La Escuela Y El Buen Ciudadano

Desarrollo

La relación que existe con el deseo de poder de nuestros candidatos no se observa por que tenemos que estar inmiscuidos casi íntimamente con el personal de la institución y con la política que se maneja, por lo tanto no podemos saber si este deseo lo tengan que demostrar estando en la cima del monte como dice Maquiavelo. Entonces no sabemos si el poder al que quieran llegar ambos candidatos sea por interés personal o que tengan alguna cuenta pendiente con la universidad por antigüedad o por cuestiones hereditarias. Menciona que se deben seguir ciertas reglas para que no se salga de la línea ya trazada por los anteriores príncipes (en este caso directores) porque no se trata de poder ante el pueblo solo de una minoría de maestros y estudiantes dentro de la escuela, un príncipe nato o natural debe de trabajar con apego a reglas ya establecidas por sus antecesores y no tiene la posibilidad de traer problemas a la institución, este debe de resolverlos. En cambio si se trata de cambiar drásticamente pueden surgir problemas dentro y fuera de la institución.

Para ejercer una nueva fuerza se debe de estar lo suficientemente ligado a la administración política de la unidad y participe en la política exterior e interior de la escuela, debe por lo tanto defender los intereses y abonarle a la institución de forma económica, docente y académica. El que llegue a la dirección debe de gobernar (si así se le puede llamar) no autoritariamente si no que se debe de rodear de una muchedumbre de docentes y alumnos para que valla por buen camino su administración. Si no, de lo contrario las personas que te apoyaron te darán la espalda y remaras en contracorriente con toda la administración desde alumnos, trabajadores, docentes y mandos superiores de la universidad.

De lo contrario hay tres modos de conservar un puesto que, antes de ser adquirido, estaba acostumbrado a regirse por leyes establecidas y manejarse con autonomía: primero, cambiar la forma de administración (en este caso la dirección),después, radicarse en él; por último, dejarlo regir por sus leyes, obligarlo a rendir cuentas y establecer un gobierno compuesto por un corto número de personas, para que se encargue de velar por la conquista del puesto. Nos menciona Maquiavelo que se puede ser imitador aunque no se sigan los mismos caminos de sistemas anteriores è iniciar otros nuevos y se debe de tener cuidado en esa imitación porque si no se llega al punto del cual se trate corre el riesgo de fallar y fracasar en casos extremos.

Las personas que llegan a puestos políticos o administrativos por el llamado dedazo o por suerte deben de tener una fuerza mental y física extraordinaria porque se deben de mantener ahí, ya que si no es así en el camino surgen las dificultades y hay que tener la experiencia para resolverlos. Por lo tanto no se puede ni

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