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Moviemientos Separatistas De Panama


Enviado por   •  2 de Abril de 2014  •  3.334 Palabras (14 Páginas)  •  21.732 Visitas

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UNIVERSIDAD LATINA DE PANAMA

HISTORIA DE PANAMA

PERIODO DE UNION A COLOMBIA

MOVIMIENTOS SEPARATISTAS

GRUPO NO. 5

GISELLE JONES 8-796-1307

CHARLENE GUARDIA 8-879-2211

SEITEL RAMOS 8-418-123

ENRIQUE LUNA B919854

MIERCOLES 12 DE MARZO DE 2014

PROFESORA: DARYS ACOSTA

INDICE

INTRODUCCION………………………………………………………………….3

MOVIMIENTOS SEPARATISTAS……………………………………………...4

PROPUESTA ANSIATICA DE 1826…………………………………………….8

MOVIMIENTO SEPARATISTA DE 1830……………………………………….9

MOVIMIENTO SEPARATISTA DE 1831……………………………………….11

MOVIMIENTO SEPARATISTA DE 1840-1841………………………………..14

VOCABULARIO……………………………………………………………………16

PERSONAJES………………………………………………………………………18

CONCLUSION……………………………………………………………………..19

INFOGRAFIA……………………………………………………………………….20

ANEXOS…………………………………………………………………………….21 

INTRODUCCION

El 28 de noviembre de 1821 nuestro país se independiza de España; y de inmediato tomó la decisión de incorporarse a la Gran Colombia, que la conformaban varios de los países liberados por Simón Bolívar.

Ese grupo se disolvió posteriormente y nuestro país se constituyó como un Departamento de Nueva Granada, unión que se mantuvo por 82 años hasta el 3 de noviembre de 1903.

En este trabajo, explicaremos o resumiremos cuatro Movimientos Separatistas durante nuestro período de Unión a Colombia, los cuales iniciaron nuestro proceso a convertirnos en República: Propuesta Hanseática de 1826, y los Movimientos Separatistas de 1830, 1831 y 1840.

MOVIMIENTOS SEPARATISTAS

Antecedentes y causas de la separación. Varias fueron las causas que abonaron la separación de Panamá de Colombia el 3 de noviembre de 1903. Por una parte, el abandono en que Colombia mantuvo al Istmo durante todo el siglo XIX provocó frustración entre nuestros compatriotas. En realidad, el gobierno colombiano sólo percibía al Istmo como el emplazamiento del futuro Canal que algún día habría de construirse. En tal sentido, nuestro territorio era la mayor riqueza potencial que poseía la República, pero permaneció materialmente descuidado desde 1821, sin que se fomentara la educación ni la salud, se construyeran caminos y vías de penetración y se realizaran obras públicas, como el acueducto o alcantarillado y la pavimentación de las calles de las principales ciudades. Sin duda, el sistema centralista implantado por el Regenerador Rafael Núñez, desde 1886, agravó aún más la situación. Los istmeños, mayormente de convicciones liberales y federalistas, vieron de la noche a la mañana transformado su Estado Federal (1855-1885) en un Departamento más de la República de Colombia, cercenados sus derechos políticos, y con un Gobernador elegido en Bogotá al frente de sus destinos. Ello, sin contar las permanentes guerras civiles que asolaron el territorio istmeño, así como el restablecimiento de las aduanas y el incremento de la carga impositiva, en momentos en que se especulaba fuertemente con la ruina de los franceses.

El fracaso de la Compañía Universal del Canal Interoceánico de Ferdinand Lesseps, así como la Compañía Nueva del Canal que se formó, en 1894, después de la liquidación de la primera empresa, acarreó una grave crisis económica en nuestro territorio. Las esperanzas del grupo dominante de construir una vía interoceánica por el Istmo y de transformar a Panamá en un emporio del comercio mundial parecieron hundirse junto con el frustrado proyecto francés. A la ya grave crisis económica vino a sumarse, en 1899, el estallido de la Guerra de los Mil Días. Durante tres años los ejércitos liberales y conservadores agotaron la ya deprimida riqueza del Istmo. No sólo porque los brazos necesarios para trabajar la tierra fueron reclutados para integrar el ejército, sino también, porque el Istmo se transformó en campo de batalla. Los cultivos fueron destruidos, al tiempo que el ganado sirvió para alimento de las desatendidas tropas. La guerra tocó a su fin, en 1902, con la firma del Tratado del Wisconsin, teniendo como trasfondo el problema canalero porque para entonces, los Estados Unidos no podían postergar ya más la construcción de un Canal.

