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La Familia Bolivar


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2013  •  6.236 Palabras (25 Páginas)  •  330 Visitas

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Introducción

La ciudad de Caracas está de júbilo cuando la familia Bolívar anuncia una fiesta o una celebración. En la lujosa mansión ubicada en todo el centro de la ciudad, se congrega lo más selecto de la sociedad. El Coronel Don Juan Vicente Bolívar y Ponte recibe a los invitados que lucen sus más lujosos atuendos… Los imponentes salones que normalmente permanecen cerrados, han sido adornados con flores frescas traídas de Galipán, para acoger a los invitados, y donde el lujo, el confort, y el poder económico de los anfitriones se hacen presente: sobrias pinturas de familiares cuelgan de las paredes; ambientados con muebles de caoba labrada y tapizados con finas telas procedentes de la india; alfombras persas de inusitados colores, pesados espejos que llegan casi hasta el techo, sobrios baúles, figuras de porcelana francesa, estatuas de mármol, cristalería veneciana, cortinas de damasco que cubren los altos ventanales, y alumbrados con arañas de cristal de bohemia montadas sobre exquisitas estructuras de bronce. No faltan en esas recepciones los títulos de personas que, a cada momento el esclavo ubicado en la entrada, anuncia a la concurrencia: el señor Obispo, el señor Oidor, el señor Conde, el señor Marqués, el señor Coronel, la excelentísima señora, el excelentísimo señor, en fin, todas y cada una de las personalidades más relevantes y adineradas de Caracas… Negras esclavas con su uniforme de delantal blanco, sirven variados pasa palos y suministran los refrescos, mientras Juan Vicente, treinta años mayor que su esposa, celebra la felicidad de la familia, alzando su copa del mejor vino traído de Burdeos… Sus ojos azules sonríen de contento cada vez que lo abrazan en felicitación.

Por su parte, las damas penetran en la alcoba de Doña María Concepción Palacios y Blanco, madre por cuarta vez, a pesar de su juventud, cuya hermosura resplandece entre finos encajes, sobre un lecho alto, severo, de cuatro columnas salomónicas y aparatoso baldaquín de brocado que armoniza con los muebles de caoba que adornan la habitación… A un lado está la cuna vigilada permanentemente por la esclava Hipólita, y entre espumas de encajes y sábanas de seda, duermes el recién nacido… Es una ocasión especial, por la celebración del bautizo de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, de nombres fervientemente cristiano, ya que su madre María Concepción es fiel creyente de la “triada católica”, que también es la patrona de la familia, cuyo altar no sólo fue dispuesto en un rincón de la casa, sino que un Panteón familiar del mismo nombre fue construido en la iglesia catedral de Caracas.

El Presbítero Juan Félix Jerez Aristeguieta y Bolívar, condujo al niño a la pila bautismal de la Catedral. De regreso a la casa, éste sorprende al matrimonio Bolívar con una confesión: “Al momento de rociarle el agua bendita no lo llamé Pedro José (como quería el padre)… Una extraña voz interior, una inspiración divina que probablemente viene de Dios, me dio el nombre de Simón, porque este niño será el Macabeo (salvador) de la América”… Sea verdad o mentira esta afirmación hecha por Simón Camacho, sobrino del Libertador, nos lleva a reflexionar de cuanto no se ha escrito sobre Bolívar… y cuanto falta aún por descubrir sobre ese ilustre venezolano, cuyo apellido dejó una huella imborrable en el pasado, presente y futuro de América… Pero muy poco o casi nada se dice del entorno familiar, que al igual que el Libertador, constituyeron un linaje emprendedor, aventurero, de arrogancia y valentía, como caso excepcional en la historia de un Continente. Si Simón Bolívar fue único e inimitable, su familia, necesariamente debía estar a la altura del Padre de la Patria

Origen de la familia Bolívar

Simón Bolívar nació en el seno de una de las familias más influyentes, más importantes y más ricas de la sociedad caraqueña de finales del siglo XVIII.

El origen de la Familia Bolívar se sitúa en la provincia de Vizcaya, situada al norte de España (País Vasco). Los antepasados de Bolívar por la parte del País Vasco eran fieles combatientes para la liberación de esa zona de España, y se cree que Bolívar heredó ese sentimiento guerrero y combatiente. Los primeros Bolívar comenzaron a llegar a Venezuela a partir de 1588 y de dedicaron a labores del campo y políticas. Ellos eran personas muy ricas pues la Corona Española les concedió una Enmienda con indígenas QUIRIQUIRES en los valles de Aragua, en la finca de San Mateo.

La noble casa de los “Bolívar” tuvo varios escudos desde que ellos se comenzaron a utilizar como distintivo familiar, desde la primera cruzada del año 1096 al 1099. Desde esa remota época, los “Bolívar” modificaron sus blasones en 15 escudos distintos con algunas modificaciones: en sus campos, piezas, esmaltes y colores, los cuales tienen un especial significado: Oro, como el primer de los metales: nobleza, fuerza, fe y pureza; Verde: Esperanza, abundancia, libertad, fe, amistad, servicio, respeto, constancia, intrepidez, honra; Rojo: valor, atrevimiento, intrepidez, fortaleza, honor, osadía; Plata: como el segundo de los metales: pureza, integridad, obediencia, firmeza, vigilancia, elocuencia… El árbol verde bien puede representar el viejo roble de la Villa de Guernica, bajo cuya sombra juraban los reyes los fueros de Vizcaya, y se reunía la Junta del Señorío, pare la defensa de privilegios y libertades. El Yelmo o casco es el ornamento principal de las armerías: esta formado por un caparazón de metal de acero pulido, con una amplia abertura en el lugar de los ojos, con la visera levantada y dejando ver tres rejillas, con un tocado de color rojo. Los Lambrequines, son trozos de tela cortado en forma de hojas y flores del mismo esmalte del escudo, que arrancando desde el yelmo como símbolo de la guerra, caen en caprichosas vueltas a ambos lados del escudo en color amarillo.

AÑO DE 1559: Reinaba en España Felipe II, hijo de Carlos V y de Isabel de Portugal. La consolidación de los territorios de ultramar se intensifica durante su reinado, donde la depravación, la inmoralidad y la prevención de la Corte en todos los órdenes, se traslada al Nuevo Mundo junto a la Sagrada Inquisición que llevaba a la hoguera a miles de inocentes nativos americanos… Miles de barcos traían de América inmensas riquezas: oro, perlas, plata, platino, piedras preciosas, finas maderas, cacao, maíz, tabaco, papa, tomate, vainilla, añil, chicle, caucho, y un sin fin de frutos tropicales… La fortuna que acompañaba a los aventureros del Nuevo Mundo, llegó al pequeño poblado de Bilbao, provincia de Vizcaya

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