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Historia De La Toxicologia Forense


Enviado por   •  22 de Octubre de 2014  •  6.731 Palabras (27 Páginas)  •  1.385 Visitas

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Es de suponer que el hombre prehistórico ya tuvo conocimiento de propiedades tóxicas de algunas sustancias minerales, animales o vegetales. La experiencia ha enseñado al hombre qué sustancias resultan perjudiciales y cuáles no lo son tanto, y algunas de ellas fueron empleadas por el hombre primitivo para la caza y, posteriormente, con fines euforizantes, terapéuticos o criminales.

Muy probablemente fueron los productos de origen vegetal los tóxicos primeramente manejados.

Así, en algunos palafitos de la Edad del Bronce se han encontrado frutos del papaver. Investigaciones arqueológicas de G. Saint- Hilaire y Parrot han proporcionado conocimiento sobre el empleo de tóxicos por los hombres del Paleolítico, que impregnaban las puntas de lanzas o flechas con diferentes sustancias. Aun hasta nuestros días, los bosquimanos de África han seguido utilizando para ello mezclas de Amaryllis distichia, varias especies de Euphorbium y Acocanthera; algunos pueblos utilizaron también venenos de serpientes y de araña negra.

Otras tribus africanas han empleado desde tiempo inmemorial semillas de Strophantus hispidus

O Strophantus kombe. Aristóteles (384-322 a.C.) apunta el uso del veneno de víboras, y Estrabón (63-20 a.C.) el de peces. Dioscórides (siglo I) cita el uso del tejo y el eléboro (tetanizante e hipotensor), también usado por los castellanos con el nombre de «yerba de las ballestas», y como expone Scarlato (2007) se observa claramente una diferenciación regional en el uso de estos venenos; en Japón el acónito, en Oceanía los tetanizantes y sofocantes, y en América una gran diversidad, como tuvieron ocasión de comprobar los descubridores. En la zona del Amazonas se usa preferentemente el curare y el estrofanto en las «flechas herboladas», en Colombia, Panamá, Nicaragua, Costa Rica, sur de Venezuela, Guayana, etc., se emponzoñaban flechas con ácaros (que contienen numerosos alcaloides) y venenos de reptiles, como la rana dorada, sapo minero, etc. (Dendrobates auratus o tinctorius, Phylobactes terribilis o bicolor) en que los indios clavaban flechas y ponían cerca del fuego, para que con el calor segregara el veneno. Y en América del Norte, los pieles rojas y mexicas aplicaban los venenos de serpientes y alacranes.

Se sabe que el emperador del Japón Shen-Nung (3.500 a.C.) poseía un jardín botánico con plantas medicinales y tóxicas; posteriormente los japoneses extraían un cardiotóxico del crisantemo.

En Egipto de los faraones se utilizaban diversos tóxicos cuyo conocimiento estaba reservado a los sacerdotes, como ocurría en muchas tribus primitivas.

El veneno más clásico de todos los tiempos ha sido el arsénico, en forma de diferentes compuestos, y ya figura en lo que se tiene por el texto de medicina más antiguo, escrito hace más de cuatro mil años en tablillas de barro encontradas en Mesopotamia por el norteamericano Samuel S. Kramer en 1956. En el Papiro de Ebers datado hacia el año 1500 antes de Cristo, (descubierto por el egiptólogo alemán Georg Ebers) se encuentra la documentación escrita más antigua acerca de medicamentos y de venenos, con referencias a plomo, antimonio, cobre, cáñamo índico, papaver, conina, acónito, hioscina, helebro, opio, etc. De la misma época es el papiro egipcio de Hearst, con referencias al veneno de las serpientes y de otros animales.

En el Papiro de Saggarah se hace referencia a las propiedades tóxicas de la almendra amarga, que, según el Papiro del Louvre, resulta ser el ejemplo más antiguo del uso de un veneno como medio de ejecución.

En los libros Veda (1500 a. C.), especialmente en el Ayurveda o libro de la Ciencia de la Vida, se encuentran citados algunos venenos y se dan recomendaciones para la terapéutica de envenenamientos con antídotos a base de miel, mantequilla, asafétida, etc. En la parte del Ayurveda denominada Surusta, se citan venenos vegetales como el oleandro y minerales como el arsénico y el mercurio, y se habla ya de acciones abortivas.

Salomón (972-929 a. C.) en sus Proverbios describe perfectamente la embriaguez alcohólica.

Tanto la mitología oriental, como la griega o la romana hacen frecuente empleo de tóxicos, aunque, como dice Mata: «Los dioses no envenenan ni hacen envenenar, por ser este recurso infame e indigno de la majestad de un dios». Se refiere a los dioses de la Tierra, porque los del Mar sí intervienen en suicidios y envenenamientos mitológicos.

De todas maneras, las alusiones al tema son frecuentes:

De la grieta del Parnaso, donde estaba el Oráculo de Delfos, se desprendía el ácido carbónico, y en algunos sitios el sulfhídrico, gases que aportaban sus propiedades fármaco dinámicas a las ceremonias-

Una de las flechas de Hércules envenenada con sangre de la hidra de Lerna hirió al centauro Chirón.

El cazador Orion fue mordido por una serpiente venenosa.

Este mismo animal muerde a Eurídice cuando huye para casarse con Orfeo.

También encontramos que Anfitrite, celosa de Neptuno, envenenó las aguas donde se bañaba la ninfa Escila.

La laguna Estigia exhalaba gases deletéreos y era considerada como infernal.

Pero también en la tierra mitológica, la esposa de Orfeo, Eurídice, muere a causa de la mordedura de una serpiente, y la historia de Hércules repite una serie de envenamientos, e incluso su misma muerte fue por intoxicación al ponerse la túnica mojada en la sangre del centauro Neso.

La historia mitológica de Medea es la de una envenadora de oficio, como lo sería, históricamente, Locusta.

Encontramos en la mitología un suicidio por intoxicación, el de Estenobea, y los asesinatos de Glauce, Teseo, Ciro, etc.

Por su parte, la Biblia recoge homicidios y suicidios, e incluso leemos la recomendación de Moisés de limpiar bien de cardenillo los utensilios de cobre. En el Éxodo (7:20-21), al describir las plagas de Egipto, se recoge que las aguas del Nilo se volvieron rojas y no se podían beber, lo que ha sido interpretado como la primera referencia a una marea roja por micro algas; idéntica interpretación puede hacerse de la cita del explorador e historiador Álvar Núñez Cabeza de Vaca, al anotar (1536) que en el México precolombino se relacionaba el comienzo del año con la llegada de las mareas rojas, lo que supondría un carácter cíclico de éstas, aún no demostrado.

No puede olvidarse el establecimiento en Grecia del «Veneno del Estado», principalmente la cicuta, como medio de ejecución,

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