Otros factores también coadyuvaron para que Panamá adoptara la decisión de renunciar a la tutela colombiana, en 1903. Para ese tiempo Bogotá y Panamá mantenían diferencias estructurales imposibles de disimular. La capital de la República era una ciudad enclavada en un valle en Los Andes que la geografía limitaba por los cuatro costados. Como tal, estaba cerrada a la influencia foránea y, hasta cierto punto, seguía apegada a los patrones coloniales. Panamá, por el contrario, era un Istmo tendido sobre el mar, abierto a la influencia extranjera y volcada al comercio marítimo. A estas diferencias que creaban un amplio mundo de incomprensión, se sumaba el hecho de las difíciles y erráticas comunicaciones que mantenían los dos puntos. El Istmo de Panamá no poseía comunicaciones terrestres con la República. La selva del Darién era una barrera infranqueable.

Ya en la década del 50 del siglo XIX, Justo Arosemena había advertido con mucho tino que: "la geografía nos dice que allí comienza otro país". De manera, que estas dos ciudades vivían de espaldas. Muchas de las leyes votadas por el Congreso bogotano eran resistidas en Panamá porque perjudicaban los intereses de la burguesía comercial. Por su parte, el gobierno central percibía como levantiscos y separatistas a los panameños. No había confianza y quizás tampoco existía gran afecto entre ambos. Pero lo que sí es seguro es que en Bogotá no se comprendían o atendían las reclamaciones y solicitudes de Panamá.

La firma del Tratado Herrán-Hay, a comienzos de 1903, fue la oportunidad que los panameños habían estado esperando desde mucho tiempo atrás. Por fin, Colombia y los Estados Unidos suscribían un Tratado para la construcción de un Canal por Panamá. Para el grupo dominante panameño dedicado al comercio marítimo y a los servicios, que se vio sumamente deprimido después del fracaso francés, era la panacea a todos sus problemas. Panamá recuperaría su función transitista y ellos se enriquecerían a manos llenas. Pero muy pronto se hizo evidente que en Bogotá, el Congreso no tenía nada que festejar. Por el contrario, los ataques al Tratado no se hicieron esperar, sobre todo porque se ambicionaban mayores compensaciones económicas que los diez millones que ofrecía Estados Unidos y porque, además, se lesionaba la soberanía colombiana en el Istmo de Panamá cuando el pacto hablaba de un arrendamiento por cien años renovables indefinidamente y se establecían tres tipos de tribunales de justicia en la futura Zona del Canal.

Las súplicas por parte de nuestros compatriotas, que temían que los Estados Unidos construyera un Canal por Nicaragua, así como las amenazas de Washington, no impidieron que el el 12 de agosto de 1903 el Congreso colombiano rechazara el Tratado Herrán-Hay. El rechazo por esperado no resultó menos decepcionante, pero fue, sin duda, el detonante de la separación. A partir de entonces, se puso en funcionamiento una trilogía de intereses encontrados panameño-franco-estadounidenses que llevaría, tres meses después, a la creación de la República de Panamá.

Diferentes razones movían a cada uno de los integrantes de esta trilogía. Por una parte, los Estados Unidos, como ya dijimos, no podían aplazar por más tiempo la construcción de un canal por Centroamérica, sobre todo por razones comerciales y estratégico-militares. Por la otra, los franceses , detrás de los cuales se movían Philippe Bunau Varilla , accionista de la Compañía Nueva, y William Nelson Cromwell abogado de esta empresa, querían recuperar lo invertido en el Istmo , así como salvar el honor de Francia y de Ferdinand de Lesseps. Por último, nuestros compatriotas, como ya señalamos, veían en la construcción de la vía, su última posibilidad de recuperar la función transitista del Istmo y, por tanto, de superar la angustiosa situación económica. En palabras de la oligarquía la alternativa era: "Canal o Emigración". Convencida como estaba la burguesía comercial de que los Estados Unidos construirían el Canal en Nicaragua, si Colombia rechazaba el Tratado, fueron los primeros en mover los hilos para separarse definitivamente de Bogotá.

PROPUESTA ANSEÁTICA DE 1826

La propuesta Anséatica de 1826, según el Dr. Alfredo Castillero en su obra “El movimiento anseatista panameño”, fue la primera tentativa autonomista de los istmeños, de romper lazos con Colombia.

