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4.3 Formacion Del Individuo En La Sociedad Industrial


Enviado por   •  13 de Julio de 2014  •  2.562 Palabras (11 Páginas)  •  1.873 Visitas

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La formación del individuo en la sociedad industrial

Como ya se explica en otras partes de este texto, lo que caracteriza al trabajo en esta fase del desarrollo del planeta, es la globalización. Más allá de las discusiones teóricas que puedan hacerse al respecto y de la correcta conceptualización del fenómeno, debemos tomar a la globalización como un proceso inevitable, del mismo modo con lo ocurrido con el proceso de urbanización. En otras palabras, las ciudades surgieron en un momento dado de la historia humana sin que nadie hubiese decidido voluntariamente que así fuese; la gente comenzó a vivir en ciudades de manera inconsciente pero la vida en las ciudades modificó varios de sus hábitos personales de vida. Hubo sí quienes se opusieron (todavía existen) y señalaban que la vida campesina tiene virtudes y ventajas de todo tipo y agrandaron los supuestos inconvenientes de las llamadas aglomeraciones, no menos que la construcción de mitos y estereotipos que ubican al campesino como bueno y virtuoso frente al citadino grosero, violento y corrupto. Pero la humanidad no podrá retroceder: le guste o disguste a quien sea, es imposible abandonar las ciudades y el modo de vida urbano. Que tiene, por supuesto, ventajas y desventajas, pero donde no es posible ser selectivo: la urbanización debe ser tomada en su conjunto, con todas sus consecuencias. Del mismo modo, la globalización se ha impuesto a todos y ya no será posible ir hacia atrás y no tiene sentido (y constituye una pérdida de tiempo) repelar por los inconvenientes que podemos adscribirle a la globalización.

Si en las sociedades de tradición oral cada grupo o etnia es independiente y suele producir ciertas cosas mediante una habilidad que es específica y el intercambio de partes no es equivalente, en la producción globalizada los objetos producidos en una parte del mundo pueden funcionar en otra parte, sin que la diversidad cultural afecte ni su uso ni su producción. Ello implica una especie de obrero y técnico global. Pero debe de quedar claro que esto es así porque las máquinas desarrolladas por las necesidades del capitalismo de consumo así lo requieren. Tomemos un ejemplo, el del automóvil. A pesar de las diferencias tecnológicas (menores si se quiere, pero las hay) entre los automóviles fabricados en Europa o en Estados Unidos, el automóvil es un objeto mundial. Se fabrica, en todo o en partes, en casi cualquier lugar del mundo y se vende en casi cualquier otro lugar del mundo. Los ingenieros de diseño, incluso, pueden trabajar en un país sobre un automóvil que será fabricado en otro y que se venderá en un tercero. El automóvil se ha impuesto cada vez más como medio de transporte y la gente tiene la ilusión ser más rico o poderoso si posee uno. Todas las operaciones económicas alrededor de la producción y consumo de automóviles ocupan un porcentaje importante del producto interno bruto de cualquier país e incluso materias primas como el petróleo se ven afectadas por este mismo proceso. El aumento en el precio de los gramos en los últimos tiempos es también una consecuencia indirecta de esta ocupación privilegiada del automóvil en el sistema de consumo de la época moderna. Podríamos tener una organización diferente a partir del uso de transporte colectivo (metro, tren, etcétera) y eso puede ser un importante problema de política pública, pero no es tema de nuestro libro discutir por qué los gobernantes aplican un tipo de políticas y desprecian otras. Lo que queremos resaltar aquí es que hay ciertos procesos de producción de bienes que podrían ser modificados en función de otros más convenientes desde cierta perspectiva o visión de las cosas, pero no es fácil poner en marcha los procedimientos y políticas adecuados. No sólo porque se afectarán a grupos poderosos, sino porque los cambios suponen siempre perjuicios y beneficios que no pueden controlarse de manera absoluta por parte de ningún organismo o institución, estatal o no. La capacidad para decidir cambiar ciertos aspectos de la vida colectiva será siempre limitada, lo cual a su vez limita las posibilidades personales de elección.

Siguiendo con el ejemplo, si se privilegiara el transporte público, la enseñanza de la ingeniería se vería afectada en cantidad y calidad: al requerir el transporte público menor cantidad de unidades, disminuyen los técnicos de todo tipo necesarios para su producción; también variará el énfasis en ciertos tipos de materias (conocimientos) de tecnologías aplicadas, ya que los automóviles y otros medios de transporte difieren en muchos aspectos de sus mecanismos y componentes. El proceso de industrialización altera todo el mundo de las profesiones y las capacidades o habilidades requeridas. La modernidad y la globalización implican la desaparición del orden que colocaba a cada individuo en un lugar social predeterminado y ofrecen la posibilidad de que un individuo pueda elegir entre algunas opciones, más o menos abiertas o limitadas según las sociedades y sus variaciones culturales.

La industrialización impone un modo de organización del trabajo que es imposible practicar de manera individual. El profesionista independiente, ya lo dijimos, es cada vez más escaso aún en su modalidad tradicional, pero también queremos destacar que la necesidad de las mismas técnicas de producción hacen imposible la persistencia de ese trabajador que está en su consultorio o despacho a la espera de clientes (además, los consultorios o clientes casi nunca dependen de una sola persona, sino que también tienen auxiliares con mayor o menor grado de calificación en su tarea). Las organizaciones de producción (adopten la forma de corporativos, empresas, fábricas, usinas, talleres, etc.), exigen cierta forma de especialización funcional o trabajo idiosincrásico, aun para las mismas calificaciones profesionales. En otras palabras, que una organización productiva puede contratar- a dos contadores o a dos ingenieros, pero que sus tareas dentro de la organización serán diferentes y por lo tanto, específicas para cierto grado de especialización (en algunos casos, incluso, no bastará con un grado primero universitario, sino de estudios de especialización o maestría). Pero la producción de cualquier artículo mercancía, aún el más simple, como un alfiler, supone tareas que van más allá de la especialización, pongamos por caso, en cortar un cable, machacar una cabeza, etc. (somos conscientes que actualmente los alfileres no se fabrican de esta manera, esto debe tomarse sólo como un ejemplo), tareas que implican coordinación, control (supervisión) y demás, y para las cuales se requiere personal capacitado en el proceso productivo mismo pero también en otras habilidades. Un médico, por lo tanto, no requiere saber de enfermedades, sino también de

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