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Juan Manuel De Rosas


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2013  •  3.237 Palabras (13 Páginas)  •  449 Visitas

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Juan Manuel de Rosas:

Fue un político argentino, gobernador de Buenos Aires en los períodos 1829-1832 y 1835-1852. Amado por sus seguidores, y temido y odiado por sus opositores, quienes lo llamaron tirano y dictador. Lo cierto es que estuvo en el poder por más de 20 años, con facultades extraordinarias otorgadas por la legislatura provincial, tratando de ordenar el país contra la anarquía política.

En "Palabras de Historiador" de Félix Luna, el autor lo define como "el mas contradictorio, el mas controvertido y el que ha registrado mas polémicas y el que siempre será un personaje muy ambiguo, muy difícil de definir"

Comienzos del caudillo:

Nació en Buenos Aires, en el seno de una de las familias más destacadas de la ciudad. Su verdadero nombre era Juan Manuel Ortiz de Rozas; pero decidió "acriollarlo" y aplebeyarlo, ya antes de su primera aparición en la política, por Juan Manuel de Rosas. Era un hombre práctico, de espíritu conservador, y con todas las características de un caudillo. La primera interrupción en sus actividades de estanciero fue debida a las invasiones inglesas. El 12 de agosto de 1806 estuvo Juan Manuel entre " los voluntarios que formaron el ejercito que reconquisto Buenos Aires". Luego de la rendición, Liniers lo devolvió a sus padres, portador de honrosa carta testimonial.

Amasó una gran fortuna como ganadero y exportador de carne de vacuno, en la época en que el virreinato del Río de la Plata luchaba por su emancipación del dominio español. En 1818 comienza a hacer algunas comisiones políticas, al tiempo que entró a administrar y poblar las estancias de Juan José y Nicolás Anchorena. Mas tarde compraría con Terrero (quien lo acompañaría durante sus dos futuros mandatos) las estancias San Martín y Del Rey, entre otras. Empezó a adquirir prestigio y durante la década del ’20 se transformo en uno de los personajes más importantes de Buenos Aires. Llegó a tener un ejército personal formado por peones: Los Colorados del Montes. Y durante el gobierno de Rodríguez ocupó el cargo de comandante de campaña.

Primer gobierno:

Durante el primer gobierno de Rosas, el país no estaba organizado como una nación, sino que las provincias se habían enfrentado firmando por un lado la Liga Unitaria (Córdoba, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis, Tucumán, Salta y Mendoza) y por el otro lado el Pacto Federal (Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes).

El 6 de diciembre de 1829 la legislatura eligió a Rosas gobernador y le otorgaron facultades extraordinarias. Si ya gobernaba de afuera, ¿cómo no iba a hacerlo ahora que estaba en el poder?

Desde el principio declaró enemigo al partido unitario, y utilizó la famosa divisa: "El que no está conmigo, está contra mí" para atacarlos. Por lo que puso a su favor a los burgueses, conservadores y reaccionarios, a los católicos, a los gauchos descontentos, a los indios, a la plebe urbana y a parte de la población rural. Rosas apareció como un restaurador, debido a la actitud de desprecio, de violación de derechos que habían dado los anteriores gobiernos. En su contra aparecieron los unitarios, los jóvenes ilustrados, los liberales, los militares y viejos patricios de la revolución.

Su gobierno era centralista, respetuoso de los señores feudales siempre y cuando estos le estuviesen sometidos. Tenía un criterio proteccionista antieuropeo, de un nacionalismo estrecho, y reacio a los cambios y a lo extranjero. Su primera medida en el gobierno, de hecho, fue suprimir la libertad de prensa y adueñarse de ella. Sin embargo este primer periodo fue solo una imagen de lo que sería el segundo término, ya que aquí Rosas no tenía experiencia verdadera en la política.

Así es que en 1832 Rosas impide que la Comisión Representativa convoque a un congreso general para organizar la república. La idea de Rosas era que el país no estaba en condiciones de entrar en una organización general; debía mantenerse la unión de las provincias sólo con el Pacto Federal. "Debemos existir y después organizarnos", era su argumento.

Segundo Gobierno:

El 7 de marzo de 1835 la Legislatura, confirió el gobierno a Rosas por cinco años con la suma del poder público, sin más restricciones que conservar y proteger la religión católica, y sostener y defender "la causa nacional de la Federación". El nombramiento fue confirmado por un plebiscito que dio 9720 votos a favor y 8 en contra. Se le depositó la suma del poder público de la provincia; Pero ¿Cómo llegó Rosas a tener todo este apoyo? Debemos por ende analizar el período 1832-1835, tiempo en que Rosas no gobernó.

Primero Rosas no aceptó en 1832 la reelección sin los poderes extraordinarios. Y a partir de allí se lo eligió varias veces para que vuelva al poder, pero en todas se negó debido a que no le otorgaban los poderes especiales; él deja el gobierno para trabajar desde afuera y dificultar al gobierno muy astutamente. Segundo, la policía, el ejército, la prensa y las masas estaban a su merced. Tras formar su propio Partido Restaurador Apostólico, y con el apoyo de la Sociedad Popular Restauradora, conocida como 'La Mazorca', que aterrorizó a sus adversarios unitarios, Rosas formó alianzas con los líderes de las demás provincias argentinas, logrando el control del comercio y de los asuntos exteriores de la Confederación. Un hecho más que decisivo fue la revolución de los restauradores del 11 de octubre de 1833: El gobernador Balcarce ordenó que se diera a lugar un juicio al periódico El Restaurador de las leyes, por lo que se empapeló Buenos Aires con carteles que anunciaban el proceso al "Restaurador de las leyes". Y la gente de los suburbios pensó que el juicio era a Rosas, ya que también se lo conocía con ese nombre. Y al iniciarse la audiencia se produjo un enorme alboroto que terminó con el sitio de la ciudad por parte del general Pinedo, adherido a la protesta. Y el ejército del gobierno se encontraba con Rosas en el sur en la campaña "exterminadora" del desierto.

Balcarce debió renunciar, y posteriormente lo mismo harían José Viamonte y V.Maza (luego del asesinato de Quiroga). Al volver de la expedición al desierto, la legislatura le acordó una medalla. Sin embargo no poseía un espíritu bélico, aunque supo explotar su prestigio. Así Rosas aparecía como el único capaz de calmar la situación.

Es en esta etapa de temor y anarquía política en la que Rosas aparece como el único capaz de terminar con el difícil momento y establecer la paz tan

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