Reseña Historica Del Barrio 23 De Enero De Maracay Estado Aragua

Reseña Histórica

Maracay fue llamada en un tiempo “Ciudad Jardín de Venezuela”, calificativo que ya hoy no le corresponde por que el concreto sustituyo a la floresta y esto no fue un proceso largo. El cambio se produjo vertiginosamente; en la década de los cuarenta, numerosas acequias cruzaban la ciudad de Norte a Sur para desaguar en el Lago de Tacarigua y la vegetación llamaba la atención del Viajero.

Posteriormente comienza el agudo proceso urbanístico que acabaría con la antigua Ciudad Jardín. Entre los primeros poseedores de las tierras de Maracay que fueron muchos y aun le siguen saliendo dueños figura el capitán Sebastián Díaz de Alfaro y luego su hijo Mateo quedo en posesión de ellas por reconfirmación que hizo el gobernador Diego de Osorio en 1594. Esas tierras tenían por limites: “...todo el valle que llaman de Maracay y que se une e incorpora por naturaleza con el dicho valle de Tucopío y sus tierras desde las matas llamadas Guacumal hasta la laguna de Tacarigua...”.

La agricultura hizo prosperar las tierras, especialmente debido al cultivo del añil del cual se produjo un boom que atrajo a la atención de gente de todas partes. De estas plantas usadas para teñir telas se exportaban grandes cantidades a Europa y proporcionaban buen dinero a la corona, a los propietarios y a los jornaleros. Andrés Bello, en su ya citada historia, dice: “Maracay, que apenas podía aspirar ahora 40 años de la calificación de aldea, goza hoy de todas la apariencias y todas la ventajas de un pueblo agricultor, y sus inmediaciones anuncian desde muy lejos al viajero el genio activo de sus habitantes”. El nombre Maracay proviene de la palabra aborigen “Maracaya” que significa jaguar, aunque otras teorías dicen que el nombre proviene de un cacique. En estas tierras habitaba la tribu de los Tacarigua. La ciudad se encuentra en la cuenca de los ríos: Tapa-Tapa (El Limón), Güey, Maracay y Tucupido, los cuales desembocan en el Lago Los Tacarigua (Lago de Valencia). Tras la llegada de los españoles todo cambió, el hijo de Don Sebastián Díaz de Alfaro, fundador de San Sebastián de los Reyes, pagó 40 pesos de oro en 1594 para legalizar la posesión de las tierras.

En el momento de su elevación a parroquia, Maracay contaba apenas con unas 10 calles, y la iglesia, ahora Catedral de Maracay, se erigió en terrenos donados por el Marqués de Mijares, en el centro del pueblo. Cabe destacar que Maracay fue declarada sólo lugar, no ciudad, ni villa, ni pueblo.

La población de Maracay fue creciendo, en 1700 tenía 700 habitantes, 3460 habitantes para 1759, y 5624 para 1782. El principal atractivo eran los cultivos de añil, caña de azúcar, café y cacao. En 1786 se declaró como pueblo.

En el año de 1958 se le da ese nombre en honor a la caída de la dictadura del presidente Marcos Pérez Jiménez, fundado durante el gobierno de Wolfang Larrazábal.

Se comenzó con reuniones que se hacían en la avenida constitución, a la altura donde actualmente se encuentra una panadería que lleva ese nombre, allí había un samán, bajo la sombra del mismo, se reunían las personas que fundaron el barrio, y que solicitaban que se le donaran los terrenos. Construyeron ranchos que poco a poco fueron sustituidos por casas. Para ese entonces contaba con 18000 mil habitantes en parcelas cuyas extensiones eran de 25 mts de largo por 10 mts de ancho.

El Coronel Arnaldo José Cáceres se ofreció con la ingeniería militar al trazado de las calles; se les asigno nombres: Cooperativa, Infantil; San Miguel; Cuarta, Quinta y Sexta avenida entre otras calles. La calle principal del barrio, lleva el nombre de la heroína Luisa Cáceres de Arismendi.

El barrio 23 de Enero, conto con un conjunto de luchadores vecinales que hicieron historia en sus primeros tiempos, sobre todo entre los años 1958 y 1962, que fueron los más duros, de más esfuerzos, de más combates. Podemos citar: Luis Pérez yhonsen, Félix Alvarado Crass, Alberto José torres, Luis Cerven, Berta Rodríguez, Emilio Quintana, Vicente Ruiz, Julio Pérez, Carlos Vidal Ruiz, Arturo Cedeño, Juana Soto, Geronima Quintero, Pedro José Anzola, Ana de Palacios, José Tomas Vivas, Pánfila Uribe, Rafael García, Carlos Fernández (chichi), Félix Mijares, actual presidente de los Diablos Danzantes de Turiamo, entre otros.

Al fundarse el barrio se estableció un empresario autobusero, dueño de la línea del 23 de enero, quien prestaba sus unidades para trasladar a la gente hasta Miraflores para hablar con el Presidente para que intercediera y los dejara en esos terrenos, ya que había amenazas de desalojo hacia otros terrenos.

En los primeros años de fundado el barrio, sus fiestas y actos culturales, eran realmente de gran apoyo popular, la comunidad en pleno respondían a todos los llamados que se le hacían para colaborar. Uno de los problemas más grandes para ese entonces era el agua, alumbrado de las calles, luz, cloacas, etc.

Actualmente en la comunidad se encuentran las siguientes escuelas:

• Fe y alegría “Eliodoro Betancourt Izaguirre”.

• Balbina Galviz de Rodríguez.

• Aníbal Castillo.

• Maestro “Luis Beltrán Prieto Figueroa”

• Padre López Aveledo

• Agustín Aveledo.

Los liceos son:

• Eliodoro Betancourt Izaguirre (Fe y Alegría).

• Maestro “Luis Beltrán Prieto Figueroa”

• Escuela Taller Monseñor Arias Blanco.

• Pedro Emilio Coll (Privado)

Además cuenta con una comisaria, una casa del Abuelo, casa de alimentación, un ambulatorio, el que anteriormente fue un centro materno, donde se atendían mujeres embarazadas y se les colocaba vacunas a los niños.

Aun cuenta con sus actividades festivas, las cuales son:

• San Juan Bautista.

• La quema de judas.

• Los Diablos Danzantes de Turiamo.

• La cruz de mayo.

• Carnaval y semana santa.

• Santa Barbará.

En la actualidad la comunidad del 23 de enero se ha consolidado y es uno de los más conocidos en Maracay, caracterizado por sus luchas y sus servicios básicos y poco a poco sigue desarrollándose.

Infraestructura

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