La Vision De Los Vencidos

Resumen… La visión de los vencidos

Diez años antes de la llegada de los españoles a México, ocurrieron ocho presagios con importancias significativas que los sabios del lugar no pudieron explicar, el Primer presagio funesto: Una como espiga de fuego, una como llama de fuego, una como aurora: se mostraba como si estuviera goteando, como si estuviera punzando en el cielo. Días después ocurrió el segundo, que sucedió aquí en México: por su propia cuenta se abrasó en llamas, se prendió en fuego: nadie tal vez le puso fuego, sino por su espontánea acción ardió la casa de Huitzilopochtli; y así continuamente aparecieron los diversos presagios funestos que causaron gran asombro en el pueblo que reaccionaba con alborotos y comentarios.

Motecuhzoma preocupado por los presagios mando llamar a los sabios para interrogarlos quienes no supieron contestar; pero días después un pobre macehual (hombre del pueblo), venido de las costas del Golfo con las primeras noticias de la llegada de unas como "torres o cerros pequeños que venían flotando por encima del mar"; Motecuhzoma asombrado le dijo a Petlacálcatl, que se lo llevara a la cárcel. Además llamo a teuctlamacazqui (sacerdote) y a Cuitlalpítoca para que fueran a Cuetlaxtlan a preguntar que si era verdad lo que aquel hombre afirmaba.

Al llegar, ambos se percataron de la verdad de lo que aquel hombre tanto afirmaba y observaron desde la copa de un árbol, al que llamaban árbol blanco, muy copudo, convencidos regresaron y cuando llegaron a México, al palacio de Motecuhzoma le dijeron que era verdad el arribo de estas gentes raras y blancas, las cuales andaban pescando con cañas y otros con una red que echaban. Hasta ya tarde estuvieron pescando, y luego entraron en una canoa pequeña y llegaron hasta las dos torres muy grandes y subían dentro, se vestían de una forma también extraña, con algo en la cabeza, melenas largas y actitud un tanto diferente a lo cotidiano.

Motecuhzoma mando días después a mensajeros, pensando que el llegado podría ser el príncipe Quetzalcóatl, por la costa donde habían aparecido por primera vez. Estos fueron recibidos por los españoles,( Los mensajeros de Motecuhzoma y los españoles pudieron entablar estos diálogos desde un principio gracias a que Cortés traía consigo Jerónimo de Aguilar y a Malintzin, (Esta última que comprendía las palabras de los indios dichas en náhuatl las comunicaba a Aguilar en maya, quien finalmente las traducía al castellano para que los conquistadores pudieron entenderlas) a quienes entregaron los dones enviados por Motecuhzoma (el tesoro de Quetzalcóatl, el atavío de Tezcatlipoca, el atavío de Tlalocan Tecuhtli , y también el atavío de Quetzalcóatl) una vez llegaron a los grandes barcos revistieron a Cortés con los tesoros que había mandado Motecuhzoma, pero este tratando de intimidarlos los ató y disparó ante ellos un arcabuz, para luego exigir una batalla al día siguiente para constatar si en verdad los mexicanos eran tan fuertes como había escuchado.

Al llegar los mensajeros a Tenochtitlan, le hicieron saber a Motecuhzoma lo ocurrido acerca de la comida los estruendosos ruidos lanzados por unas cosas enormes, su vestimenta de hierro en su mayoría, los venados o perros en los que montaban y la batalla propuesta. Motecuhzoma reacciono de inmediato con un gran temor y angustia, apresurándose a enviar obsequios frutos y comida para que los forasteros no se acercaran a México-Tenochtitlan, pero sus intentos fueron en vano ya que los españoles se encaminaron hacia México posteriormente.

Motecuhzoma tuvo intenciones de huir de los dioses que le causaban tanto temor pero, no pudo no existía forma alguna de que huyera, No hizo más que esperarlos. No hizo más que resolverlo en su corazón, no hizo más que resignarse; dominó finalmente su corazón, se recomió en su interior, lo dejó en disposición de ver y de admirar lo que habría de suceder.

Un hombre de Cempoalla, llamado el Tlacochcálcatl, los guio por su camino y cuando a Tecoac llegaron, tierra de tlaxcaltecas, en donde estaban poblando los otomíes, quienes los recibieron en son de guerra, pero fueron derrotados y continuaron su camino, llegando a Tlaxcala, recibidos calurosamente por los tlaxcaltecas quienes los encaminaron a Cholula para que pelearan con la misma, enemiga de los tlaxcaltecas.

Así se dio la llamada matanza de Cholula, donde cerraron salida posible y se dieron a la tarea de acabar por completo y al finalizar, continuaron otra vez su camino hacia México-Tenochtitlan seguidos por sus aliados los tlaxcaltecas.

Todo lo sucedido en su travesía fue hecho saber a Motecuhzoma quien estaba cada vez más asustado por el porvenir que evidentemente era contraproducente para los mexicanos.

En su camino, Motecuhzoma les mando banderas de oro enviadas en manos de Tzihtlacpopoca, quien intento hacerse pasar por Motecuhzoma pero no logro engañar a los españoles sedientos de batalla con el mismo.

Dejando atrás los volcanes, vinieron a salir los españoles por el rumbo de Tlalmanalco, con el fin de encaminarse luego hacia México–Tenochtitlan,y poco después de haber bajado la sierra, salió al encuentro de Cortés, el príncipe Ixtlilxóchitl, hermano de Cacamatzin, señor de tetzcoco, acompañado de gente y en son de paz, gracias al príncipe Ixtlilxóchitl, la gente de Tetzcoco se unió con facilidad a los conquistadores desde ese momento, fue precisamente entonces cuando Cortés visitó la ciudad de Tetzcoco, donde implanto la religión católica misma que fue aceptada por el príncipe y así fueron los cristianos apadrinando a todos los demás señores y poniéndoles sus nombres.

Contando con el auxilio de toda la gente, que traían de la región de Tlaxcala, los españoles se encaminaron derecho hacia México.

Acercándose a México por el sur, por el rumbo de Iztapalapa, llegaron hasta Xoloco, el de 8 noviembre de l5l9. Motecuhzoma se prepara para recibir a Cortés, junto con los demás grandes príncipes, en Huitzillan les sale al encuentro Motecuhzoma. Luego hace dones al capitán, al que rige la gente, y a los que vienen a guerrear, para posteriormente dirigirse a Cortés, alabándolo cómo a un dios que regresa al trono, claro que traducido por la malintzin intermediaria en dicha conversación.

Mas las alabanzas no valieron la pena ya que Motecuhzoma fue aprisionado y Cortés se dirigió a México-Tenochtitlan, donde el mismo lanzo cañonazos para asustar al pueblo, así cumpliendo su cometido, al día siguiente ardió su sed por el oro el cual tomo de los tesoros de Motecuhzoma quien había perdido poderío alguno y yacía en encierro para luego ser sometido a interrogatorios sobre los recursos

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