Liderados por Mariano Arosemena y José de Obaldía, un grupo perteneciente a la oligarquía mercantil de la Ciudad de Panamá redacta el 13 de septiembre de 1826 el primer manifiesto abiertamente separatista. Este documento, surgido de la clase dirigente acaudalada, no contó con el apoyo de la población tal como fue el caso durante los movimientos secesionistas del 1830 – 31 y 40. Sin embargo, el Manifiesto de 1826 fue el primer manifiesto formal de autonomía y contiene un elemento sui generis que pone en evidencia la creciente fuerza del pensamiento liberal mercantilista en Panamá y la distancia que los panameños deseaban establecer con relación a la capital andina. En efecto, basándose en el Artículo noveno del Acta de Independencia de 1821 antes citado, el Artículo cuarto del Manifiesto de 1826 expresa que Panamá debería constituirse como "país hanseático", bajo la protección de las potencias mundiales, Inglaterra, Francia y los Estados Unidos. Solo de esta manera, argumentaron los firmantes, podría el Istmo alcanzar su desarrollo como emporio comercial al cual estaba llamado por su geografía. El concepto de "Liga Hanseática" proviene del vocablo alemán Hanse, término con el cual se denominaban a las asociaciones de comerciantes y pasó a utilizarse para definir la liga autonómica formada por las principales ciudades mercantiles del norte de Europa entre los siglos XIII y XVII. El propósito de esta liga era promover y defender sus intereses comerciales y para ello contó con el beneplácito y la protección de las potencias reinantes.

Se puede fácilmente imaginar la molestia que habrá producido el manifiesto panameño en Bogotá, teniendo en cuenta el recelo que sentía la nueva república ante las ambiciones y pretensiones de las potencias europeas y los Estados Unidos sobre la región. El movimiento fue fácilmente neutralizado desde la capital, pero la motivación económica del autonomismo quedó sembrada y cobró vida nuevamente en 1830 y 1831, al momento del desmembramiento de la Gran Colombia. Las actas de ambos intentos separatistas lideradas por los jefes militares Espinar y Alzuru citan entre sus considerandos explícitamente, el hecho que el Istmo no tenía relaciones comerciales ni compromisos particulares con los departamentos que conformaban la Nueva Granada. Vale señalar que así lo entendieron también algunos en la Capital. El Senador Santandereano, Francisco Soto, quien se expresó con las siguientes palabras en el Senado Neogranadino en 1834: "por la naturaleza el Istmo de Panamá está llamado a ser independiente… y esta independencia habrá de lograrse ya antes, ya después, más tarde o más temprano, de aquí a un siglo o de aquí a un año".

MOVIMIENTO SEPARATISTA DE 1830

El caos político en la Gran Colombia se dio desde que Venezuela, Ecuador, buscaban su independencia y separase de la confederación. Sucre había sido asesinado, y Bolívar desistió del poder que ejercía.

Es por esta razón que el General José Domingo Espinar Comandante Militar del Istmo, en reemplazo de Fábrega declara independiente al Istmo de Panamá, el 26 de septiembre de 1830, al no estar de acuerdo con el gobierno de Joaquín Mosquera, el sucesor de Simón Bolívar. La idea de Espinar era que Simón Bolívar tomara el control de Panamá, para que luchara por la adhesión de los demás países de la confederación.

Sin embargo, Simón Bolívar se encontraba cansado y enfermo y rehusó tal acto, pidiéndole a Espinar que se reintegrara el Istmo de nuevo a la Gran Colombia. Panamá fue reintegrada el 11 de diciembre de 1830, la independencia duró unos escasos dos meses. Seis días más tarde, el 17 de diciembre de 1830, muere en Santa Marta, Simón Bolívar.

Este movimiento inició luego de sucesos acontecidos en el Istmo. En el interior de la República, la sublevación del batallón Callao (Agosto 28), determinó la caída del gobierno constitucional y la proclamación del general Rafael Urdaneta como Presidente provisorio, mientras el Libertador entonces en Cartagena, se disponía seguir a la capital para encargarse del mando que le ofreció la revolución triunfante.

Aquellos acontecimientos agitaron en los panameños los propósitos de secesión de la República anarquizada el territorio del Istmo, propósitos que animaban a Espinar por un espíritu de antagonismo para con el gobierno de Bogotá y a muchos partidarios de la separación de un cuarto Estado dentro de la Gran Colombia, confederada con Venezuela, Nueva Granada y el Ecuador, o de una entidad independiente bajo la protección de las potencias europeas. Tal comunidad de aspiraciones se tradujo en hecho el 26 de Septiembre cuando una Junta de las autoridades y personas principales considerando entre otras razones que "el Istmo no tenía comprometimiento de unión con la Nueva Granada", ni relaciones comerciales con los Departamentos del centro, acordó separarlo del Gobierno Central, manifestando, empero, el deseo de que Bolívar se encargara del poder supremo y se trasladara a Panamá para atender desde aquí la consolidación de la República. El mando del Istmo independiente quedó a cargo del mismo General Espinar, y aun cuando los seis cantones de la Provincia de Panamá se adhirieron al movimiento, los de Veraguas no se conformaron con él debido a la Oposición que le hizo en aquella provincia el General Fábrega.

