LA FAMILIA DESDE SUS ORÍGENES HASTA NUESTROS TIEMPOS

LA FAMILIA DESDE SUS ORÍGENES HASTA NUESTROS TIEMPOS

La familia es el primer grupo con el cual entramos en contacto al nacer, y dentro del cual permanecemos toda o la mayor parte de nuestra vida, que influyen en el proceso de nuestra socialización y nuestra personalidad.

La familia, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.

En la actualidad el término "familia" significa realidades diversas. En sentido amplio, es "el conjunto de personas mutuamente unidas por el matrimonio o la filiación"; o aún "la sucesión de individuos que descienden unos de otros", es decir, "un linaje o descendencia", "una raza", "una dinastía" (Petit Robert). Pero el término tiene también un sentido estricto, que es la única que los sociólogos suelen tomar en cuenta. En este sentido designa "las personas emparentadas que viven bajo el mismo techo", y "más especialmente el padre, la madre y los hijos" (Petit Robert).

Desde el punto de vista sociológica y antropológica la familia tiene el fin de asegurar el futuro a la sociedad a través de la generación de los hijos y a través de la transmisión de las enseñanzas y estilos de vida que forman el núcleo socio-cultural de pertenencia de un grupo más o menos amplio de personas.

La familia, dice Morgan, es el elemento activo; nunca permanece estacionada, sino que pasa de una forma inferior a una forma superior a medida que la sociedad evoluciona de un grado más bajo a otro más alto. Los sistemas de parentesco, por el contrario, son pasivos; sólo después de largos intervalos registran los progresos hechos por la familia y no sufren una modificación radical sino cuando se ha modificado radicalmente la familia.

Lo mismo -añade Carlos Marx- sucede en general con los sistemas políticos, jurídicos, religiosos y filosóficos. Al paso que la familia sigue viviendo, el sistema de parentesco se osifica; y mientras éste continúa en pie por la fuerza de la costumbre, la familia rebasa su marco. Pero, por el sistema de parentesco legado históricamente hasta nuestros idas, podemos concluir que existió una forma de familia a él correspondiente y hoy extinta, y lo podemos concluir con la misma certidumbre con que dedujo Cuvier por los huesos de un didelfo hallado cerca de París que le esqueleto pertenecía a un didelfo y que allí existieron en un tiempo didelfos, hoy extintos

El antropólogo Westermarck (1921), dedicó gran parte de su vida al estudio de la institución del matrimonio y considera que las estructuras familiares han ido evolucionando a través de diversos estadios: el primitivo fue la promiscuidad; luego, el matrimonio grupal, seguido por la poliginia, la poliandria, y finalmente la monogamia, cuyo último y más perfecto estadio de la evolución es la familia patriarcal.

El fortalecimiento de la familia, según lo han dado a entender, en su mayoría, los antropólogos y los etnólogos de formación estructuralista, tiene como corolario, no necesariamente metafórico, según Gerda Lerner, el surgimiento y articulación del poder, en sus variadas dimensiones. Pero lo puntal de estas articulaciones es precisamente el poder económico desplegado por los varones, es decir por los patriarcas, al interior de la familia monogámica, cuya evolución reciente nos dice muy poco del matriarcado, y sin embargo nos permite explicarnos mucho de la división sexual del trabajo, núcleo duro de los orígenes de la desigualdad entre hombres y mujeres.

En la actualidad, la mayoría de los científicos contemporáneos coinciden en que las únicas estructuras familiares que han existido históricamente, con cierta frecuencia, son la poliginia y la monogamia. En efecto:

La promiscuidad: ausencia de normas y restricciones para las relaciones sexuales, es una posibilidad “teórica” de convivencia entre hombres y mujeres, dentro de una sociedad sin limitación alguna.

1) El matrimonio grupal: ha sido una pauta “atípica” dentro de una sociedad, de relativamente corta duración. Es el caso de un grupo religioso, la comunidad oneida, fundada en los EEUU a mediados del siglo XIX.

2) La poligamia: es el matrimonio de una persona con dos o más personas del sexo opuesto. La poligamia fue práctica común entre los indígenas de América Latina. Existen dos tipos de poligamia: la poliandria y la poliginia.

a) La poliandria es el matrimonio de una mujer con dos o más maridos. Tenía dos funciones sociales: proveer una esposa a todos los hombres, y de mejorar el nivel de subsistencia. Para disminuir los posibles conflictos y celos, los maridos, en los matrimonios poliándricos, solían ser hermanos entre sí (sistema levirato).

b) La poliginia es el matrimonio de un hombre con dos o más mujeres. Este sistema existió históricamente y aun hoy existe en muchas culturas ya que la pluralidad de mujeres es símbolo de riqueza y de prestigio social. Del mismo modo que en la poliandria la elección de mujeres suele hacerse entre hermanas de la misma familia (sistema de sororato).

3) La monogamia: es la institución social que consiste en la unión matrimonial de un hombre con una sola mujer.

4) La familia extendida: se define como una estructura compuesta de varias familias nucleares que viven bajo el mismo techo, y que están relacionadas entre sí por vínculos de sangre, matrimonio o adopción. Puede estar conformada por más de dos generaciones, incluyendo abuelos, hermanos, tíos, etc., con sus respectivos cónyuges. Esta se basa en los vínculos de parentesco o de sangre.

5) La familia nuclear: constituida por dos adultos que viven en una relación sexual socialmente aprobada (matrimonios), generalmente con uno o más hijos propios o adoptados.

Los sociólogos suelen distinguir tres formas de organización familiar: la matriarcal, la patriarcal y la democrática o igualitaria.

El matriarcado se refiere a una organización social basada en la autoridad de la mujer como jefa de la familia.

El patriarcado es un tipo de organización en la cual los varones ejercen el poder y la autoridad sobre las mujeres y los niños.

La democrática o igualitaria implica una distribución igual de poder o autoridad en la pareja.

Muchas investigaciones, así como la simple observación de la realidad, demuestran que la familia conyugal, sobre todo por cuanto se refiere al crecimiento de los hijos, es la que garantiza mayores seguridades y estabilidad.

La familia monogámica está presente

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