Resumen Un Futuro Para Mexico

El libro que nos presenta Castañeda y Camín, nos explica el trasfondo cultural y sentimental de la actual sociedad política y ciudadana, la cual tiene arraigada sentimientos e intereses heredados, que lo han impedido transformar al país a un estado de mejor bienestar. Estos factores que tiene arraigada la nación es: “un coctel de otro tiempo, bien plantado en la conciencia publica, que se resiste a abandonar la escena, encarnado como está en hábitos públicos, intereses económicos y clientelas políticas que repiten viejas fórmulas porque defienden viejos intereses.”

Posteriormente nos narran como surge el Partido Revolucionario Institucional, mencionado que a lo largo de su historia ha perdido la esencia por la cual fue creada; democracia y justicia social. Y finalmente la ruptura de su credibilidad, donde después de la triste trilogía de año 1994, -rebelión, magnicidios y crisis economía - se termino con el mismo libreto de cada sexenio. Sacando al PRI de los pinos pero no del alma de México. Tras estos últimos años de gobierno del PAN, “la democracia parece una diva a la que se le terminaron los trucos. El puro libreto de la democracia, por naturaleza discordante, no basta para darle al país la narrativa de futuro que necesita.”

“Es necesaria una nueva épica nacional cuyo eje no puede ser sino el bienestar de las mayorías, la promesa de seguridad, empleo, educación, salud, movilidad y seguridad social: un horizonte de modernidad que ampare el surgimiento de sólidas y mayoritarias clases medias.” La estandarización y globalización en todos los rubros, impulsando a que la clase social media tenga una calidad de vida semejante a cualquier otro país con educación, salud y seguridad del siglo XXI

¿Como desatar la prosperidad de México? El en el libro nos comentan que según expertos en la materia de economía, lo que México requiere para desatar la prosperidad, es alinear las instituciones y sus decisiones. Invertir mucho y horrar mucho. Esto mediante una economía abierta a la inversión y la competencia global y nacional, quitando todo tipo de trabas que impiden este crecimiento. Ya que desafortunadamente, nos caracteriza una economía dominada por monopolios, oligopolios, y poderes fáticos.

Otra de las razones por la cual la economía per cápita se ha quedado estancada, ha sido por la poca productividad del trabajo, ya que en México existe una cartera amplia de trabajos pero pocos de ellos bien pagados. Si no se quitan las trabas para la creación de empleos productivos, la competencia no se reflejará en mayor productividad laboral, con mayores salarios reales y un con esto mayor riqueza nacional. Aunado a esto más del 60% de los trabajadores mexicanos son informales, con ese porcentaje, el país no va a crecer sólo con el esfuerzo de un tercio de sus empresas y menos de la mitad de sus trabajadores.

La relación del Estado con grandes sindicatos, ha sido el cáncer que se encuentran incrustados en el sistema económico, político y social. Una medida clave contra este sindicalismo corporativo construido con la complicidad del Estado sería, suspender la retención de cuotas por el empleador gubernamental para volver a lo básico: que sean los trabajadores quienes individual y voluntariamente aporten sus cuotas a sus sindicatos. Además de restablecer la transparencia, la libertad y la democracia sindicales, esta medida cortaría el cordón umbilical que une al gobierno con el corporativismo. México es un país de cientos de miles de pequeñas empresas y un puñado de imperios corporativos con un dominio casi completo de su sector. Algunos de estos imperios son públicos, otros son privados.

Un argumento que dijo The Economist hace tres años fue: “importar cemento, generar electricidad, buscar petróleo, poner una telefónica, abrir una tercera cadena de televisión o crear un banco competitivo (no vinculado a otra megaempresa) es prácticamente imposible en México.”

Sólo una economía de mercado fuerte, abierta, competitiva, antimonopólica, podrá crear la riqueza y los empleos que prometen huecamente candidatos y gobiernos; sólo una economía pujante y en crecimiento podrá dar a la mayoría de los mexicanos la cosa simple y fundamental que buscan y por la cual emigran millones de sus pueblos a las ciudades y de su país al norte: un empleo con qué ganarse la vida, una oportunidad de mejora para él y su familia.

En realidad, no hay mucho margen para

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