Más de dos meses conservó el Istmo su es lado independiente, tiempo en el cual la mayor parte de las provincias reconoció el gobierno de Urdaneta. Esto y los consejos que recibía de Bolívar recomendaron a Espinar a reincorporar el territorio a la República, acto que se llevó a cabo por medio de un decreto que una nueva Junta aprobó el 11 de Diciembre. Seis días después de este acontecimiento se extinguía en Santa Marta la vida del Libertador, suceso que envolvió en luto a las naciones por él emancipadas y que puso fin la dictadura de Urdaneta.

MOVIMIENTO SEPARATISTA DE 1831:

El general José de Fábrega no apoyaba la decisión de reintegro del istmo por parte de José Domingo Espinar y se marcha hacia Veraguas, dejando a cargo del control militar de la ciudad de Panamá al coronel venezolano Juan Eligio Alzuru.

A diferencia del movimiento de Espinar, que no tuvo la aprobación de la oligarquía panameña, el de Alzuru si contó inicialmente con el beneplácito del sector oligárquico, tanto capitalino como interiorano. La razón de la distinta actitud, en uno y otro caso, obedecía a que Espinar pasaba su fuerza en las masas populares del arrabal y a que quería el restablecimiento del Estado y del poder centralizante de Bolívar; mientras que Alzuru no era líder de la plebe arrabalera y pretendía una definitiva secesión.

Los enemigos de José Domingo Espinar convencen a Alzuru de aprisionarlo y enviarlo al destierro. Con la idea de proclamarse dictador, Alzuru busca apoyo en el pueblo panameño y su sentido nacionalista, dando como resultado la Segunda Separación de Panamá de Colombia el 9 de julio de 1831.

Los métodos o procederes de Alzuru fueron tan crueles y arbitrarios que hicieron peligrar los intereses de la clase dominante istmeña. Por tanto esta con la llegada al istmo del Coronel Tomás Herrera, en cooperación con Fábrega y demás panameños ilustres, Alzuru es apresado y fusilado en Ciernes. Meses después, la nación del istmo se vuelve a unir a Colombia. Pero la falta del liderazgo de Simón Bolívar, deja ver entre los panameños que formar parte de la República de la Nueva Granada era innecesario, naciendo así sociedades y partidos con ideales separatistas en Panamá.

José de Fábrega

José Domingo Espinar

MOVIMIENTO O ACTA SEPARATISTA 1840-41

El Acta de 1840. Es imposible entender el Estado Libre o Soberano del Istmo (1840-41), proclamado por Tomás Herrera, sin la perspectiva general de la guerra civil que asoló a Colombia y se llamó la guerra de “Los Supremos” (caciques político-militares). Al igual que Herrera en Panamá, proclamaron otros tantos “estados libres”: González en el Socorro, Reyes Patria en Sogamoso, Carmona en Santa Marta, Troncoso en Mompox y Gutiérrez de Piñeres en Cartagena.

No estamos ante un acto aislado de los istmeños. Según Humberto Ricord estas proclamas obedecieron a un comunicado del Poder Ejecutivo que, desde Bogotá, reconociendo su incapacidad de contener la sublevación, para que “las autoridades provinciales tomaran todas la medidas que procedieran para salvaguardar la tranquilidad y el orden público”. Lamaitre dice: “Cada uno se encerraba en su casa, se echaba cerrojo por dentro, y dejaba que el turbión de la guerra pasara por encima…”

La revuelta empezó como una sublevación conservadora en Pasto contra la disolución de algunos conventos, pero pronto se volvió en su contrario (liberal) cuando aparecieron pruebas de que el caudillo José M. Obando había asesinado al general Sucre por orden de Bogotá. Los caudillos o “supremos” se alzaron exigiendo un régimen federal. Por ello el Acta del 18 de Noviembre de 1840, redactada por Tomás Herrera considera que, dada la “disolución” de la república producto de la guerra (art.1); proclama el Estado Soberano (art.2); condiciona su reintegro a la Nueva Granada bajo un régimen federal (art.3); y establece el carácter “provisorio” de las nuevas autoridades.

