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Los Delitos Y Las Penas, Cesar Beccaria


Enviado por   •  8 de Febrero de 2012  •  4.941 Palabras (20 Páginas)  •  3.747 Visitas

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INTRODUCCIÓN

La obra de Beccaria es una denuncia de la situación de atraso y barbarie en que se encontraban en los países europea alrededor del siglo XVIII, de los métodos empleados para juzgar y castigar los delitos. Puede decirse que se trata de la primera reflexión sobre los problemas básicos de la justicia penal desarrollada a partir de los principios de la Ilustración, lo que permite considerarla obra fundacional del moderno derecho penal.

Las ideas y reflexiones críticas de Beccaria estaban estrechamente relacionadas con el contexto jurídico-penal y procesal de su tiempo y las injusticias, vicios y defectos gravísimos que dicho sistema acarreaba. Pues era inquisitivo, caracterizado por la acusación secreta, procedimiento escrito, no contradictorio y el reo tenía escasos recursos defensivos, considerado inferior frente a un sistema de pruebas legales y presunciones elásticas que permitían probar casi cualquier acusación contra él, usando muchas veces la tortura. Clasificando al acusado como culpable y pecador (se entremezclaba la justicia divina y la justicia humana).

Además, los jueces disponían de un amplísimo margen de discrecionalidad al aplicar la ley penal, ya que la mayoría de los textos legales no determinaban una pena concreta aplicable al delito y los tipos penales no estaban definidos en forma precisa. Existían muchos delitos castigados con pena de muerte, que tornaba imposible la proporcionalidad entre delitos y penas.

“En las cosas difíciles no hay que esperar sembrar

Y coger todo a la vez; es menester trabajar para hace

Madurar, a fin de poder recoger un día los frutos

Que se han de sacar”. Bacón.

ENSAYO

RACIONALIDAD DE LAS LEYES: Las normas legales debían derivar de supuestos racionales. La legislación penal del tiempo de Beccaria se caracterizaba por un exceso de leyes compuestas por restos de ordenamientos de los antiguos romanos, mezclados con ritos lombardos interpretadas y aplicadas por jueces.

LEGALIDAD DEL DERECHO PENAL: Beccaria pugnaba por la eliminación del arbitrio judicial. Aclarando que ningún juez puede imponer penas contra otro miembro de la misma sociedad, si no está prevista en la ley, como tampoco puede aumentarla más allá del límite determinado por la misma. El principio de legalidad está consagrado en la Constitución. La ley penal es siempre una ley formal en el sentido de que debe ser dictada por el Congreso conforme al mecanismo constitucionalmente previsto. que las leyes sean claras, sencillas y fácilmente inteligibles por todo ciudadano, que no contengan margen alguno de incertidumbre.

LA JUSTICIA PENAL DEBE SER PÚBLICA Y EL PROCESO ACUSATORIO, PÚBLICO Y MERAMENTE INFORMATIVO, LAS PRUEBAS SERÁN CLARAS Y RACIONALES. LA TORTURA JUDICIAL DEBE SER ELIMINADA, JUNTO CON TODO EL PROCESO INQUISITIVO: los procedimientos criminales del siglo XVIII se caracterizaban por un “proceso ofensivo” en el que el juez se convertía en enemigo del reo y no buscaba la verdad del hecho sino que buscaba en el prisionero el delito, sometiéndolo a los tormentos para conseguirlo. Los indicios para la captura estaban bajo el poder del juez, por lo que para probar la inocencia debía ser primeramente declarado reo. Beccaria propone que el magistrado realiza una investigación indiferente del hecho, guiado por la razón. El Código Procesal Penal consagra el principio de inocencia, según el cual nadie será considerado culpable mientras una sentencia firme no lo declare como tal.

IGUALDAD DE NOBLES, BURGUESES Y PLEBEYOS ANTE LA LEY PENAL; LAS PENAS DEBEN SER LAS MISMAS PARA TODOS: Beccaria afirma que las penas que deben establecerse contra los delitos de los nobles deben ser las mismas para el primero que para el último ciudadano sin distinción alguna, debe tenerse en cuenta que la sensibilidad del reo no es la medida de la pena, sino el daño público. Esta expresión de Beccaria, tiene en nuestro ordenamiento jurídico reconocimiento constitucional al consagrarse la igualdad ante la ley.

EL CRITERIO PARA MEDIR LA GRAVEDAD DE LOS DELITOS DEBE SER EL DAÑO SOCIAL PRODUCIDO POR CADA UNO DE ELLOS, NO PUEDEN SEGUIR SIENDO CONSIDERADOS VÁLIDOS LOS CRITERIOS DE MALICIA MORAL (PECADO) DEL ACTO, NI EL DE LA CALIDAD O RANGO SOCIAL DE PERSONA OFENDIDA: Beccaria sostiene que la media de los delitos no es la intención de quien los comete, pues esta depende del objeto y disposición mental, mismas que son distinta en cada hombre. (como lo son las ideas, las pasiones, las circunstancias). Por lo que se necesitaría no sólo un código para cada ciudadano sino una nueva ley para cada delito. Tampoco admite la posibilidad de medir los delitos más por la dignidad de la persona ofendida que por su importancia respecto al bien público (También niega que la gravedad del pecado intervenga en la medida de los delitos, basándose para sostener tal negativa en el análisis que hace de las relaciones entre los hombres y entre los hombres y Dios.

NO POR SER MÁS CRUELES LAS PENAS SON MÁS EFICACES; HAY QUE MODERARLAS. IMPORTA MÁS Y ES MÁS ÚTIL UNA PENA MODERADA Y DE SEGURA APLICACIÓN QUE OTRA CRUEL PERO INCIERTA. HAY QUE IMPONER LA PENA MÁS SUAVE ENTRE LAS EFICACES, SOLO ÉSTA ES UNA PENA JUSTA ADEMÁS DE ÚTIL. HAY PUES QUE COMBINAR LA UTILIZACIÓN Y LA JUSTICIA: para Beccaria el fin de las penas es impedir que el reo vuelva a hacer daño a sus conciudadanos y evitar que los demás cometan delitos, para ello se debe escoger aquellas penas y aquel método de infringirlas que, guardada la proporción, produzca la impresión más eficaz y más duradera sobre los ánimos de los hombres, y la menos atormentadora sobre el cuerpo del reo, la “pena justa” para Beccaria es aquella que es eficaz, útil para evitar futuros delitos.

LA PENA NO DEBE PERSEGUIR TANTO EL CASTIGO DEL DELINCUENTE COMO LA REPRESIÓN DE OTROS POSIBLES FUTUROS DELINCUENTES, A LOS QUE ELLA DEBE DISUADIR DE SU POTENCIAL INCLINACIÓN A DELINQUIR: este precepto guarda una estrecha correlación con el anterior, en el sentido de que para Beccaria la pena debe cumplir una función preventiva y ejemplificándola. Para que una pena sea justa, no debe tener más grado de intensidad que los suficientes para apartar de los delitos a los hombres.

HAY QUE LOGRAR UNA RIGUROSA PROPORCIONALIDAD ENTRE DELITOS Y PENAS: Beccaria entiende que la falta de proporción

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