Terrorismo Legítimo

O de cÛmo se justifican las m·s aberrantes atrocidades, crÌmenes, genocidios y masacres imperiales en nombre de los Derechos Humanos y la Democracia

El terrorismo legítimo

Por: Argos

Fecha de publicaciÛn: 15/01/07

inSurGente (Carlos Tena).- (Ö) Los medios de comunicaciÛn tienen el enorme mÈrito de haber logrado el esperanto en la interpretaciÛ n de la realidad circundante. Un mismo idioma en el que los buenos son los que m·s asesinan, y los que esos mismos medios llaman terroristas, son, en muchas ocasiones, cada vez m·s, personas, grupos y colectivos que se defienden de otro horror m·s grave: el que supone la legitimaciÛn de la ilegalidad m·s insÛlita. El todo vale ha sido superado. La barbarie de Hitler, mil veces filmada, millones de veces expuesta en la pantalla, era denunciada de forma universal. Sesenta aÒos m·s tarde, asesinatos en masa, invasiones ilegales, genocidios consentidos, son justificados por el aparato medi·tico, salvo las m·s que heroicas excepciones que todos conocemos (Ö)î.

EL TERRORISMO LEGÕTIMO

(O de cÛmo se justifican las m·s aberrantes atrocidades, crÌmenes, genocidios y masacres imperiales en nombre de los Derechos Humanos y la Democracia)

No sÈ quiÈn fue el que dijo la frase: ìQuÈ tiempos nos ha tocado vivir... Ahora hay que explicar hasta lo que es obvioî. La rotundidad del aserto contiene un enorme vendaval de im·genes que los medios de comunicaciÛn intentan explicar de forma unÌvoca, en un mundo medi·tico manipulado por diez familias con el suficiente dinero como para erigirse en los detentadores de la libertad de expresiÛn. De la suya, m·s bien, que no la de una inmensa y silenciosa mayorÌa, que asiste al espect·culo circense en el que lo privado impera sobre lo p˙blico, y sobre el p˙blico, que ya no es ni distinguido, ni amable, ni querido, excepto si gasta su salario en mantener la llama de esos poderosÌsimos agentes de la seguridad estatal, disfrazados de diarios, emisoras de radio, de televisiÛn y p·ginas web del mismo pelaje.

Tienen el enorme mÈrito de haber logrado el esperanto en la interpretaciÛ n de la realidad circundante. Un mismo idioma en el que los buenos son los que m·s asesinan, y los que esos mismos medios llaman terroristas, son, en muchas ocasiones, cada vez m·s, personas, grupos y colectivos que se defienden de otro horror m·s grave: el que supone la legitimaciÛn de la ilegalidad m·s insÛlita. El todo vale ha sido superado.

La barbarie de Hitler, mil veces filmada, millones de veces expuesta en la pantalla, era denunciada de forma universal. Sesenta aÒos m·s tarde, asesinatos en masa, invasiones ilegales, genocidios consentidos, son justificados por el aparato medi·tico, salvo las m·s que heroicas excepciones que todos conocemos. Invocando unos valores cuya significaciÛn queda a aÒos luz de las verdaderas intenciones imperiales, el mundo contempla, peligrosamente adormecido, cÛmo los terroristas de traje de seda y corbata de marca, ordenan ejecuciones, masacres y bombardeos de todo tipo. SÛlo ellos tienen el derecho de matar, de cortar de cuajo la vida de inocentes, que son daÒos colaterales, seg˙n afirmÛ uno de esos asesinos a˙n no juzgados por los tribunales internacionales, esos mismos que toleraron el crimen que supuso la muerte de Milosevic, la ejecuciÛn brutal del delincuente Ceaucescu, el ahorcamiento de Sadam Hussein, el envenenamiento de Arafat, los mismos que callaron cuando Pinochet y Franco masacraban a quienes defendÌan la democracia.

La ley del m·s fuerte se ha impuesto definitivamente. El cow boy que dispara m·s r·pido, que tiene comprado al sheriff, es quien dicta las normas de conducta. Ese final en el que el supuesto bandido era condenado, mientras la ley y la bondad, el amor y la concordia triunfaban, ya no existe ni en el cine. La victoria est· siendo del Terrorismo de estado globalizado, por acciÛn u omisiÛn. La nausea es ya insoportable. Hagamos historia del vÛmito de sangre, de esa inmensa lista de muerte legitimada hasta lÌmites increÌbles.

En 1946 la marina francesa bombardea la ciudad de Haifong, en Vietnam, asesinando a millares de civiles; empieza entonces una larga guerra de liberaciÛn en la que, sÛlo hasta 1955, los franceses habÌan matado a m·s 1.200.000 vietnamitas

Dos aÒos m·s tarde, en Deir Yassin, trescientos palestinos eran asesinados por Israel despuÈs de obligarles a abandonar sus tierras.

En ese mismo 1948 los imperialistas dividen Pakist·n e India asesinando a 300.000 inocentes.

Durante los procesos de independencia en Madagascar, Argelia, Marruecos, T˙nez y ¡frica, esos mismos ìdemÛcratasî pasaron por las armas o a cuchillo a m·s de medio millÛn de civiles.

En 1950 se produce la invasiÛn de Corea por el ejÈrcito de EE.UU., que adem·s amenaza con lanzar bombas nucleares sobre China. Miles de vÌctimas en ambos bandos.

En 1952 la policÌa francesa asesinaba en Marruecos a 52 independentistas y en el 53, en Kebia, sesenta y cinco palestinos fueron ultimados por los legionarios israelÌes, por reclamar la devoluciÛn de sus tierras.

En 1954 la CIA y los marines norteamericanos derrocan a Jacobo Arbenz, presidente popular de Guatemala, elegido democr·ticamente en las elecciones m·s limpias que jam·s se han celebrado en ese paÌs, hasta nuestros dÌas.

En 1956 Estados Unidos invadÌa la Rep˙blica Dominicana, una vez m·s con sus marines; masacre de palestinos en Kaf Kassem; tropas brit·nicas lanzan ataques con todo tipo de armamento matando a 10.000 independentistas kenianos; empieza la guerra por la independencia de Argelia: Francia asesina a UN MILLON DOSCIENTOS MIL argelinos Desde 1962 a 1975, las tropas de EEUU matan a TRES MILLONES Y MEDIO de Vietnamitas, utilizando bombas prohibidas por la ConvenciÛn de Ginebra. La Comunidad Europea no emite ning˙n comunicado

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