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Las Escuelas Normales Rurales


Enviado por   •  3 de Octubre de 2012  •  1.374 Palabras (6 Páginas)  •  1.432 Visitas

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SECRETARÍA DE EDUCACIÓN

CENTRO PEDAGÓGICO DE DURANGO A.C.

MAESTRÍA EN PEDAGOGÍA

SEGUNDO SEMESTRE

MÓDULO EDUCACIÓN Y SOCIEDAD II

ENSAYO

“LAS ESCUELAS NORMALES RURALES”

ASESOR

PROFR. JORGE FLORES GUTIERREZ

MAESTRANTE

MARÍA DE LA LUZ ÁVALOS GARCÍA

GUADALUPE VICTORIA, DGO., 25 DE JUNIO DE 2012.

“LAS ESCUELAS NORMALES RURALES”

POR: MARÍA DE LA LUZ ÁVALOS GARCÍA

“¡El polvo de los caminos,

Tan lleno de mil pesares,

Nunca sofocan los sueños,

De los maestros rurales!.

¨¡Caminos y más caminos,

De bellos atardeceres

Conducen ya los destinos

De los maestros rurales!.

¡Las sonrisas de los niños,

Y sus hermosos cantares,

Alegran los tristes años

De los maestros rurales!”

Hablar de las Escuelas Normales Rurales es hablar de nuestro México posrevolucionario, el cual estaba lleno de esperanzas y anhelos principalmente de la clase campesina. En este trabajo abordaremos los inicios de las normales rurales, instituciones que antaño fueron el pilar de la política educativa revolucionaria y que hoy en día ocupan un lugar marginal dentro del sistema educativo mexicano; como se crearon, como han ido evolucionando y en que condiciones se encuentran hoy en día.

Las normales rurales tienen su inicio en la fusión que se hace de las escuelas normales regionales y de las escuelas centrales agrícolas. Las normales regionales tenían como propósito formar maestros para que en un breve tiempo estuvieran capacitados para enseñar a leer y escribir además de iniciar a los estudiantes en las nuevas tecnologías agrícolas. Por otro lado las centrales agrícolas tuvieron su inicio durante el gobierno de Plutarco Elías Calles, nacen como un proyecto que con moderna maquinaria y una organización cooperativista, debía de mejorar la producción del agro mexicano.

Este ambicioso proyecto tenía como finalidad trasformar la vida de los campesinos a través de la expansión masiva de escuelas rurales, en ese tiempo las instituciones educativas además de ser insuficientes eran inadecuadas para preparar profesores capaces de llevar a cabo la trasformación del mundo rural.

Las regionales tenían un plan de estudios de cuatro años y estaban destinadas tanto a formar a maestros rurales como a técnicos agrícolas. Los estudiantes debían de se de origen campesino y la estructura cooperativa haría posible una autosuficiencia que, se esperaba, complementaria las necesidades de las comunidades aledañas .

En 1926, las Regionales Campesinas pasaron a ser Normales Rurales, y para 1931 ya existían 16.

En 1922 se creó en Tacámbaro, estado de Michoacán, la primera escuela de este tipo, la cual dependía de la recién creada Secretaría de Educación Publica (SEP).

Su objetivo era preparar maestros para las comunidades rurales y centros indígenas, propiciar el mejoramiento profesional de los maestros en servicio e “incorporar al progreso general del país los núcleos de población rural de las zonas donde se establecieron las escuelas” (Castillo, 1965:254).

Las primeras normales funcionaron en edificios ya existentes, con muy pocos recursos y grandes dificultades, las primeras escuelas funcionaron de manera independiente, aunque en 1923 la SEP les marcó un programa exclusivo para ellas y distinto a el utilizado en las otras normales, al ser experimentales lograron sobrevivir gracias al empeño puesto por los maestros y estudiantes los cuales no contaban con el apoyo de la SEP.

Las normales rurales abrieron oportunidades tanto económicas como políticas y culturales que hasta entonces estaban vetadas para los campesinos y sus descendientes. Se convirtieron en pilares fundamentales de la trasformación del México rural, estas Instituciones se convirtieron en focos de influencia para la SEP el las regiones donde fueron establecidas pues representaban un vinculo entre el gobierno federal para gestionar el reparto agrario o para obtener créditos.

Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940), el énfasis en la enseñanza técnica, y práctica el discurso de corte socialista tuvo un gran eco en estas instituciones cuyo eje giraba en torno a los internos y en el autogobierno por ellos empleado. Es conocido que no contaron con el debido respaldo por parte de la SEP, pero a pesar de eso llegaron a ser 35. ”

La organización que tenían (federación de estudiantes y campesinos socialistas de México), sus vínculos con el reparto agrario y las disputas con el sindicato magisterial, hizo que fueran puestas en la mira de la política anticomunista desplegada al interior de la SEP y en 1941 fueron clausuradas varias para crear por separado Escuelas Practicas Agrícolas y escuelas Normales Rurales, la década de los cuarenta fue conflictiva para estas instituciones lo que provoco que disminuyera la matricula estudiantil y aumentara la deserción a lo que se sumaron los conflictos con las autoridades federales y locales. Durante el régimen de Ávila Camacho se unieron a los estudiantes del Politécnico Nacional y a la Escuela Nacional de Maestros para realizar una huelga nacional, con el objetivo de protestar por la disminución de los presupuestos, en algunos Estados los estudiantes fueron reprimidos y tuvo que intervenir el Presidente Ávila Camacho, fueron encarcelados varios alumnos y expulsados otros tantos. Pero durante el primer congreso normalista se les proporcionaron más recursos y las Normales Rurales conservaron su buena organización aunque esto cambio al llegar Torres Bodet a la Secretaria de Educación Publica y a partir de entonces dejaron de tener un lugar importante en el discurso educativo, para 1946 solo quedaban 18 escuelas Normales Rurales independientes 9 para hombres y 9 para señoritas, aunado a esto se les exigió tener secundaria terminada pues en las otras normales ya se les exigía el bachillerato.

En el 68 como represaría al apoyo de las normales al movimiento estudiantil se cerraron 14 normales rurales, las cuales fueron convertidas en secundarias técnicas. A ello siguió en los años setenta una etapa de persecución política y represión de los líderes políticos de las normales rurales por sus vínculos con los movimientos políticos radicales y las guerrillas. Como excepción y debido a presiones políticas regionales, se crearon las dos últimas Normales Rurales, una en Morelos y otra en Tamaulipas (Arnaut, 1993; Amann, 1996: 30-33 y Barbosa, 1972).

Mientras en las escuelas urbanas se intentaba dar equivalencia a los estudios pedagógicos con el bachillerato (1975), en las normales rurales la meta era la secundaria; cuando el reto fue su equivalencia con los estudios de licenciatura (1984), la existencia misma de las normales rurales se puso en entredicho al estar establecidas en zonas que no contaban con bachillerato de ningún tipo y algunas ya habían sido absorbidas por el desarrollo urbano (Latapí, 1991: 323-324).

Las últimas 3 décadas la trayectoria de las normales rurales solo se puede seguir por medio de notas periodísticas, pues los normalistas rurales han realizado paros, huelgas bloqueos y todo tipo de manifestaciones en su lucha por sobrevivir y tratando de impedir el cierre de más escuelas.

Como hemos podido observar la trayectoria de las normales rurales a estado ligada en gran medida a los cambios políticos por los que ha atravesado el País, aunque no ha dependido exclusivamente de estos, han cambiado en la medida que se les han planteado nuevos retos tanto en materia educativa como cultural, la diversificación del sistema educativo y la jerarquización de este las ha llevado mejorar su calidad como formadoras de docentes; los conflictos que han vivido y la influencia que los gobiernos tanto estatales como municipales han tenido en estos espacios ha ido creciendo, los movimientos en los que durante los últimos años se han visto envueltos los ha llevado a perder credibilidad y por lo mismo ha tratar de subsistir a todo costa, no todos los egresados de estas escuelas son unos renegados sociales ni guerrilleros en potencia como lo expreso en alguna ocasión la líder de nuestro sindicato y si vale la pena mencionar que la mayoría de sus egresados tal vez no hubieran podido tener acceso a una educación de calidad y en consecuencia no hubieran podido mejora su calidad de vida, por todo eso creo que las normales rurales tendrán siempre una razón de ser y existir mientras allá sectores marginados en nuestra sociedad.

FUENTES CONSULTADAS

ARREOLA Valenzuela José Luís. El ensayo o como empezar a escribir. 3ra. Edición. México. Centro Pedagógico de Durango A.C. y SNTE 12 ,2009 pp.113.

CIVERA Cereda, Alicia. La legitimación de las escuelas normales rurales. Colección Documentos de Investigación núm. 86, Colegio Mexiquense, 2009. Pág. 6.

CORRAL Sandoval, Román. Desde las entrañas del alma (Antología poética magisterial). Chihuahua. 2009. Pág. 19.

SALINAS e IMANZ. (27 de marzo del 2000) Las Normales Rurales. La Jornada, año 12 núm. 6 pág. 23-28.

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