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Historia Tele


Enviado por   •  27 de Febrero de 2014  •  2.740 Palabras (11 Páginas)  •  233 Visitas

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HISTORIA DE TELESECUNDARIAS

Nuestros inicios

La historia de Telesecundaria, a nivel nacional, se inicia en 1968 cuando que se fundó esta modalidad, fue durante la gestión de Gustavo Díaz Ordaz y bajo la dirección de Álvaro Gálvez y Fuentes, Director de Educación Audiovisual.

El interés del Lic. Álvaro Gálvez y Fuentes por satisfacer la simple creciente demanda de Educación Media (hoy Básica) del país, lo llevó a investigar acerca la posible utilización de los medios electrónicos como auxiliares e incluso como promotores directos, del proceso enseñanza-aprendizaje. Así mismo el Lic. Agustín Yánez, entonces Secretario de Educación Pública, sensible a la necesidad de extender los beneficios de la educación a todas las regiones del país, reconoció la importancia de utilizar la televisión para servir a la nación, y brindó su apoyo al proyecto Telesecundaria.

Basado en un principio, en el modelo italiano de la Tele scuola, - previamente analizado y seleccionado como el más viable para ello, el proyecto de Telesecundaria es hoy un proyecto educativo nacional que funciona en todo el territorio nacional.

Se proponían, en ese tiempo, aprovechar las ventajas de comunicación que ofrecían los medios electrónicos, específicamente la televisión, para llevar, por este medio, la educación secundaria a regiones que carecían del servicio, sobre todo a las áreas rurales donde los núcleos de población son, en ocasiones, tan reducidos que no se justificaba económicamente el servicio de secundarias técnicas que se demandaba.

La Telesecundaria, ante la sociedad del conocimiento

La emergencia de las sociedades del conocimiento también está cambiando radicalmente la forma de aprender y la está haciendo más orientada a la competitividad. Una sociedad del conocimiento es aquella donde la mayoría de sus actividades sociales y productivas tienen un alto componente de conocimientos nuevos, con una tasa muy alta de cambio, por lo que las competencias técnicas y profesionales más apreciadas son las que habilitan para contar con conocimientos y habilidades nuevas que añaden valor a los productos y servicios, sean éstos públicos o privados, particulares o colectivos. Un ejemplo de esta tendencia, entre otros, está en que el total de la información de la humanidad se duplicó entre los años 1750 y 1900; se volvió a duplicar una vez más entre 1900 y 1950. De 1950 a 1965 se vuelve a duplicar. Ahora se calcula que la información de la humanidad se duplica por lo menos cada cinco años y que para el año 2008, el 97% de lo que la humanidad sabrá, habrá sido descubierto o inventado en los últimos 30 años.

La alta tasa de cambio en los conocimientos no se debe a un afán de la novedad por la novedad.

Son las nuevas condiciones e imperativos del mercado global las que la están impulsando.

Sin embargo; entrar a competir en estas nuevas condiciones exige un cambio radical en lo que hay que aprender, en la forma como hay que aprenderlo, en la velocidad con que hay que hacerlo y, por lo tanto, en la tecnología. Este cambio radical no lo puede asumir con eficacia la actual forma de organizar el aprendizaje, basada en libros de texto, programas frecuentemente obsoletos, profesores por horas, sin especialización y sin motivación, salones y equipos con limitantes físicas, de cupo y distancia.

Los programas académicos de las instituciones educativas en el futuro va a tener que ser radicalmente reorganizada.

El texto y la tecnología son claves para entender el tipo de aprendizaje por el tipo de acciones y habilidades que hay que desarrollar (Gómez, 2005, p. 115).

Entrar en la nueva competencia no será posible sin preparar al mayor número de jóvenes y adultos abriendo por todos los medios posibles, principalmente tecnológicos, los accesos a la educación en todas las edades, niveles y modalidades. Esto deberá traer consigo una reforma educativa de gran alcance que sólo será factible con los nuevos medios tecnológicos.

En el ámbito educativo la televisión ha tenido una gran trascendencia, puesto que ha sido uno de los medios que más interés ha despertado para su incorporación a la enseñanza, ya que son pocos los países que no la han utilizado para la formación de la sociedad, o en proyectos específicos para la enseñanza, como instrumento para llevar la formación a los lugares alejados, para enriquecer la formación presencial desarrollada en las aulas o simplemente para aprender a decodificar mensajes y lenguajes.

Este artículo, tiene el propósito de revisar el desarrollo de la Telesecundaria en México, identificando sus principales problemas y aciertos, configurando un escenario tendencial y otro deseable.

La Telesecundaria en México

El análisis de las políticas tecnológicas respecto a la aplicación de los audiovisuales en educación, puestas en marcha históricamente en diferentes estados de la Unión Europea, pone de manifiesto en primer lugar, la diversidad de modelos televisivos existentes. Una diversidad que encuentra una justificación histórica en el hecho de que, cuando el medio televisivo inicia su expansión en el viejo Continente, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Europa sufre divisiones tan profundas que la idea de identidad común europea carece de significado. Los estados europeos del momento tienen muy presente que las ideas de estado-nación y de cultura nacional desarrolladas durante el siglo XIX, han permanecido en la base de las dos contiendas mundiales. Y para los europeos de la época, por encima de las diferencias políticas y económicas de los estados, prevalece un sentido de recíproca extrañeza social (Bustamante, 1990).

Precisamente en esa Europa poco favorable a la idea comunitaria, nace la televisión y por ello, no ha de sorprender que su historia refleje esta situación de diferencia y extrañeza. Nada hace pensar que hubiera sido posible, en ese contexto político y social, que los diferentes sistemas televisivos hubieran nacido ya orientados a soluciones comunes. Así, en cada país, la televisión y con ella las políticas audiovisuales, se construyen en relación con la propia sociedad, convirtiéndose en un medio que reafirma las propias y específicas tradiciones culturales de cada estado europeo en concreto.

Los esfuerzos por hacer televisión educativa nacen principalmente en Europa y Japón, después de la Segunda Guerra Mundial, entre los años 1950-1960. La televisión educativa se pensó, entonces, como herramienta que ayudaría a mejorar la escolarización tras el periodo de la postguerra. Una primera

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