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Lenin Imperialismo Fase Superior Del Capitalismo


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2014  •  9.006 Palabras (37 Páginas)  •  519 Visitas

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Vladimir Lenin: El Imperialismo fase superior del capitalismo.

El imperialismo, última fase del capitalismo se sitúa así en un contexto filosófico en el que la vida del hombre de la humanidad como género queda reducida al nivel, meramente material, de las relaciones de producción. Cualquier otra realidad en la vida del hombre y en el mundo, consiste en último término, se reduce al proceso histórico de la materia. Este proceso, mediante las sucesivas transformaciones que le impone el trabajo humano, avanza al son de la dialéctica y crea indefinidamente una sociedad, que es también indefinidamente negada superada en el momento posterior inmediato.

De esta marcha ininterrumpida del proceso, Lenin pretende examinar el momento presente. El imperialismo se caracterizaría, en el plano económico, por el hecho fundamental de que la libre concurrencia que dominaba en el capitalismo anterior cede su puesto de privilegio a lo que es precisamente su contrario: el monopolio. A este nuevo tipo de producción económica, y a la estructura social que de ella necesariamente se deriva, se superpondrían también necesariamente una ideología y una política determinadas, cuyo elemento esencial se puede definir como tendencia a la violencia y a la reacción. A nivel internacional, esta política se reduce a la lucha entre las grandes potencias por el reparto económico y político del mundo, que suscita diversas formas de dependencia entre los gobiernos, a un nivel más reducido, las relaciones de todo tipo y el reforzamiento de la opresión nacional. Son los caracteres políticos del imperialismo

Como consecuencia del capitalismo monopolístico se agravaría la alienación humana fundamental la naturaleza económica, condición y motor, y en cierto modo resumen, de cualquier otra alienación, ya que un número cada vez más reducido de personas y países se apropia de la producción de la totalidad del género humano. A esta violencia de carácter primordial vendrían a sumarse todas las que producen la política y la ideología imperialistas. Y todo ello permitiría y obligaría a calificar al imperialismo de capitalismo disolvente, que arrastrará necesariamente en su destrucción ayudada por la clase proletaria a todo el régimen capitalista.

SITUACIÓN EN LA QUE SE ESCRIBE LA OBRA:

El Imperialismo, fase superior del capitalismo - publicado en 1916 - de V.I. Lenin además de ser la obra magistral sobre el tema del imperialismo, es un resumen crítico de todo lo que de ese asunto se había publicado anteriormente. En esta obra científica Lenin utiliza, todas las aportaciones teóricas, y sus conclusiones que sobre el imperialismo, como nueva etapa del capitalismo, eran conocidas en su época.

Lenin desarrolla la teoría marxista del capitalismo fundándose en las leyes económicas generales del capitalismo descubiertas por Marx y en concreto basándose en las conclusiones derivadas de los estudios del genial alemán sobre los procesos de concentración y centralización del capital. Partiendo de ese cuerpo teórico, Lenin señala las transformaciones objetivas que experimenta el capitalismo, y explica las características que este impone al desarrollo de la economía mundial. Demuestra así que el imperialismo no es un modo de producción diferente del capitalismo, sino que constituye su fase superior, lo que confirma el carácter históricamente limitado y, por lo tanto, transitorio, del capitalismo.

El contexto histórico de la obra de Lenin está profundamente marcado por la guerra imperialista que estalló en 1914 (Primera Guerra Mundial). Una guerra por el reparto del mundo, por el reparto de las colonias, de las “esferas de influencia” del capital financiero, etc.” V.I. Lenin, “El imperialismo, fase superior del capitalismo”.

Lenin postula que los ferrocarriles constituyen el balance de las principales ramas de la industria capitalista, de la industria del carbón y del hierro; el balance y el índice más notable del desarrollo del comercio mundial y de la civilización democrático burguesa. En los capítulos precedentes de este libro, exponemos la conexión entre los ferrocarriles y la gran producción, los monopolios, los sindicatos patronales, los carteles, los trust, los bancos y la oligarquía financiera. La distribución de la red ferroviaria, la desigualdad de esa distribución y de su desarrollo, constituyen el balance del capitalismo moderno, monopolista, en la escala mundial. Y este balance demuestra la absoluta inevitabilidad de las guerras imperialistas sobre esta base económica, en tanto que subsista la propiedad privada de los medios de producción.

La construcción de ferrocarriles es en apariencia una empresa simple, natural, democrática, cultural, civilizadora: se presenta como tal ante los ojos de los profesores burgueses, pagados para embellecer la esclavitud capitalista, y ante los ojos de los filisteos pequeñoburgueses. En realidad, los múltiples lazos capitalistas, por medio de los cuales esas empresas se hallan ligadas a la propiedad privada sobre los medios de producción en general, han transformado esa construcción en un medio para oprimir a mil millones de seres (en las colonias y en las semicolonias), es decir, a más de la mitad de la población de la tierra en los países dependientes y a los esclavos asalariados del capital en los países "civilizados". La propiedad privada fundada en el trabajo del pequeño patrono, la libre concurrencia, la democracia, todas esas consignas por medio de las cuales los capitalistas y su prensa engañan a los obreros y a los campesinos, pertenecen a un pasado lejano. El capitalismo se ha transformado en un sistema universal de opresión colonial y de estrangulación financiera de la inmensa mayoría de la población del planeta por un puñado de países "avanzados". Este "botín" se reparte entre dos o tres potencias rapaces de poderío mundial, armadas hasta los dientes (Estados Unidos, Inglaterra, Japón),

En esta obra hemos probado que la guerra de 1914-1918 como ya mencionamos antes ha sido, de ambos lados beligerantes, una guerra imperialista (esto es, una guerra de conquista, de bandidaje y de robo), una guerra por el reparto del mundo, por la partición y el nuevo reparto de las colonias, de las "esferas de influencia" del capital financiero, etc.

Lenin explica su teoría de que el capitalismo tiende a formar monopolios que llevan inevitablemente a un sistema político imperialista. Lenin expresa en esta obra los rasgos fundamentales del imperialismo.

El carácter de la acumulación en la actualidad. Lenin postula que la acumulación actualmente ha dado un salto cualitativo, que ya no se puede hablar simplemente de una época industrial, sino que es imperioso caracterizar el

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