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Historia Del Arte. Templos Egipcios.


Enviado por   •  29 de Enero de 2014  •  2.863 Palabras (12 Páginas)  •  392 Visitas

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Templos Egipcios

Los templos del Antiguo Egipto eran la residencia de los dioses en la Tierra. De hecho, el término que los egipcios empleaban para definirlos, ḥwt-nṯr, significa «mansión (o recinto) de un dios». La presencia de los dioses en el templo era un nexo de unión entre el mundo divino y el humano y permitía a estos últimos relacionarse con ellos mediante diversos rituales. Según creían, estos rituales mantenían al dios y le permitían continuar con su papel en la naturaleza, el de garantizar la maat, el orden ideal de la naturaleza y la sociedad humana según las creencias egipcias. El mantenimiento de esta maat era todo el propósito de la religión egipcia, y por lo tanto también del templo.

Los templos egipcios fueron construidos para el culto oficial de los dioses y la conmemoración de los faraones en el Antiguo Egipto y en las regiones bajo su dominio. Los templos eran vistos como el hogar de los dioses o faraones a quienes eran dedicados y en ellos los egipcios llevaban a cabo diversos rituales, las funciones centrales de la religión egipcia: realizar ofrendas a sus dioses, recrear pasajes mitológicos a través de festivales y protegerse de las fuerzas del caos.

Los santuarios más antiguos conocidos aparecieron en Egipto en el Período Predinástico, a fines del IV milenio a. C. Estos primigenios edificios se hicieron con materiales perecederos como la madera, esteras de caña y adobe. A pesar de la transitoriedad de estas antiguas construcciones, el arte egipcio posterior continuó usando y adaptando elementos de ellos, evocando los antiguos santuarios para sugerir la naturaleza eterna de los dioses y los lugares en que habitaban.

Se construyen pirámides con materiales más perecederos (adobe). Los hipogeos van sustituyendo a las mastabas como tumbas.

La escultura se caracterizó por un mayor realismo, sobre todo en los retratos. La realeza era representada como personalidades de alto rango, pero sin llegar a ser ya la imagen de un dios en la Tierra, como acontecía en el Imperio Antiguo.

Este mismo criterio lo siguió la nobleza egipcia. En los templos se prodigó el bajorrelieve polícromo. La pintura fue empleada profusamente en la decoración de tumbas.

Los templos más característicos se edificaron el imperio medio y el Imperio nuevo. No eran ya, como el imperio antiguo, templos funerarios, sino edificios destinados al culto de la divinidad. Su complejidad y dimensiones, con una monumentalidad hasta entonces reservada a las tumbas reales, reflejan de hecho la posición alcanzada por la casta sacerdotal en la sociedad egipcia.

Con mayor riqueza y poder durante el Imperio Nuevo (c. 1550–1070 a.C.), Egipto destinó aún más recursos a sus templos, que se hicieron más grandes y complejos.

A mediados del Imperio Nuevo el faraón Akenatón convirtió al dios Atón en la única divinidad del culto oficial y abolió el culto a todas las demás deidades. Los templos tradicionales se descuidaron en favor de los nuevos dedicados a Atón, cuyo diseño y construcción difería notablemente. Pero esta revolución religiosa de Akenatón fue abolida poco después de su muerte, los templos tradicionales reinstaurados y los dedicados a Atón desmantelados.

Los faraones posteriores emplearon aún más recursos a los templos, particularmente Ramsés II, el más prolífico constructor de monumentos de toda la historia egipcia.

Con el derrumbamiento del Imperio Nuevo cesó para siempre la construcción de templos funerarios. Sin embargo, algunos gobernantes del Tercer período intermedio fueron enterrados dentro de los templos divinos, continuando así la estrecha relación entre templo y tumba.

A pesar de que la estructura y planta de los templos era similar se pueden distinguir 3 tipos dependiendo de la función para la que se construían. El primero es el templo propiamente dicho que estaba consagrado a una divinidad y se construía en honor a uno o varios dioses. El segundo tipo es el templo mortuorio consagrado directamente al faraón. En estos se realizaban todos los ritos funerarios del rey desde su muerte hasta el momento del enterramiento y era el lugar en el que se veneraba su memoria. Los mejores ejemplos de estos templos son el Ramesseum y los templos de Medinet Habu. El último tipo era el cenotafio, construidos por los faraones como templos mortuorios secundarios. Los más importantes residen en Abidos.

Los templos se centraron en actividades religiosas más populares como los oráculos, cultos de animales y oraciones. Continuaron desarrollándose nuevas formas arquitectónicas, como quioscos cubiertos frente a las puertas de acceso, estilos de columnas más recargados y los mammisi, edificios para la celebración del nacimiento mítico de un dios.

Construcción y estructura de los templos

El modelo básico de un templo egipcio, estaba constituido por 3 zonas claramente diferenciadas; el patio, la sala hipóstila y las dependencias del dios, además de la entrada, el pilono.

• El pilono

Representaba la entrada al templo y era una pared monumental formada por un alto y ancho muro en forma de tronco de pirámide con una puerta central. Cada una de las dos torres que formaban el pilono representaba los acantilados de cada lado del valle del Nilo, pero también eran, a la vez, las dos montañas que flanquean el disco solar. Las paredes, trapezoidales, contenían aberturas en las que se colocaban mástiles y banderolas, que simbolizaban la presencia del dios. Generalmente estaban precedidos de obeliscos que aluden a la morada del dios, a la relación entre lo terrestre y lo solar, lo sagrado, o colosos de reyes, normalmente sedentes, simbolizando los hijos vivientes del dios. Normalmente estaban decorados con escenas en relieve de temas históricos o religiosos o sacrificio de prisioneros por parte del faraón en presencia del dios al que estaba dedicado el templo.

• El patio

Era la zona pública. A ella podía acceder cualquier persona del pueblo para depositar ofrendas. Se construía a cielo abierto y se decoraba con relieves que hacían referencia a las hazañas del rey o imágenes de adoración. El patio se rodeaba de columnas, normalmente en tres de sus lados (sala hípetra) y solía contener colosos. Podía haber más de un patio con su consiguiente pilono de acceso.

• La sala hipóstila

Después del patio se abría la sala hipóstila que, durante el Reino Nuevo, se encontraba sobre una plataforma y en la época ptolemaica a ras de

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