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Enviado por   •  10 de Octubre de 2012  •  553 Palabras (3 Páginas)  •  321 Visitas

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A lo largo de mucho tiempoEl subsuelo también produce golpes de estado, revoluciones, historias de espías y aventuras en la selva amazónica.

En Brasil, los esplendidos yacimientos de hierro del valle de Paraopeba derribaron dos presidentes, Janio Qadros y Joao Goulart, antes de que el mariscal Castelo Branco, que asalto el poder en 1964, los cediera amablemente a la Hanna Minino Co. Otro amigo anterior del embajador de los Estados Unidos, el presidente Eurico Dutra, había concedido a la Bethelem Steel, algunos años antes, los cuarenta millones de toneladas de manganeso del estado Amapa, por ciento para el Estado sobre los ingresos de exportaciones; desde entonces, Bethelem esta mudando las montañas a los Estados Unidos con tal entusiasmo que se teme de aquí a quince años Brasil quede sin suficiente manganeso para abastecer su propia siderurgia.

Los minerales tuvieron mucho que ver con la caída del gobierno del socialista Cheddi Jagan, que a fines de 1964 había obtenido nuevamente la mayoría de los votos en lo que entonces era la Guayana británica.

Para abastecerse de la mayor parte de los minerales estratégicos que se consideran de valor critico para su potencial de guerra, los Estados Unidos dependen de las fuentes extranjeras.

El congreso Brasileño pudo realizar una investigación que culmino con un voluminoso informe sobre el tema. En el se enumeran caso de venta o usurpación de tierras por veinte millones de hectáreas, extendidas de manera tan curiosa que forma un cordón para aislar la Amazona del resto de Brasil.

Un químico Alemán derroto a los vencedores de la guerra del Pacifico.

La historia del salitre, su auge y su caída, resulta muy ilustrativa de la duración ilusoria de las prosperidades latinoamericanas en el mercado mundial: El siempre efímero soplo de las glorias y el peso de siempre perdurable de las catástrofes.

A mediados del siglo pasado, las negras profecías de Malthus planeaban sobre el Viejo Mundo. La población europea crecía vertiginosamente y se hacia imprescindible otorgar nueva vida a los suelos cansados para que la producción de alimentos pudiera aumentar en proporción pareja.

La oligarquía de Lima, soberbia y presuntuosa como ninguna, continuaba enriqueciéndose a manos llenas y acumulando símbolos de su poder en los palacio y los mausoleos de mármol de Carrara que la capital erguía en medio de los desiertos de arena.

La explotación del salitre rápidamente se extendió hasta la provincia boliviana de Antofagasta, aunque el negocio no era boliviano sino peruano y, más que peruano, chileno. Cuando el gobierno de Bolivia pretendió aplicar un impuesto a las salitreras que operaban en su suelo, los batallones del ejército de Chile invadieron la provincia para no abandonarla jamás.

El salitre y el yodo sumaban

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