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Porfiriato


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2011  •  2.350 Palabras (10 Páginas)  •  646 Visitas

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PORFIRIATO

Friedrich Katz nació en Viena Austria en el año de 1927. Llegó a México junto con su familia en 1940 huyendo de la guerra en Europa. Es historiador y antropólogo profesor de historia de la Universidad de Chicago desde 1971 con un interés especial por la historia de México y América Latina.

La producción historiográfica de Katz se sitúa en el contexto de los cambios acontecidos a finales del S. XIX en México –el porfiriato-, y el proceso revolucionario a partir de 1910. Es un verdadero especialista en este último tema de la historia de la Revolución Mexicana que duró de 1910 a 1920. Analiza la manera en como se fue dando la lucha armada entre los diferentes grupos, además, son muy aleccionadores sus estudios de la situación agraria de ese periodo.

El presente capítulo está estructurado con cuatro apartados, cada cuenta con varios subapartados. El primero es: “La primera administración de Díaz, 1876-1880”; el segundo: “El interregno de González, 1880-1884”; el tercero: “El régimen de Díaz, 1884-1990”, y el cuarto y último: “La crisis del Porfiriato, 1900-1910”.

En el primer apartado el autor desarrolla la forma en que Porfirio Díaz (1830-1915) llegó al poder después de rebelarse contra el presidente Sebastián Lerdo de Tejada (1823-1889) en el llamado Plan de Tuxtepec (1876), que contemplaba la destitución del presidente y a favor de la elección de Díaz para el poder, además, sostenía el principio de la no reelección pero también a nivel municipal para ganarse a la clase media y al campesinado. Una vez que el plan fructificó y que Díaz quitó del camino al Ministro de la Suprema Corte de Justicia José María Iglesias por fin logró llegar al poder en 1877, ahora la tarea era organizar y centralizar el poder para poder modernizar a México.

El historiador comenta que el régimen de Díaz tuvo un carácter militar, además, intentó recuperar y reforzar la coalición existente entre las clases media y alta. A las clases altas les aplicó su política de “divide y vencerás” mientras que a la clase media la compensó con cargos públicos. También destituyó de sus cargos a caciques locales leales a sus predecesores, pero a muchos hacendados la pérdida de poder político se compensó con la estrategia del presidente de vender tierras públicas con lo cual se enriquecieron. En esta primera etapa de gobierno de Díaz no se utilizó la represión abierta. No decretó ejecuciones o encarcelamiento a los enemigos del régimen, permitió la formación de grupos políticos así como la celebración de elecciones, la prensa tuvo amplio margen de libertad de expresión.

En la cuestión diplomática, Kats señala que México no entabló en este primer momento de gobierno de Díaz relaciones con los países que en el pasado inmediato intentaron invadir al país, principalmente Francia. Pero con EU la situación también fue complicada, ya que el presidente Grant se negó a reconocer el gobierno de Díaz a menos que este resolviera a favor de su país algunos puntos conflictivos entre los dos países como el problema del bandidaje en la frontera en que ambas naciones se culpaban por este fenómeno. Este problema amenazaba a México en su soberanía. Finalmente, la crisis se disipó gracias a la cordialidad excesiva de Díaz para con los inversores norteamericanos con las concesiones en sectores como el ferrocarril que extendió sus redes a lo largo y ancho del territorio o las minas del norte. Así que en 1878 el nuevo presidente norteamericano Hayes por fin reconoció al gobierno de Díaz. También en esta etapa el dictador logró entablar relaciones con Europa, principalmente con Francia.

En pocas palabra, en la política interna, el autor dice que la elaboración de la estrategia de la política porfiriana fue por un lado utilizar la represión y por el otro la concesión, y con los extranjeros concesiones de todo tipo en términos extremadamente ventajosos.

En el segundo apartado del capítulo, El interregno de González, 1880-1884, el historiador comenta que Díaz nombró a Manuel González (1833-1893) como su predecesor porque era un hombre con una fama de corrupto, y así tendría el camino fácil para el retorno al poder en 1884. González continuó con la política de Díaz enfocada en tres postulados: concesiones excesivas a los extranjeros, especialmente a los EU, nuevo acercamiento con Europa y mantener el orden interno a cualquier precio. Su administración ha pasado a la historia como una de las más corruptas, y gran parte de su mala fama se debió a la crisis económica de 1884 y al esfuerzo de Díaz por desacreditarlo.

Ya en el tercer apartado, Kats entra más al detalle en la forma de gobernar de Díaz a partir de su regreso al poder en 1884-1900. En lo que se refiere al aspecto económico, el autor refiere que entre 1884-1900 México experimentó un rápido crecimiento económico. La inversión de capital extranjero –casi 1,200 millones de dólares- ayudó a elevar el producto nacional bruto a una tasa anual del ocho por ciento. El desarrollo económico fue más destacado en los sectores orientados hacia la exportación. La minería fue el sector que registró un crecimiento más rápido. En la agricultura los cultivos comerciales aumentaron a pasos agigantados como el henequén, el caucho, el guayule, el café y la cochiniya.

El desarrollo económico fue rápido hasta el final del siglo para la industria ligera orientada al consumo interno y prosperaron las industrias textiles. Sin embargo, después de 1900 el desarrollo industrial decayó notablemente. El gobierno de Díaz también incrementó el gasto en el rubro educativo, no obstante, este sector registró resultados muy pobres. El sector agrícola tuvo serios conflictos ya que hubo una revolución tecnológica pero muy localizada. Esta revolución se produjo en plantaciones de productos de gran demanda como el henequén (sisal) y el azúcar, las haciendas productoras de trigo y maíz todavía utilizaban técnicas anticuadas y tradicionales.

El autor señala que con excepción de la agricultura los sectores más importantes de la economía estaban en manos extranjeras. Hasta el final de su gobierno, Díaz no hizo ningún intento por estimular el control nacional sobre algún sector económico, ni siquiera una posible participación en él.

Más adelante, Kats refiere que otro de los desequilibrios del porfirismo fue la progresiva desigualdad regional en el país. El norte destacó por un auge industrial que tenía una economía diversificada que exportaba una gran cantidad de minerales. Fue en las vastas regiones del centro donde, en términos generales, la economía experimentó los menores cambios, esta fue en las

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