Nuevamente Veraguas, dirigida por Carlos Fábrega, se opuso a esta proclama. En marzo de 1841 se reunió una Convención Constituyente del Istmo que, a instancias de Herrera, mantuvo la voluntad de adherir a una Nueva Granada federal, rechazando el centralismo (art. 2). Cuando Pedro Alcántara Herrán controló el poder y Gutiérrez retornó Cartagena al centralismo, Herrera se vio obligado a negociar.

De esta fase proceden los principales alegatos de Tomás Herrera en torno a las reclamaciones comerciales del Istmo (“nuestras necesidades son peculiares”), exige negociaciones para la apertura de un canal, y señala que un Congreso reunido a “300 leguas de distancia, jamás legislará convenientemente para nosotros”. También preocupaba a Herrera la amnistía dictada por el gobierno, pues no tenía seguridad de que no recibiría represalias, tal como después sucedió (fue desterrado por tres años).

Le tocó negociar con Rufino Cuervo, y en una carta dirigida a él, en la que insistió sobre la necesidad de una “administración adecuada” y leyes especiales para el Istmo, también dijo enfáticamente: “Jamás el Istmo se habría lanzado a romper de hecho una unión en que entró por su libre albedrío…”. El 31 de diciembre de 1841, Herrera se reincorporó a la Nueva Granada, de la que llegaría a ser él (Tomás Herrera) vicepresidente (el presidente fue el chiricano José de Obaldía) y presidente encargado en 1854.

Como se puede apreciar, en realidad estamos ante sistemáticos conflictos: 1. políticos (santanderistas vs bolivaristas, conservadores vs liberales); 2. Sociales (clases oligárquicas terratenientes y comerciales vs el pueblo y el artesanado apoyado por profesionales); 3. Administrativos (centralistas vs federalistas). Conflictos que no eran exclusivos de Panamá frente a Bogotá, sino que asolaron a toda Colombia.

VOCABULARIO

1. Acta: documento que recoge los puntos discutidos y los acuerdos adoptados en una reunión de una asamblea u órgano colegiado para darles validez, como las reuniones de un Parlamento, Ayuntamiento, comunidad de vecinos, etc.

2. Supremacía: superioridad, preeminencia.

3. Albedrío: Potestad de obrar por reflexión y elección

4. Sublevación: Rebelión o motín contra la autoridad

5. Turbión: Aguacero con viento fuerte, que viene repentinamente y dura poco. Multitud de cosas que vienen o suceden juntas y violentamente.

6. Decreto: Un decreto es un tipo de acto administrativo emanado habitualmente del poder ejecutivo y que, generalmente, posee un contenido normativo reglamentario, por lo que su rango es jerárquicamente inferior a las leyes.

7. Levantiscos: De genio inquieto y turbulento.

8. Cantones: Cada una de las divisiones administrativas del territorio de ciertos Estados.

9. Dictadura: En la época moderna, régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o a veces en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales.

10. Constitucional: Ley fundamental de un Estado que define el régimen básico de los derechos y libertades de los ciudadanos y los poderes e instituciones de la organización política.

11. Prócer: Persona respetable, elevada y de la más alta distinción social:

12. Oligarquía: Forma de gobierno según la cual el poder es ejercido por un reducido grupo de personas.

13. Arbitrario, ria [Persona] que actúa injusta o caprichosamente, y [cosa] que es resultado de esta actitud:

14. Arrabal. Barrio fuera del recinto de la población a que pertenece: vive en los arrabales.

15. Secesión: Separación o independización de una nación de parte de su pueblo o de su territorio: guerra de secesión.

PERSONAJES

CONCLUSION

Luego de exponer en este trabajo los movimientos separatistas que dieron inicio a nuestra constitución como República, podemos dejar en claro que sin una lucha no hay un resultado. Sin el esfuerzo de hombres y mujeres, no tendríamos una República como hoy en día.

Concluimos que es importante conocer o mejor dicho leer sobre nuestra historia patria, documentarnos un poco más para saber de dónde procedemos y que nuestro país tiene sus origines e inicios.

INFOGRAFIA

• http://www.laestrellade panamá.com.pa. Antecedentes, causas y consecuencias de nuestra independencia – Rogelio Herrera

• http://istmo.denison.edu/n07/articulos/panama.html Ricardo Alfaro Arosemena

• Panamá: un fideicomiso de la naturaleza*

• http://www.argenpress.info/2011/11/la-separacion-de-panama-de-colombia.html

• http://old.kaosenlared.net/noticia/separaciones-panama-colombia-1

• http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/hispa/hispa05b.htm Biblioteca Virtual Luis Angel Arango

• http://portal.critica.com.pa/archivo/historia/organizacion.html

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