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Juan Manuel De Rosas


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2013  •  5.463 Palabras (22 Páginas)  •  397 Visitas

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INTRODUCCION

Juan Manuel Jose Domingo Ortiz de Rozas y Lopez de Osornio, nació en la calle Santa Lucia, ( hoy Sarmiento ) en la medianoche del 30 de marzo de 1793. Su padre León Ortiz de Rozas, había llegado a Capitán del Regimiento Fijo de Buenos Aires. En 1790 don León contrajo matrimonio con Agustina López de Osornio, cuyos ascendientes afincaron en Buenos Aires desde el siglo XVIII.

La primera interrupción en sus actividades de estanciero fue debida a las invasiones inglesas. El 12 de agosto de 1806 estuvo Juan Manuel entre " los voluntarios que formaron el ejercito que reconquisto Buenos Aires". Luego de la rendicion Liniers lo devolvió a sus padres, portador de honrosa carta testimonial.

Desde enero de 1807, Rosas estuvo incorporado a los Migueletes con sueldo de doce pesos mensuales y concurrencia a ejercicios militares.

Entre los 17 y los 27 años, junto con la juventud de Rosas, transcurrió la primera década de gobierno propio en el país. El proceso histórico que fue la revolución de Mayo a la gran crisis sociopolitica del Año XX, transformo al estanciero bonaerense en activo defensor del orden porteño, hasta abrírsele nuevo destino a su existencia.

El proceso iniciado en 1810 había sido obra de una minoría ilustrada a la cual los pueblos daban asentimiento, si interpretaban sus aspiraciones. Los contenidos teóricos republicanos, cayeron poco a poco en total desnaturalización. La democracia carecía de sustentación social y la república era traicionada al gestarse monarquías exóticas. El país comenzaba a enfeudarse al capital comercial extranjero, y la independencia se convertía en una ficción política. Las masas nativas resultaban víctimas de la desocupación, el desahucio legal para ocupar la titularidad del Estado, e incorporarse dignamente a la vida cívica.

Todos esos factores las impulsaron a ejercer una soberanía popular vacante, y dieron carácter social al derrumbe del institucionalismo centralizador portuario el año XX. Las circunstancias confluyentes hicieron converger sobre Buenos Aires a las masas nativas, desocupadas del ejército regular luego el pronunciamiento de Arequito. Los gauchos y montoneras reclamaban su participación política y social, hasta entonces sólo considerará útil en las batallas.

Este fue el parto fecundo de la Argentina democrática y federal.

Cada lanza simbolizaba un voto. Esa representatividad asumían los caudillos, empeñados en erigir cada provincia de acuerdo a la realidad geopolítica hasta entonces sojuzgada.

Allí nació Buenos Aires a su autonomía provincial, ya qué todavía no podía hablarse de una fundación federal.

Recién a partir de allí, en la lucha por encontrar las mejores instituciones o gobernantes provinciales, sobrevino la anarquía. Esta ultima fue un fenómeno porteño, a la que puso término Juan Manuel de Rosas, apoyado en los colorados del Monte, y su indudable genialidad política.

En el interior se hizo imprescindible la organización autonómica de las provincias precisamente para evitar la anarquía ante las desaparicion de la autoridad central.

Y sin sobresaltos, , gobernaron Bustos en Córdoba, Ibarras en Santiago, Araoz en Tucumán, López en Santa Fe, y Guemes en Salta.

La situación porteña fue resuelta por Dorrego. Rosas acompañó a Dorrego (elegido gobernador el 4 de julio) en su marcha contra las montoneras federales invasoras de la campaña.

El 2 de agosto en san Nicolás vencieron al general Alvear unido al chileno José Miguel Carrera. El 12 destruyeron a los famosos Dragones de Estanislao López en Pavón.

La clase ganadera y terrateniente ansiaban la paz, indispensable para la economía rural complementaria de la exportación. Los mercados extranjeros solicitaban sus materias primas y se necesitaba la expansitud territorial capaz de incrementar la reproducción ganadera, forzada a situarse en los campos ubicados al norte de Buenos Aires. Ello no podía consolidarse sin la unión de Buenos Aires y Santa Fe.

Rosas inicio conversaciones directas con López. Arriesgo compromisos pacificadores, que Dorrego no quiso escuchar, y este error le fue fatal. El 2 de Septiembre fue batido en Camonal por los santafecinos. El temperamento ardoroso fue nefasto para Dorrego, y si la primera vez perdió el gobierno por desatender a Rosas, ocho años mas tarde perdería la vida, por cometer el mismo error.

EL CRIMEN DE NAVARRO

Al caer la noche del 30 de noviembre de 1828, antes de partir de la capital, donde se consideraba inminente un golpe militar, Juan Manuel de Rosas, mando un aviso al gobernador Dorrego: "El ejercito nacional llega desmoralizado por esa logia que desde micho tiempo nos tiene vendidos". Al día siguiente estallaba el pronunciamiento de Juan Lavalle con los cuerpos de línea del ejercito.

Rosas marcho en seguida a reclutar gente en la campaña. La " logia " era una realidad constituida como circulo encargado de la conducción secreta del unitarismo, "los hombres de casaca negra" y la sentencia contra Dorrego y Rosas estaba dictada antes del motín. Debían morir, el uno porque encarnaba la legalidad democrática y popular del federalismo, el otro debido a su prestigio rural, que era un peligro potencial.

Es explicable que Dorrego no lo creyera posible: acababa de hacer públicos los manejos de la oligarquía unitaria, sus alianzas con el capital ingles, sus denuncias contra los comerciantes agiotistas, y conocía la impopularidad unitaria en el interior. Los creía derrotados para siempre y ese fue su error.

El dia 9 de diciembre se enfrentaron ambas fuerzas. Gauchos desarmados pelearon sin éxito a las tropas de Lavalle y cuando la derrota fue notoria, Rosas insistió en aconsejar la retirada al gobernador, que tercamente creía esperar refuerzos leales. La noche del 10 vio llegar un batallón de Húsares y todavía ingenuamente salió a recibirlo: el comandante Escribano y el mayor Acha a quienes reconoció, se apresuraron a tomarlo prisionero y entregarlo a Lavalle, quien decide por si mismo, el fusilamiento de Dorrego, sin proceso ni defensa.

Rosas fue aconsejado de exiliarse en Brasil, pero decidió ponerse al frente de las masas bonaerenses, y ejercer su autoridad de Comandante general de la campaña, a las ordenes del ejercito federal que las provincias reclutaban bajo el mando de Estanislao López.

Ante la descalificación popular, el golpe decembrista totalmente fracasado, debió recurrir a la férrea dictadura, que en esos mismos idas, San Martín reprobó en su retorno al país. Negándose a desembarcar en febrero de 1829, rechazo el

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