UN GRAN PROBLEMA EN EL PERU

Un gran problema en el Perú: La hora cabana; ¿Porqué no mas hora cabana?

Como seguro muchos saben en nuestra habla familiar la “hora cabana” se refiere a la impuntualidad, la “hora cabana” también es un curioso equivalente a la “hora peruana”. Como se aprecia en esta última expresión es claro que a los peruanos no se nos asume tener ningún valor de puntualidad, esto esta mal. Un motivo suficiente de vergüenza por nuestra poca astucia a la hora de dosificar nuestro tiempo. Pregunto ¿No estaría mas honroso que se nos sugiriera una rigurosa puntualidad, como se le da a las expresiones de hora inglesa y hora alemana, en vez de una desdichada impuntualidad?

Cada uno de nosotros sabe cuan impuntuales somos en nuestra día a día y, por mas duro que suene, también estamos inevitablemente condenados a adaptarnos a una sociedad tatuada toscamente por las complicaciones de nuestras pequeñas demoras, los retrasos mayores, y aquellos torpes escándalos de ineptitud de todo tipo de tardones. Las consecuencias de la impuntualidad epidémica de nuestra sociedad nos llevan a anunciar la fiesta media hora antes si nuestro interés es que lleguen media hora después en punto, quizás.

Los enfoques de la impuntualidad abarcan muchos conceptos. Entre tantos esta el norteamericano educador Horace Mann que sostiene: “La informalidad en atender una cita es un claro acto de deshonestidad. Igual puedes robar el dinero de una persona si robas su tiempo”; también se sustenta que es impuntual el que se rehúsa a ser controlado, el que no quiere aceptar la autoridad y el que busca desafiar las reglas, es decir, el rebelde; otros estudiosos de las conductas de liderazgo aseguran que la impuntualidad es un síntoma de baja autoestima, en donde quienes la adolecen "tratan de ponerse en situaciones en las que terminan haciendo las cosas mal, donde se demuestran a sí mismos que, efectivamente, no son competentes (...). A través de comportamientos subconscientes, terminan comprobando que en realidad no son personajes capaces.". También llegamos tarde, obviamente, por que poco nos importa hacerlo, es decir, consideramos poco significativas a diferentes situaciones; como alguna cita con una chica, una clase de la universidad, una reunión familiar, etc.

A juzgar por todo lo que conlleva, vale la pena ser puntal: de lo contrario, se afecta tu autoestima, se sabotean las relaciones, impacta la vida de otros, da muy mala impresión, disminuye el respeto que otros tengan por ti, cuesta a las empresas, y lo peor es que causa un efecto de bola de nieve.

VER: El problema de la impuntualidad en nuestro estado es ni mas ni menos que de 8 en cada 10 personas, en promedio; o sea, una procesión de peruanitos tardones entrando 5, 10 y 15 minutos tarde a su escuela todos los días en gran parte de los colegios. Si uno quisiera ver a otro lado encontrará en todos los consejos de ministros a tardones en saco y corbata, es que en palacio hasta al tiempo se le roba. Para seguir con este show tan simpático, les aviso que en el poder judicial las tardanzas también se hacen presentes y es que rara vez las audiencias empiezan a la hora estipulada; la falta del valor de la puntualidad la vemos hasta en las parejas. En donde el Perú es un fuerte candidato es, sin duda, a la menor moderación. Ya estoy avergonzado.

Juzgar: Viendo egoístamente el tema sustento que la impuntualidad conlleva irresponsabilidad, la cual se desencadena en una serie de consecuencias para cada uno de nosotros. Si fallamos en ser responsables, a la vez, fallaremos en la planificación de nuestros trabajos y también en nuestros pasatiempos. Todo eso, a la larga, nos va a llevar a perder nuestro tiempo, nuestros proyectos, nuestra posibilidad de crecer y de superarnos, de hacer lo que queramos.

La impuntualidad no es tan solo una fea costumbre, es una limitación endemoniada; pero esto es tan solo una consecuencia individual. En sociedad la impuntualidad trae mas impuntualidad, te hace mirar mal por los demás, crea poco respeto entre tus pares y desconfianza en tu palabra (esa que dice: “estoy ahí a las 9”, “ya estoy llegando”, “lo que paso fue que blablablá”), es perjudicial para el desarrollo de las reuniones y, mas ofensivamente, le roba el tiempo a los demás.

Actuar: No les sugiero puntualidad directa, prefiero decirles que no sean indisciplinados con su tiempo, no sean tan poco astutos para racionalizarlo inteligentemente; tu tiempo bien dosificado te llevará a hacer todos tus proyectos realidad y no los dejará en tan solo intenciones de algo, algo que nunca alcanzarás, por huevón. Puedes hacer tranquilamente lo que quieras hacer, cuando lo quieras hacer y por cuanto

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