras 40 años de vigencia naufragaba en contradicciones y desaciertos hicieron que el teniente coronel Hugo Chavez intentará desplazar por la fuerza al régimen en 1992.

Enjuiciado y posteriormente liberado en 1994, Hugo Chávez ganó una fuerza política significativa, más por la corrupción y la deslegitimación del sistema de partidos que por la brillantez de su estrategia o de su liderazgo. Chávez no solo contaba con ex-militares que le acompañaron en su intento golpista, sino que fue sumando primero los restos de la desorganizada izquierda marxista (para quienes resulto providencial tabla de salvación), en curiosa mescolanza con los exponentes locales de esa derecha latinoamericana siempre dispuesta a propiciar un gobierno de militares.

Sectores diversos se sumaban al bando chavista en la medida que se hacía evidente que ganaría la elección presidencial de 1998. No obstante que los grupos de poder económico locales y extranjeros lo calificaban como un frente "trasnochado de estatismo e izquierdismo" fue insuficiente para que la ciudadanía venezolana

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