Siglo XVII Nueva España

Durante la primera mitad del siglo XVI la mayor parte del territorio mesoamericano fue sometido al dominio español tras una sangrienta conquista. Este acontecimiento puso fin a la civilización mesoamericana. Los conquistadores arrasaron las ciudades y los centros religiosos. Miles de indígenas murieron en la guerra y después perecieron millones a causa de enfermedades que trajeron consigo los europeos.

Para 1700, nueva España era un mosaico de regiones consolidadas en los aspectos económico, político y social, las que en conjunto conformaban un virreinato diverso, llego de matices sociales y culturales con dinámicas económicas propias, donde la riqueza convivía codo a codo con la pobreza. La población indígena y mestiza aumentó, pero el número de criollos también lo hizo. Fue este grupo, el de los criollos, el que habría de forjar una identidad americana de gran importancia para el proceso de independencia.

La llegada del siglo XVIII trajo importantes cambios políticos en el imperio español. Durante los siglos VXI y XVIII éste había pertenecido a la familia de los Habsburgo, aunque posteriormente fue remplazada por otra de apellido Borbón. Este cambio introdujo modificaciones sustantivas en la manera de gobernar los vastos territorios de la monarquía. En particular en las colonias americanas estos cambios apuntaron a la reafirmación de la autoridad de la Corona, que buscó imponer un mayor control político y administrativo sobre la sociedad colonial.

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