Situación Jurídico-política Del Movimiento Independentista En La Nueva España

El Virreinato de la Nueva España, fue una entidad jurídica con un gobierno subordinado, perteneciente a la Corona Española, cuya extensión territorial comprendía desde los actuales estados de California, Arizona, Nuevo México, Texas y Florida, en Norteamérica hasta los límites de la actual Costa Rica. Su población estaba compuesta mayoritariamente por mestizos, que eran los frutos de las relaciones entre los indígenas y los españoles, quienes al igual que los indígenas, es decir, las personas oriundas del territorio americano, estaban relegados a vivir en las labores de trabajo de campo. Por otra parte estaban los criollos, que eran los hijos de los españoles, nacidos en el territorio de la Nueva España, y quienes al no tener el origen peninsular de sus ancestros, solo estaban encargados de puestos de administración menor. La élite la conformaban los españoles peninsulares, quienes eran los dueños de las tierras y negocios.

En la cumbre de la organización jurídico-política de la Colonia, estaban los virreyes, quienes eran titulares representantes de la monarquía, en el gobierno de los territorios ubicados fuera del reino. En segundo lugar jerárquico se encontraban las audiencias, que era un organismo integrado por jueces, cuyo fin era administrar justicia y como tribunales en diferentes zonas del virreinato. La base de la pirámide política estaba formada por los cabildos, es decir, instituciones dedicadas a la administración pública de las localidades de la Nueva España, y estaban conformados por 6 regidores, que eran elegidos por las cabezas de familia, y por dos alcaldes. Para controlar dicho sistema de elección de cabildo, se encontraban los corregidores, quienes eran nombrados por el virrey, y debían de cumplir ciertas características, como no ser ciudadanos del cabildo que se les ha asignado, ni poseer tierras en dicha demarcación.

Pero, después de casi 300 años de intervención e incluso estabilidad en el modelo político y social de la Colonia, ¿qué es lo que originó el movimiento de independencia? La respuesta dista mucho de ser románticamente nacionalista, o por amor a la libertad como erróneamente no los ha enseñado la cultura popular, sino más bien una corriente de diversas causas que se conjugaron y llevaron a una disyuntiva social, sobre el seguir bajo los intereses de una Nación que había sido recientemente invadida, un clima interno no tan alentador para los criollos, además de la influencia de la Ilustración y las rebeliones burguesas, en Francia, y en las Trece Colonias de Norteamérica, en esta última, su posterior independencia al Reino de Inglaterra.

Las noticias de los sucesos en España, como la abdicación de Carlos IV a favor de Fernando VI, el levantamiento de Madrid, y el nombramiento de José Bonaparte como nuevo monarca, llegaron a la Nueva España y causaron desconcierto ¿Qué iba a pasar con la estructura ya establecida? ¿A quién se debía obedecer?

La causa primordial de la independencia de México, fue una serie de sucesos, detonados por el deterioro político de su metrópolis, según Irving Jaime Rodríguez, catedrático de Historia de América de la Universidad de California. Según este historiador, no había causas o sentimientos antiespañoles por parte de los habitantes de la Colonia, sino que el verdadero temor era a los franceses controlando el virreinato, con España bajo su merced y que en el caso de los ayuntamientos que querían movilizarse, era con el reclamo de más autonomía, pero no de completa independencia de la Corona, en causa del miedo de caer en manos de los franceses, que no eran bien vistos por sus actitudes liberales, y anti-católicas.

En contraste con la anterior afirmación, está el documento “Sentimientos de la Nación” que data del 14 de septiembre de 1813, con la autoría de José María Morelos y Pavón, el cual manifiesta que América es libre de cualquier Nación, Monarquía o Gobierno que lo quiera subordinar, que la religión Católica sea única sin tolerancia de alguna otra, pero que los miembros y ministros del clero se sustenten únicamente de las primicias y los diezmos a fin de que el pueblo no tenga que pagar más de lo que dicta su devoción y ofrenda, que la soberanía reside en el pueblo y propone la división de poderes ejecutivo, legislativo y judicial y que dichos puestos sean de elección popular, con solo 4 años de ejercicio y que únicamente los americanos tienen derecho a aspirar a ellos. Propone además que los

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