Proyectos de nacion en Mexico: monarquico, imperial y republicano

PROYECTOS DE NACIÓN EN MÉXICO: MONÁRQUICO, IMPERIAL Y REPUBLICANO

Después de que finalizó la Independencia, México tenía que levantarse, recobrar nuevamente sus cimientos, sólo que esta vez México había dejado de ser una colonia y, ahora tendría que adquirir una nueva fisionomía, la de Estado-Nación. Que México se constituyera es un Estado-Nación implicaba que se convertiría en un territorio soberano, con una delimitación definida, habitado por ciudadanos que tenían que estar bajo una misma organización social, y con un gobierno propio, bajo un determinado conjunto de leyes. Pero, ¿qué tipo de gobierno regiría a México? Es aquí en donde surgen los proyectos de nación que se mencionaran a continuación.

Proyecto de nación Monárquico (borbonista).

Las situaciones de cómo había quedado México después de su Independencia, provocaron que el proceso de establecer un nuevo orden político fuera muy frígido y algunas veces improductivo. Se lograron interpretar dos puntos de vista del tipo de gobierno que se pretendía crear en México, el primero en donde querían un país distinto en el que Vivian hasta ese momento –independiente-, y otros que no querían cambiar el régimen y seguir con los beneficios de ser una colonia europea dominada por los españoles.

Es entones donde surge una figura importante, Agustín de Iturbide, emergiendo de nuevo. En 1821 Iturbide, al lado de Juan O’Donojú firmó los Tratados de Córdoba, que se anexaban al plan de Iguala. En su artículo tercero ya se implantaba un proyecto de nación monárquico, en donde señalaba que sería llamado a reinar el imperio mexicano Fernando VII, Rey de España, y en caso de renunciar éster al poder, algunos otros personajes allegados al soberano, y si éstos también renunciaran al cargo, se designaría a aquél que las cortes decidieran.

De esta manera, una vez que es declarado el sistema monárquico constitucional, Iturbide, apoyado por los españoles, criollos y las altas esferas del clero, ejerció su dirigencia como presidente de la regencia del imperio.

Básicamente entonces, la legitimidad del gobierno y su posterior instauración estaba en manos de dos grupos a saber:

1. Las clases altas, que preferían un gobierno monárquico, siguiendo las antiguas usanzas del impero español en América, viviendo al estilo de vida de los españoles y regidos por reyes y miembros de la familia Borbón de España, preferentemente Fernando VII, o por quienes tuvieran el honor de ocupar el trono en su ideal de gobierno.

2. Un pequeño grupo de insurgente donde emergieron figuras como Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria, quienes consideraban que la mejor opción política para el país, era instaurar un gobierno de tipo republicano.

Proyecto de nación imperial.

El país emergía de la guerra; la gente andaba tensa, sin leyes ni autoridades, carente de directrices y además, empobrecida. En el pueblo había esperanza pero también cansancio y resentimientos. Surgían los oportunistas conservadores y liberales; los “políticos” sustituían a los “insurgentes”, el clima era propicio para armar gavillas y emboscadas. Pues había que tomar acciones inmediatas.

Una Junta de Notables convocó a delegados de todas las provincias para integrar un Congreso Constituyente; Ante todo se discutiría la forma de gobierno.

En 1822 Iturbide fue declarado por el Congreso como emperador Agustín I, coronándosele en la Catedral de México. Las disputas de fondo no se hicieron esperar. Los políticos se polarizaron y dividieron a la nación,por lo cual las provincias centroamericanas se dividieron. Los “conservadores” se agruparon en logias del rito escocés, mientras los “liberales” se afiliaron a logias del rito yorkino,éstos acabarían por formar los partidos centralista y federalista. Ambos bandos se oponían a la Monarquía, exigiendo la conformación de una República.

Las disputas sectarias y la “ayuda” (sic) internacional lograron la abdicación de Iturbide. Las logias “masónicas” eran sociedades secretas, organizadas con base en una jerarquía oculta y estricta. Eran subversivas por cuanto actuaban desde abajo los jacobinos, impondrían una sociedad gobernada por una cumbre de iluminados, excluyendo la disidencia ciudadana y la discusión abierta. El agente estadounidense Poinsett, fundador de las logias, instaba tanto a la división de la nación como al reparto del botín político.

El 21 de mayo de 1821, el Congreso (diputados en su mayoría perteneciente al rito masónico escocés) nombraron emperador de México a Agustín de Iturbide, quien gozó del cargo el 21 de junio de 1822 como Agustín.

Esta era evidentemente una imposición también de los grupos de poder, que inmediatamente se dejó sentir por los elementos antagónicos a Iturbide. Como hubo demasiadas protestas, el Congreso vio obstaculizadas sus iniciativas; por este motivo, Iturbide ya no pudo conciliar con el Congreso asuntos relevantes para el país, de tal manera que encarceló a diputados y disolvió el Congreso en octubre de 1822.

La

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