La película “Antes de partir”

“ANTES DE PARTIR”

La película “Antes de partir”, con la participación de los actores Jack Nicholson y Morgan Freeman, trata la historia de dos hombres de edad avanzada que se conocen al compartir habitación en un hospital, donde casualmente los dos son diagnosticados con enfermedades terminales, dándoles los médicos a ambos un tiempo aproximado de entre seis meses y un año de vida.

En ellos, aun cuando son personas de caracteres muy distintos, se puede identificar durante el transcurso de la película cómo van pasando por las diferentes etapas descritas en el modelo de Kübler. Primero, al ser ambos avisados el mismo día por un médico que a sus vidas les queda poco tiempo, la primera reacción de ambos fue jugar a las cartas, como una manera de evadirse de la realidad que les fue revelada, esto es síntoma de que han entrado en la etapa de negación. Más adelante, después de disertar un rato, deciden ambos abandonar sus vidas cotidianas para buscar realizar todas las cosas que siempre han deseado, y que previamente anotaron en una lista, cosa que es ciertamente entendible, pero que sin duda es también una forma de evitar afrontar la realidad que les aqueja. Una vez que Carter Chambers, uno de los personajes, le cuenta a su esposa la decisión que ha tomado, ella lo confronta diciéndole que es un tonto si cree que haciendo eso desaparecerá el cáncer, y que lo mejor es afrontar lo que le pasa, él ante esa respuesta expresa algo de ira, aunque no era una ira dirigida a algo en específico, no era contra su esposa, ni contra Dios, era solamente su manera de mostrar su punto de vista ante la situación, razón por la cual podría decirse que esa no era la expresión de la etapa de ira que menciona Kübler-Ross. Ciertamente, es de notarse que el mencionado personaje no pasó por todas las etapas, se pudo identificar en él la etapa de negación, pero de esta pareció haber pasado sin escalas a la etapa de aceptación, y en cierta forma esto se debe a que era una persona que, como él mismo lo dijo, tenía mucha fe en Dios, y esperanza, por lo cual no le fue difícil aceptar la muerte. Por ejemplo no se notó en él la depresión, al menos no más de la normal que puede tener una persona que va a morir, sin embargo la depresión tal como la define Elisabeth Kübler, que es derivada de la impotencia de no poder hacer nada por evitar la muerte, no se evidenció en ningún momento en ese personaje. Tampoco se pudo ver en él un regateo con el ser supremo para tratar de conseguir más tiempo.

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