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MOVIMIENTOS URBANOS EN VENEZUELA


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2012  •  5.482 Palabras (22 Páginas)  •  650 Visitas

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15 abril 2007

Ton Salman: Organizaciones sociales, cambios y cultura popular

Publicado por el Instituto de Cultura Popular (INCUPO), "Promoción y desarrollo rural 1999-2000", Reconquista, Santa Fé.

En los últimos años se ha diferenciado y ‘refinado’, cada vez más, el análisis sobre las organizaciones y movimientos sociales urbanos. Ya no es solamente cuestión de elegir entre un enfoque más estructuralista o una lectura más interaccionista, es decir, entre un análisis que enfatiza las estructuras sociales y políticas, el examen de las condiciones incambiables que marcan el nacimiento y desarrollo de las organizaciones y movimientos sociales, o un análisis que enfatiza, por un lado, las estrategias y el intercambio entre los distintos actores, como el Estado, las ONGs, la Iglesia y los partidos políticos y, por otro lado, la dinámica de las organizaciones o movimientos en estudio. Ambos enfoques padecen de problemas, aunque es justo reconocer que ambos ayudan a analizar y entender la formación, las circunstancias, los límites y las vici­situdes de las organizaciones y movimientos sociales urbanos.

Hemos aprendido, sin embargo, que no existen relaciones directas y mecánicas entre las condiciones externas y las organizaciones y movimientos sociales, así como tampoco entre las intervenciones de parte de terceros y las organizaciones y movimientos sociales. A pesar de algunos avances, aún no hemos resuelto algunos problemas que tienen que ver con las mediaciones de índole cultural, de psicología social, de historia, de recuerdos que tiene la gente sobre su propia vida o sobre episodios históricos que han vivido. Yo tampoco pretendo resolver estos problemas pero sí quiero reflexionar sobre algunos aspectos y problemas relacionados con nuestro esfuerzo de incorporar la dimensión cultural en el análisis de las organizaciones y movimientos sociales urbanos. También deseo vincular esta reflexión con nuestras intervenciones educativas, a fin de estimular o mejorar las dinámicas, los resultados y la estabilidad de ‑en este caso‑ la organización poblacional. En síntesis, aquí quiero reflexionar sobre cómo la cultura influye en las decisiones de la gente en cuanto a su participación en organizaciones poblacionales o locales, y en relación a su respuesta a las intervenciones pedagógicas o emancipatorias que buscan entregar a los pobladores nuevos conocimientos o nuevos mensajes políticos y culturales.

Pero antes de entrar en los temas de fondo, haré unos comentarios previos sobre “cultura". Esta dimensión no debería ser, ni puede ser, y espero que en esta charla tampoco sea entendida como una 'capa objetiva' o un 'objeto' dentro del mundo social que estudian las ciencias sociales.

Cualquier reflexión sobre lo cultural presupone estar sumergidos en la cultura, o sea, ella es el marco de la reflexión en el momento mismo de la reflexión. Así por ejemplo, hablar sobre 'cultura popular' presupone la existencia de una cultura societal en la cual tiene sentido distinguir entre culturas 'oficiales', 'burguesas', 'de elite' y cultura popular. Además, estos conceptos pre‑establecidos sobre las culturas y sus distinciones no son neutras y son específicamente culturales. Muchas veces estas nociones conllevan juicios y prejuicios, van acompañados de auto‑entendimientos y auto‑definiciones dentro de este marco, y muchas veces también constituyen una jerarquía.

No hay forma de escapar de la cultura, ni siquiera en un ejercicio de reflexión sobre ella. La cultura no solamente precede a cualquier reflexión sobre ella sino que también se reafirma, o al revés, desafía relaciones y jerarquías culturales en el mismo acto de reflexión, o en el mismo momento del 'encuentro inter‑cultural’.

Cultura, entonces, no es un sistema cerrado ni un universo homogéneo, sino que es la permanente dinámica de confirmar o cuestionar las características de las culturas, o las relaciones y desigualdades sociales que son parte de ella, aún cuando estas mismas afirmaciones y cuestionamientos también se presentan culturalmente impregnados.

Pero no debemos tomar la cultura como una cárcel o prisión, porque también es exactamente lo que nos permite entender y reflexionar sobre ella. O sea, sin cultura no hay idea sobre, crítica a, contemplación sobre o acción dentro de la cultura. Aunque es obvio que nunca se puede escapar de la cultura no se trata de entrar en un círculo vicioso. Nos podemos cerciorar de ella, incluso de la imposibilidad de cercioramos completamente de la cultura, porque ella influye hasta en el mismo momento de cercioramos. Esta reflexión sobre la cultura, entonces, puede ser un buen ejercicio para confrontamos con lo que no podemos manejar ni escapar. Por aquí va el hilo conductor de mi charla.

A mi juicio, en la relación entre acción colectiva y cultura, y como se ha analizado el tema en Chile, es importante hacer referencia al análisis que se ha realizado desde el "paradigma orientado hacia la identidad" (Identity Oriented Paradigm). Me explico: a mi modo de ver, en Chile, después de la gran desilusión sobre la ausencia en el proceso de la transición de las organizaciones sociales que surgieron durante la dictadura, emergieron varias vertientes de análisis para explicar ‑o excusar este fenómeno. Yo en otra oportunidad he distinguido tres corrientes, la primera son los “Institucionalistas" o "transitólogos", cuyo principal argumento explicativo fue que se erró en la estimación tanto del potencial del proyecto político como de la fuerza propia, desde abajo, que presentaba la gran mayoría de los pobladores. Con este argumento, los representantes de esta vertiente defendieron la transición negociada e institucionalista de la cual ellos mismos fueron los protagonistas.

Por otra parte, distinguí a los "enajenados" o Indignados", sector para los cuales la marginalización de las organizaciones poblacionales, en el proceso de la transición, se debió al engaño y la manipulación de las viejas cúpulas institucionales que tenían como objetivo dejar fuera a las nuevas formas de organización, a las nuevas ideas políticas.

En tercer lugar, distinguí a los "culturalistas", y sobre ellos más que nada quiero hablar. La gran inspiración de este grupo fue el Identity Oriented Paradigm, una vertiente dentro de la teoría sobre los Nuevos Movimientos Sociales. Según esta corriente, cuyo representante más conocido puede ser Tilman Evers (1985), la razón de ser de los así llamados nuevos movimientos sociales

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