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Pensamiento Robinsoniano Y Samorano


Enviado por   •  23 de Marzo de 2012  •  1.652 Palabras (7 Páginas)  •  2.328 Visitas

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PENSAMIENTO BOLIVARIANO, ZAMORANO Y ROBINSONIANO

EL ÁRBOL DE LAS TRES RAÍCES

Existe entonces, compatriotas, una sola y poderosa razón: es el proyecto de Simón Rodríguez, El Maestro; Simón Bolívar, El Líder; y Ezequiel Zamora, El General del Pueblo Soberano; referencia verdaderamente válida y pertinente con el carácter socio-histórico del ser venezolano, que clama nuevamente por el espacio para sembrarse en el alma nacional y conducir su marcha hacia la vigésimo primera centuria. Este proyecto ha renacido de entre los escombros y se levanta ahora, a finales del siglo XX, apoyado en un modelo teórico-político que condensa los elementos conceptuales determinantes del pensamiento de aquellos tres preclaros venezolanos, el cual se conocerá en adelante como Sistema EBR, el Árbol de las Tres Raíces: la E, de Ezequiel Zamora; la B, de Bolívar y la R, de Robinson.

EL SISTEMA EBR

Primera Raíz: Raíz Robinsoniana

“La historia de América Latina lo dejó de lado. De ese exilio, olvidado, de intención o desacierto en las perspectivas, traemos a este Simón Rodríguez, al que la historia sólo consiente en legitimar como preceptor de Simón Bolívar. Se nos viene en indumentaria de transeúnte de variados mundos, viejo observador de las revoluciones del siglo. Se nos viene con sus trazas de inadaptado y diferente, lúcido y estrafalario, filósofo, preavisado y avisador, reiterado de preguntas completas: inventor discrepante y planificador para pasado mañana trabaja su proyecto para la fundación de patrias criollas, acompañándolas de reflexiones para el día siguiente. Es el futuro el que carga en sus hombros de solitario impaciente”. “Su vida es andariega, gozosa, controversial, excedida en gastos de energía. Sabe bien reír. Sabe hacerse pretextos a la risa. Sabe correrse a la burla. Su alegría no es ocasional. Era su método de vivir y enseñar”.(Dardo Cuneo)En la historia de la filosofía política venezolana existe un modelo teórico primigenio, al cual vamos a llamar en adelante “robinsoniano”, por haber emergido del pensamiento y de la praxis de aquel compatriota que cambió su nombre original de Simón Rodríguez por el de Samuel Robinson.

El modelo Robinsoniano fue construido en un lapso de poco más de medio siglo, desde la época de las mocedades de Robinson, maestro de los niños caraqueños “cuando escribe en 1794 sus reflexiones sobre los defectos que vician la Escuela de Primeras Letras de Caracas y los medios para lograr su transformación en “un nuevo establecimiento, hasta su propia ancianidad, cuando, en 1851, publica sus Consejos de Amigo, dados al Colegio de La catunga”. El modelo se fundamenta en un sistema de ideas que puede ser perfectamente enmarcado dentro de una profunda disyuntiva existencial, en la cual se deslinda claramente una dicotomía en movimiento arrollador: “inventamos o erramos”. Como todo sistema ideológico, el modelo está integrado por un conjunto de elementos conceptuales fuertemente interconectados entre sí, los cuales constituyen la estructura sistemática robinsoniana.

El estudio del modelo, desde su génesis hasta su desarrollo, demuestra que tal estructura permanece inalterable y obedece a la misma disyuntiva de inventar nuevas instituciones para las nacientes repúblicas latinoamericanas o de errar el camino cayendo en el simplismo de copiar modelos de otros tiempos otras actitudes, otros hombres. Es decir, si no inventamos, caemos fatalmente en el error. En Sociedades Americanas (1842), Simón Rodríguez se encarga de delinear la disyuntiva: “¿Dónde iremos a buscar modelos? La América española es original. Originales han de ser sus instituciones y su gobierno. Y originales, los medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos”. Es en este modelo donde se inserta la raíz más profunda del Sistema EBR, precisamente, en la R de la raíz robinsoniana.

Segunda Raíz: Raíz Bolivariana

“Así está Bolívar en el cielo de América, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de banderas a los pies. Así está él, calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy; porque Bolívar tiene que hacer en América todavía”. (José Martí) El Modelo Robinsoniano trasciende, sin embargo, el personaje, el maestro, para generar y servir de base a otro de mayores dimensiones, no en lo filosófico, sino en su proyección histórica y geográfica: El Modelo Bolivariano. Éste se impulsa sobre aquél y se siembra en un extenso territorio con la misma semilla dicotómica: inventar una nueva sociedad en la América Española o errar, tratando de copiar viejos modelos, impertinentes a nuestro escenario.

Los elementos conceptuales que forman el Modelo Bolivariano son más complicados, pero, no por ello es imposible identificar una estructura perfectamente homóloga con el modelo robinsoniano. Ambos son producto de una época y resultan de un proceso de observación y praxis sobre una misma situación fenoménica. Simón Bolívar, “El Líder”, escribe su doctrina en la dicotomía robinsoniana de manera reiterativa, desde sus primeros discursos en 1811, cuando señala: “Que los grandes proyectos deben prepararse con calma. ¿Trescientos años de calma no bastan? Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad americana.

Vacilar es perdernos”. En su Discurso ante el Congreso de Angostura, el 15 de febrero de 1819, señala: “Tengamos presente

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