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IMPACTO DEL PROYECTO GUZMANCISTA EN LA SOCIEDAD VENEZUELA.


Enviado por   •  13 de Mayo de 2013  •  3.868 Palabras (16 Páginas)  •  654 Visitas

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IMPACTO DEL PROYECTO GUZMANCISTA EN LA SOCIEDAD VENEZUELA.

Antonio Guzmán Blanco, fue sin dudas el primer Jefe de Estado venezolano a partir de 1830 que combinó en sí los talentos de su gran político y de un eficiente administrador pero la habilidad política y la capacidad administrativa de Guzmán Blanco no explican sino parcialmente el hecho de que él se destacase como el único verdadero estadista durante aquellos años.

Observamos, que como político astuto y capaz de organizar a la Venezuela del siglo XIX, pese a sus enfrentamientos con algunos sectores de la sociedad venezolana, como es el caso de la Iglesia Católica con la que mantuvo momentos bien difíciles y álgidos roces.

El presidente Antonio Guzmán Blanco fue el precursor de diversos cambios y desarrollo en la convulsionada Venezuela de la época señala la autora antes mencionada, que: en mayo de 1873 mucho de los problemas que enfrentaba el país se habían ido resolviendo de un modo favorable al gobierno; a decir verdad, el poder de Guzmán Blanco nunca había sido tan grande Más adelante sigue señalando dicha autora lo siguiente: Guzmán Blanco había logrado crear un Gobierno Central, que ejercía autoridad sobre todos los recursos económicos de sector público el aumento de la población el crecimiento de Caracas, lo programas de obras públicas, el mayor volumen de exportaciones agrícolas, eran todos ellos indicadores de una época durante la cual los venezolanos gozaron de los frutos de la paz y de la estabilidad”

Augusto Mijares, afirma lo siguiente: el mejor alegato a favor de Guzmán Blanco ante la posteridad, es su Decreto de instrucción primaria obligatoria y gratuita. Lo dio el 27 de junio de 1870, o sea, a los dos meses de haber tomado a Caracas. Lo cual nos permite suponer que había sido un proyecto largamente acariciado en su mente, Guzmán no desmayó nunca en un trabajo asiduo para que aquel decreto se cumpliera efectivamente.

Este autor, muy crítico a Guzmán Blanco, por cierto, a nuestro modo de ver; reconoce en éste su afán por la instrucción pública gratuita y obligatoria, la cual aún perdura en el tiempo, aun que el autor citado, señale luego, más adelante que: preocupado solamente de aquel trabajo casi todo material, y de sus resultados inmediatos, nunca pensó en asegurarle perdurabilidad mediante un equipo de hombres, de voluntad propia, que pudiera sucederle en el poder. En lo sostenido por este autor, nosotros no lo compartimos por considerar que con dicho decreto de instrucción primaria obligatoria y gratuita se sentaron las bases de la gratuidad de la educación venezolana.

Si bien es cierto, según nuestro criterio, no se le puede negar al denominado Ilustre Americano, un grado de vanidad y codicia del poder, no es menos cierto que no hay personaje alguno de las figuras del siglo XIX se equipare a él con respecto a los grandes avances que logró en materia económica y en construcciones de obras públicas y pacificación del país, así sea centralizando el poder, ya que las circunstancias por las que transcurría el país lo ameritaba, además de la creación del Registro Civil, Matrimonio Civil y el famoso Decreto de Instrucción Primaria Obligatoria y Gratuita; además del auge de algunas ciencias y creación de teatros y apoyo a la culturización de la sociedad venezolana.

No podemos decir muy particularmente que el proyecto del Ilustre Americano fracasó ya que como sostiene la autora citada, Mary B. Floyd: “con la llegada de los andinos al poder, los nuevos dirigentes del país empezaron a edificar sobre las bases estructurales e institucional es que el Ilustre Americano había dejado establecidas.

Causas por las cuales fracasa el proyecto de Antonio Guzmán Blanco.

Guzmán Blanco no estuvo en todo momento a la cabeza del Estado durante los años 1870-1888, se considera como su gobierno el lapso prolongado en el cual ejerce un influjo, apenas distorsionado por disidencias pasajeras y existe un solo foco de poder y un intento peculiar de centralización, que puede considerarse fundamental en el proceso de organización del Estado nacional.

Aunque a la postre se diluye en beneficio de los factores dispersos de autoridad, entonces esenciales, que no logra liquidar, como los caudillos mayores y menores, su régimen conforma un ensayo de estabilidad cuya orientación hacia la modernización permite reordenar la economía y confinar en un molde relativamente homogéneo el desarrollo de la vida civil, después de un devastador ciclo de guerras intestinas.

Durante casi 2 décadas, de 1870 a 1888, Antonio Guzmán Blanco dominó la escena política venezolana. Bien como presidente, o en los interregnos desde Europa, su influencia marcó a la Venezuela del siglo XIX. Guzmán Blanco fue el primer jefe de Estado venezolano, a partir de 1830, que combinó en sí los talentos de un gran político y un eficiente administrador. Su habilidad política y su capacidad administrativa no explican por sí solos el hecho de que él se destacase como un importante estadista durante aquellos años; un elemento adicional es que se propuso integrar a Venezuela en la corriente de modernización que se estaba dando, particularmente en Europa, durante las últimas décadas del siglo XIX.

Con este objetivo atrajo inversiones extranjeras, utilizándolas en la modernización del sistema de transporte venezolano y la explotación de los recursos mineros del país. Semejante empresa requería primero organizar la República y dotarla de estabilidad.

Por ello, Guzmán Blanco tuvo que llegar a un acuerdo con los grupos políticos y económicos que ejercían una influencia decisiva en la vida nacional. Durante todo el período republicano, los comerciantes, los caudillos regionales y los hacendados habían tenido diferencias importantes que llevaron a una situación de continuos enfrentamientos, los cuales desangraron económica y políticamente al país, impidiendo el buen funcionamiento del gobierno. Así, “los comerciantes clamaban por el establecimiento de un vigoroso Gobierno central, capaz de ejercer el control económico y fiscal en todo el país. Por su parte, los caudillos regionales que eran en general grandes hacendados rechazaban tal concentración en Caracas. En una postura intermedia se hallaban la mayoría de los demás hacendados y otros agricultores, quienes parecían proclives a brindarle su apoyo a cualquier gobierno que respaldara su proyecto de establecer un banco agrícola que les proporcionase crédito barato y a plazos largos.

Tal era la situación con la que Guzmán Blanco se enfrentaba. Su política de conciliación logró establecer un equilibrio con 2 de esos grupos de intereses: los caudillos regionales y los comerciantes. De esta manera pudo alcanzar

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